Destiny y El Prisionero de Azkaban [DEH#3]

Capitulo 26. Irlanda vs Francia.

Mis ojos lo miraron horrorizados, mire a Eliot y luego a Viktor, contuve el aliento, por una vez mas, esperando que uno de los dos no estuviera. Pero ambos estaban.

—Buen juego, Krum —dijo Eliot, poniendo su mano enfrente de él, ambos altos se miraban, Viktor con cara de muy pocos amigos, me llevaba mis manos a la cara, esperando poder tener un poder de invisibilidad.

—Grracias —dijo Viktor con su acento—. Buen beso el de ustedes dos.

Mejor, trágame tierra.

—A Destiny —me señaló, mientras yo ideaba una manera de utilizar mis poderes para que la tierra me trague, sin llamar la atención.

—Hola, Krum, buen juego —dije intentando no sonar... mal.

—Grracias.

—De nada, sino hubieras agarrado la snitch en esos momentos sus posibilidades de ver el mundial se esfumarían, ¿no? —preguntó Eliot muy mal intencionado.

—Aja —dijo sin darle importancia a lo que Eliot dijo y viéndome a mí, sus ojos oscuros me miraban con tal impresión, que sentía que creaba un agujero en mi cuerpo. Yo miraba al suelo, con tal de no verlo.

—Nos vemos, Viktor —Eliot tomó mi mano y me estaba obligándome a ir.

Titubeaba de a momentos. Viktor no se movio, tan solo unos momentos mas tarde, cuando admiradores pidieron autógrafos de Viktor y algunos paraban a Eliot.

—¿Quién egues paga Eliot? —preguntó una chica francesa.

—Soy su...

—Mi novia, es mi novia de la escuela —dijo lo suficientemente alto, como para llegar a los oídos de Viktor.

—No, nosotros...

—O es la chica con la que te besaste —dijo otra chica—, no es muy bonita, Eliot, pudiste teneg una novia más bonita.

La mire ofendida.

—Cállate panecita —gruñi con el puño levantado, Eliot me miro con una sonrisa y me tomó nuevamente de la mano.

—Nos vemos —les dijo Eliot.

Estábamos ya en muggle Francia, debido a que estaban vestidos muy raros, y decidi echarle la bronca a Eliot, estaba enfadada, enfurecida, bastante.

—¡No soy tu novia, Eliot! —exclame—. ¡No puedes soltar falsos asi porque si! —parecía muy centrado y ajeno a lo que decía.

—¿Qué importa? —pregunta Eliot—. ¿Qué importa que haya dicho que somos novios?

—Aparecerá en los chismes y...

—¿Cómo Viktor sabia tu nombre? —pregunta, y me pare en seco—. Des.

Mire hacia otro lado. Santa tártara.

—Tu, tu... —hizo un sonido con la boca y no le miraba, ¿Qué tal si sabia? No, no debe saber—. ¿Dime que cuando estuvimos en Bulgaria tu no...?

Oh dios, yo no que... pensé, será que ya lo sepa.

—Sera mejor que vayamos al campamento —no completó su pregunta Eliot, y lo cambio por eso, miraba a los alrededores, en verdad esperaba que no lo supiera, nadie la debería de saber.

Estábamos a unos minutos de empezar el partido contra Francia, andábamos muy nerviosos, yo me andaba colocando bien mis guantes, como una décima vez, estaba nerviosa, tenia un poco de miedo, mientras observaba tras bastidores la oscuridad, escuchaba los murmullos. Respiraba hondo, para calmar los nervios, pero esto se ve... como el partido más difícil de mi vida.

—No temas —me dijo Troy.

—Son enormes, sus bludgers nunca fallaron ayer, Troy —dije nerviosa jugando con los dedos—, robar en los pases es nuestra única oportunidad.

—¿Tienes alguna estrategia? —pregunta Troy.

—Tan solo necesitamos rapidez y... que Lynch se ocupe de atrapar esa snitch lo antes posible. Por lo demás, que nuestros ancestros del quidditch esté con nosotros.

—Dramática —ríe.

—Vamos chicos —dice el entrenador, pero no era la única con miedo, todos los demás tenían la misma cara—, tan solo son chicas gordas.

—Grandes y fuertes —complemento Zac.

—No chicos, este será un buen, un buen partido —asegure, pero ni ellos y yo estuvimos muy convencidos.

El miedo combinado con el nervio, era terrible, mis manos temblaban, y procuraba abrazar mejor el palo de la escoba con la izquierda, que llevaba sostenida, pero ver al equipo de Francia más de cerca, causaba más miedo, Sarkozy era en verdad la copia de Crabbe.

Nuestra única oportunidad era... ser rápidos, pases en corto y precisos, un pase en largo seria nuestra perdición, no golpes por ellas o me hará soltar la quaffle, y una bludger podrá matarme. A cualquiera.

Hoy había comentarista que hablaba inglés, para mi mala suerte, me enteraría si mi equipo recibe golpes, o las críticas referentes a mí. Como por ejemplo:

—Creo que Irlanda no ha aprendido nada del partido contra Bulgaria, Wright sigue ahí —soltó voltee los ojos y pase un pie, para prepararme a tomar vuelo.

—"Más posibilidades para mi país" —dijo el comentarista francés.

Mi única posibilidad ahora es... ser rápida, rápida. Por lo que cuando se lanzó la quaffle. Tomé la quaffle en tiempo record, me deslice hacia la portería, evitando un golpe de Cavey, pero no el de Sarkozy, aunque su segundo golpe lo evito, y milagrosamente, logre pasarle a Troy la quaffle justo cuando una bludger aterrizo en mi abdomen, haciéndome casi caer de mi escoba, solo porque tenía mi mano bien sujeta, no me caí de ella.

—...Eso fue un pase de suerte —dijo el comentarista inglés, yo tan solo me volvía a subir, para enterarme que la anotación de Troy fue bloqueada por Jordan.

Blanc tenía la quaffle, mi abdomen ardía, pero por suerte, Quigley le mando una bludger al estómago, haciendo a Eliot tomar la quaffle, me la pasa en corto, cuando Sarkozy lo golpea, luego se lo paso a Troy, pero este me la pasa a mí, y con una finta, doy la primera anotación.

Con una tacleada proveniente de Cavey, que fue sin querer, pero gracias a ello, estoy lanzando nuestra segunda anotación, pero el hecho es que yo estaba siendo su objetivo, por lo que procuraba pasar inmediatamente la quaffle cuando la tenía.

—Medio tiempo —mire el marcador, cincuenta a noventa, estaba tan adolorida que en verdad necesitaba que un médico me viera, pero si lo hacen sabrían que soy una chica de trece años.

—Estoy siendo su objetivo —dije cuando estábamos reunidos.

—Quigley y Connolly deben hacer mejor su trabajo —le señaló el entrenador—, y Lynch tienes que atrapar esa snitch.

—No, no, Quigley, Connolly, no hagan su trabajo —les digo cuando mi cerebro formuló una idea descabellada—, dejen que me apunten, tengo una idea, un cuanto rara, pero puede funcionar. Pero Lynch.

—Si, la snitch.