Capitulo 4. Momentos de Verano Parte III

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El pecho me sube y baja; después de una semana con Viktor y otra como... no sé, amor de verano, empezaron mis entrenamientos de Quidditch, nuevamente, la misma ajetreada agenda de siempre, tan solo que esta vez, tenía pequeñas citas con Viktor, después de los entrenamientos a muy altas horas de la noche.

Crreí que ya no te verría porr acá —dijo Viktor, cuando llegaba a la plaza.

—Si ya no me quieres ver, me puedo ir —señalo dándome la vuelta, pero Viktor me detiene y me miraba algo divertido.

—Te quierro verr, mas, y si se podrría toda mi vida —dijo cambiando mi cabello, hasta por detrás de mi oreja.

—Tengo todavía cosas por hacer —le explique con una sonrisa, este me toma de la mano y nos ponemos a andar.

Quierro enseñarrte a jugarr quidditch, Des —voltee los ojos irritada—, es el juego más popularr de la dimensión mágica.

—¿Y para que me vas a enseñar a jugar Quidditch? —pregunte desconcertada, esperando que no lo hiciera.

—Te tengo una sorrpresa —respondió dedicándome una sonrisa—, perro prrimerro tengo que enseñarrte a jugarr quidditch, parra la sorrprresa.

—Sorpresa —de seguro será acompañarlo al partido de Bulgaria contra Irlanda, es dentro de una semana, mi último fin de semana, para despedirme de Viktor y marcharme a Londres. Sino me doy prisa, ir al Callejón Diagon a buscar mis cosas para la escuela.

Viktor todavía no sabía que era una maga, seguía creyendo que soy muggle, pero le dicen de una manera muy extraña a los Muggles en Bulgaria, que me alegro hablar inglés.

Trraje una escoba parra ti —me entrego una Nimbus 2000, como la de Harry, la mire sorprendida, pero mi Toretto es único, ninguna escoba del mercado se le podría comparar—, e intenta montarrte sobrre ella —lo mire sin ganas, pero este me dedico una sonrisa—, vamos, hazlo, Des.

—Az ne iskam da (No quiero) —este aplaude con la escoba en la mano.

—Lo harrás, vamos, te va a gustarr —insiste.

—Créeme que no —dije mirando con odio a la escoba, pero este me obliga a tomarla con mi mano, y abriéndola la pone.

Erres muy testarruda, porr eso me gustas —lo mire con desconcierto—, ahorra súbete, es muy fácil.

Lo hice y dando un empujón en el suelo, me eleve a la misma altura que Viktor, este me miraba sorprendido.

—¿Bien? —Pregunte de malhumor—. ¿Me enseñaras algo? ¿O me tengo que quedar aquí en la escoba?

—Sí, veamos cómo te mueves en línea rrecta —me indica, le voltee los ojos, pero mi sentido común, me indico que no lo hiciera bien las primeras dos veces, por lo que ande despacio, como centímetro por hora—. Te voy darr un empujoncito —señaló empujando levemente mi espalda y me decidí a deslizarme más rápido—. ¡Trranquila, Des! ¡Apenas comienza! ¡¿Intenta rregrresarr?! —escuche que me grito, fingí un desequilibrio cuando volteaba, pero fue por unos minutos, y Viktor se vio alarmado, pero retomo el control y me pongo enfrente suyo.

—Está un poco fácil, ¿Qué tienes para mí que sea difícil? —pregunte con superioridad.

—Bien, intenta seguirrme el rritmo entonces —responde, deslizándose a gran velocidad, por lo que no contuve más mis movimientos de quidditch y le seguí durante toda la tarde, haciendo piruetas, zig-zags, caídas libres, vueltas; lo que dejo a Viktor bastante sorprendido.

Destiny y El Prisionero de Azkaban [DEH#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora