Destiny y El Prisionero de Azkaban [DEH#3]

Capitulo 48. Noticias de Ultimo Momento.

Cuando salí de la enfermería, al dia siguiente por ahí del medio dia, encontre el castillo casi desierto. El calor abrasador y el final de los exámenes invitaban a todo el mundo a aprovechar al máximo la última visita a Hogsmeade. Sin embargo, no estaba completamente vacio, en el momento que salía tuve que toparme con tres personas y fue bastante extraño.

Oliver, Cedric y Eliot, madre mia, fue terrible lidear con los tres, mientras mis amigos estaban atrás.

—Los veré por ahí —dije poniendo mis manos enfrente.

—Vamos, Des —me jalo Oliver de la mano—, es mi ultimo fin de semana en Hogsmeade, y me gustaría pasándola con Piestiny...

—¡¿Qué?! —pregunte, pero Eliot, me jalo en ese momento de mi mano izquierda—. Otra vez no —balbuce recordando la última vez que fui a Hogsmeade.

—No, recuerda, tenemos muchas cosas de las cuales hablar, antes de que empiecen los juegos, tendremos un mes interesante, ¿no crees?

—¿Y por qué saldré contigo? —pregunte desconcertada, pero ahora Cedric me empujo la espalda, y voltee los ojos.

—Des, yo... bueno, quiero ir contigo a Hogsmeade, no con nadie más, solo contigo —me sonríe Cedric.

—O que dulce —dije con ternura al comentario de Cedric, creí verlo ruborizar mientras sonreía, para ocultarlo.

—Hey, yo también quiero ir con ella, porque no hay nadie más.

—Chicos, Des debe salir conmigo hoy, no sé si la pueda ver, y soy su capitán.

—Yo también soy capitán —dicen Cedric y Eliot al mismo tiempo, y todos tienen la boca llena de razón, me puse la mano en la barbilla, y les mire, ahora los tres se compartían miradas, iban a pelear, y no habría nadie quien los pudiere parar esta vez.

—Ya les escuche y lo que tengo que decir... es que... no iré con ninguno de ustedes —dije con una sonrisa y muy tranquila, los tres me miraron desconcertados—. Hoy, no quiero problemas con chicos, ¿sí?

—¿Problemas?

—Si, ustedes... me complican la vida, y hoy quiero estar... tranquila, en verdad, por lo que lo dejamos para otra ocasión, y me ire con mis amigos. Hasta luego.

Me fui al patio, y encontré a los chicos cerca del lago, y vi como sacaba los tentáculos del agua el calamar gigante.

Harry, parecía mas clavado mirando la orilla opuesta, por lo que toque su hombro y le sonreí.

—Gran noche ayer —dije caminando a su lado—. Quien diría, las mejores aventuras se viven al final del curso.

—Y con las mejores personas —dijo Harry, me ruborice levemente—. Averigue el porque Cornamente, un ciervo, mi papá era un ciervo.

—Tu patronus —señale sorprendida—, entonces ya sabes algo —le dije con emoción—, Tu padre vive en ti, Harry, y se manifiesta más claramente cuando lo necesitas. ¿De qué otra forma podrías haber creado ese patronus tan especial? Cornamenta volvió a galopar anoche.

Una sombra nos cubrió. Al levantar la vista vimos a Hagrid, medio dormido, que se secaba la cara sudorosa con uno de sus enormes pañuelos y les sonreía.

—Pero fue tonto pensar que está vivo.

—No, anoche viste realmente a tu padre... Lo encontraste dentro de ti mismo.

—Ya sé que no debería alegrarme después de lo sucedido la pasada noche —dijo—. Me refiero a que Black se volviera a escapar y todo eso... Pero ¿a que no adivináis...?

—¿Qué? —dijimos, fingiendo curiosidad.

—Buckbeak. ¡Se escapó! ¡Está libre! ¡Lo estuve celebrando toda la noche!

—¡Eso es estupendo! —dijo Hermione, dirigiéndole una mirada severa a Ron, que parecía a punto de reírse.

—Sí, no lo atamos bien —explicó Hagrid, contemplando el campo satisfecho—. Esta mañana estaba preocupado, pensé que podía tropezarse por ahí con el profesor Lupin. Pero Lupin dice que anoche no comió nada.

—¿Cómo? —preguntó Harry.

—Caramba, ¿no lo has oído? —le preguntó Hagrid, borrando la sonrisa. Bajó la voz, aunque no había nadie cerca—. Snape se lo ha revelado esta mañana a todos los de Slytherin. Creía que a estas alturas ya lo sabría todo el mundo: el profesor Lupin es un hombre lobo. Y la noche pasada anduvo suelto por los terrenos del colegio. En estos momentos está haciendo las maletas, por supuesto.

—¿Que está haciendo las maletas? —preguntó Harry alarmado—. ¿Por qué?

—Porque se marcha —dijo Hagrid, sorprendido de que Harry lo preguntara—. Lo primero que hizo esta mañana fue presentar la dimisión. Dice que no puede arriesgarse a que vuelva a suceder.

Harry se levantó de un salto.

—Voy a verlo —dijo.

—Pero si ha dimitido...

—No creo que podamos hacer nada.

—No importa. De todas maneras, quiero verlo. Nos veremos aquí mismo más tarde.

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