Capitulo 39. No Mascaras, Solo Yo.

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La víspera del partido por la noche, en la sala común de Gryffindor, se abandonaron todas las actividades habituales. Incluso Hermione dejó sus libros.

—No puedo trabajar; no me puedo concentrar —dijo nerviosa.

Había mucho ruido. Fred y George Weasley habían reaccionado a la presión alborotando y gritando más que nunca. Oliver Wood estaba encogido en un rincón, encima de una maqueta del campo de quidditch, y con su varita mágica movía figurillas mientras hablaba consigo mismo. Angelina y Tom se reían de las gracias de Fred y George. Harry y yo estábamos sentados con Ron y Hermione, algo alejado del barullo, tratando de no pensar en el día siguiente, porque cada vez que lo hacía me acometía la horrible sensación de que algo grande se esforzaba por salir de mi estómago.

—Vas a hacer un buen partido —me dijo Hermione, aunque en realidad estaba aterrorizada—. Recuerda tienes practica de extra.

—Mmm... tu no estes nervioso Harry —le di animos al chico que tenia de lado.

—¡Tienes una Saeta de Fuego! —dijo Ron.

—Sí —admitió Harry.

Fue un alivio cuando Oliver, de repente, se puso en pie y gritó:

—¡Jugadores! ¡A la cama!

No dormí bien. Primero soñé que me había quedado dormida y que Oliver gritaba: «¿Dónde te habías metido? ¡Tuvimos que poner a Neville en tu puesto!» Luego soñé que nos enfrentábamos a los de Slytherin con cuerpo de Francesas. Volaban a una velocidad de vértigo, y sus golpes eran peores que en el partido de invierno. Cuando me doy cuenta, no tenia a Toretto. Y me cai en el aire, me desperté de un sobresalto.

Tardé unos segundos en comprender que el partido aún no había empezado, que estaba metida en la cama, y que al equipo de Slytherin no lo dejarían jugar montado en dragones. Tenía mucha sed. Lo más en silencio que pude, me levanté y fui a servirme un poco de agua de la jarra de plata que había al pie de la ventana.

Los terrenos del colegio estaban tranquilos y silenciosos. Ni un soplo de viento azotaba la copa de los árboles del bosque prohibido. El sauce boxeador estaba quieto y tenía un aspecto inocente. Las condiciones para el partido parecían perfectas.

Deje el vaso, estaba a punto de volverme a la cama cuando Ruddy se señalaba su panza, ¿tendrá hambre? Saque comida y ladro, la intente callar antes de que alguien se levante, entonces comprendí a lo que se refería. Por lo que solo lo pensé y el libro Ruddimental salió de mi cuerpo, abriéndose en animagos.

"La animagia en los Ruddians funciona diferente, mientras que en los magos pueden tomar solo una forma animal, los Ruddian pueden tomar hasta cuatro formas animales, dependiendo del número de elementos que sean dominados por el Ruddian." Habían cuatro imágenes, dependía de la base que fueran los elementos que manipulemos, yo bueno, tenía las cuatro, por lo que podía... podía tener las cuatro.

—¿Crees que estoy lista para esto? —le pregunte a Ruddy—, debo decirte que con la presión que tengo, hacer... —me miraba fijamente, y ladro nuevamente—, bien, lo intentare, pero no creo que nada pase, ya sabes... no es... —ladra.

Me levante de la cama y tome mi varita que tenía en el mesa banco, mire a Ruddy nada convencida, algo podía salir mal y... ¿Qué haría yo?

—Mutatio quatuor —dije decidida.

El brillo invadió mi cuerpo, y desvaneció, a continuación un dolor invadió las marcas de elementos que tenía desde antes de empezar el primer año en Hogwarts, me había desplomado, y empezaba a tener el sueño más extraño de la vida.

Destiny y El Prisionero de Azkaban [DEH#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora