Las medidas de seguridad impuestas a los alumnos después de la segunda intrusión de Black impedían que visitaramos a Hagrid por las tardes. La única posibilidad que teníamos de hablar con él eran las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas.
Hagrid parecía conmocionado por el veredicto.
—Todo fue culpa mía. Me quedé petrificado. Estaban todos allí con sus togas negras, y a mí se me caían continuamente las notas y se me olvidaron todas las fechas que me habías buscado, Hermione. Y entonces se levantó Lucius Malfoy, soltó su discurso y la Comisión hizo exactamente lo que él dijo...
—¡Todavía podemos apelar! —dijo Ron con entusiasmo—. ¡No tires la toalla! ¡Estamos trabajando en ello!
Volvíamos al castillo con el resto de la clase. Delante podía ver a Draco, que iba con Crabbe y Goyle, y miraba hacia atrás de vez en cuando, riéndose.
—No servirá de mucho, Ron —le dijo Hagrid con tristeza, al llegar a las escaleras del castillo—. Lucius Malfoy tiene a la Comisión en el bolsillo. Sólo me aseguraré de que el tiempo que le queda a Buckbeak sea el más feliz de su vida. Se lo debo...
Hagrid dio media vuelta y volvió a la cabaña, cubriéndose el rostro con el pañuelo.
—¡Miradlo cómo llora!
Draco, Crabbe y Goyle habían estado escuchando en la puerta.
—¿Habíais visto alguna vez algo tan patético? —dijo Draco—. ¡Y pensar que es profesor nuestro!
Harry y Ron fueron hacia ellos, pero Hermione llegó antes:
¡PLAF!
Dio a Draco una bofetada con todas sus fuerzas. Draco se tambaleó. Todos nos quedamos atonitos, mi amiga es una bolsa llena de sorpresa; en el momento en que Hermione volvió a levantar la mano.
—¡No te atrevas a llamar «patético» a Hagrid, tu puerco... tu malvado...!
—¡Hermione! —dijo Ron con voz débil, intentando sujetarle la mano.
—Suéltame, Ron.
Yo saque la varita. Draco se echó hacia atrás. Crabbe y Goyle lo miraron atónitos, sin saber qué hacer.
—No se te ocurra, Des —apareció mi hermana Rima.
—Y tu no te metas —debajo de sus pies se abrió un hueco de tierra, aunque para suerte suya, no lo tape, luego mire a Draco y en un instante, los tres desaparecieron por el pasadizo que conducía a las mazmorras.
—¡Des! —dijo Harry con voz débil, atónito por la sorpresa.
—¡Harry, espero que le ganes en la final de quidditch! —dijo Hermione chillando—. ¡Espero que ganes, porque si gana Slytherin no podré soportarlo!
—Hay que ir a Encantamientos —dijo Ron, mirando todavía a Hermione con los ojos como platos.
—Yo también voy a jugar —le decía mientras nos dirigíamos a clase de Flitwick, pero debíamos de ir a otro lado en esa hora, por lo que antes de llegar, nos enredamos la cadenita y fuimos a tomar nuestra siguiente clase.
Aunque después de haber ido a la torre a terminar algunos deberes, se nos fue el tiempo y nos olvidamos por completo de tomar Encantamientos hasta el tiempo en que me dormi, pidiéndole a Hermione que me levantara.
Senti un pequeño golpe y me levante sobresaltada.
—¿Qué... qué? —pregunto, despertando sobresaltada y mirando alrededor con los ojos muy abiertos—. ¿Es hora de marcharse? ¿Qué clase tenemos ahora?
ESTÁS LEYENDO
Destiny y El Prisionero de Azkaban [DEH#3]
FanfictionNo soy una chica normal y en eso me refiero que tampoco soy una bruja normal, meses antes de entrar a Hogwarts, obtuve estos poderes, que me permiten controlar los elementos, agua, fuego, tierra y aire, aunque con las clases particulares que estoy t...