Destiny y El Prisionero de Azkaban [DEH#3]

Capitulo 27. Pelota Imaginaria.

Respire hondo, reparando el cubre bocas, mirando la pantalla, la cual señaló a Viktor Krum con Ivanova, ella pareció muy complacida por ese hecho, pero ella habrá de tener veintiuno o algo parecido, pedofila. 

Pero él se rehusó a besarla, por lo que Ivanova beso a Volkov, pero eso me hizo arder de vergüenza y más nervios, esa idea podría servir muy bien para lo que es en nuestro encuentro con ellos.

—Es una tonta idea, estúpida —me regañaba Eliot.

—Pero brillante. De acuerdo, pases muy cortos —estuvo Zac de acuerdo, con todo el equipo que sabía el pan, excepto Eliot.

—Te van a lastimar y...

—Es una única forma, cuando caigan con el juego, que yo meta mis anotaciones será mas fácil, para los tres.

—Des, tu... —se interrumpio por el silbido del silbato y ambos nos fuimos a las escobas, mire a Viktor en las gradas, esta vez su presencia no perjudicara mi desempeño; para luego moverme hacia la quaffle.

—Wright no ha tomado servicio médico —señaló el comentarista—, creo que Irlanda no vera la copa del mundial.

Voltee los ojos, y cuando lanzaron la quaffle nuevamente, la tome como la primera vez, y cuando me lanzaba a la anotación, Sarkozy me golpeo; y Zac había anotado, por lo que Sarkozy hizo una falta y nos daba un penalti.

Estaba bastante sorprendida. Y desconcertada como el publico en general, que se quedaron en silencio, por una fracción de segundo.

—¿Pero Wright tomó la quaffle? —señaló el comentarista impresionado—. Él tomó... no, al parecer, la quaffle la tomó Troy, vaya, creí que ya habíamos visto todo tipo de artimaña. Y Wright esta por dar su tercera anotación, y... Jordan la para.

"Se la pasa a Cavey, Cavey se la pasa a Blanc, Blanc a Sarkozy, Mullet la intercepta, se la pasa a Troy, Troy se la pasa a Wright, esquiva a Sarkozy y... ¡Tiene las manos vacias! ¡Mullet anota! —aplaude impresionado.

El juego se emparejo, al cabo de un rato, el equipo francés estaba confundido, no sabia a quen marcar o a quien golpear, pero íbamos cien a cien, si nos golpeaban con las manos vacias, seria un penalti, nos concederían tiros libres. Cuando anotamos nuestros ciento diez puntos, Lynch atrapo la snitch.

—Vaya juego —aplaudía el comentarista—, nunca vi una jugada como esa. Creo que hasta yo me confundí. 

Tocamos suelo y el equipo entero se tiro sobre mí, si no fuera porque me abrazaban fuerte, mi ropa se hubiera caído, me soltaron, estaba con una sonrisa debajo de ese cubrebocas, mi mundo era único, ganamos, por mí y Lynch, nosotros fuimos las estrellas del momento.

Me vestí y debía ver un doctor para los golpes, tenia las manos rojas y quemadas, pero tuve que esperar para que la prensa se fuera, y yo estuviera a salvo de sospechas, pero decidí escuchar lo que decían.

—Si, bueno, la estrategia fue inventada por nuestro jugador estrella —decía Troy con mucho ánimo—, si Wright, se sacrificó para seguir siendo el punto.

—Yo creo que las ideas de nuestro diamante en bruto nos llevaran a la final —aseguro el entrenador.

—"Queguemos una enteguevista con Wright" —señaló una reportera—. "Un jugadog tan brillante no puede estag todo el tiempo en guesguagdo."

—Es por motivos personales —señala el entrenador—, pero les daré una pista, nuestro jugador, no es lo que parece —y los entrevistadores se callaron, apuntando sus cámaras al entrenador—, el se revelara cuando lo crea necesario. 

—Me gustarría hablarr con él, si se puede —me asome lentamente y vi a Viktor, se habia abierto paso entre la multitud.

Salgo con mi ropa normal, y Viktor se quedo mirándome.

—Mi hermano se acaba de ir —dije abriéndome paso.

—¿Es tu hegmano? —preguntaron los reporteros, yo asiento y se acercan mas, haciéndome mas preguntas.

—Sí, deben saber que el odia la prensa —ellos se limitaron a encogerse de hombros.

—¿Cómo le ha llamado a esta espléndida jugada? —pregunta un reportero, le mire con una sonrisa.

—La pelota imaginaria —respondí con autosuficiencia.

—¿Estas oggullosa de tu hegmano? ¿Piensas seguig sus mismos pasos? —pregunta otro reportero.

—Por supuesto que estoy orgullosa de su trabajo, y seguir sus pasos —solté un bufido—. Odio este deporte, estoy aquí por obligación.

Me abro paso, junto con el equipo y nos fuimos.

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