Me vestí con lo más elegante que tenía. Harper me ayudó, una gran sorpresa pero es verdad, me ayudó.Resulta que ha leído tanto y de todo que sabe maquillar y peinar. Le pedí que no se pasará y se pasó. Y ahora soy, soy otra chica y no me gusto.
Mi pelo está hacia un lado con ondulaciones que me hacen una chica elegante y tengo un vestido negro escotado. Me acompaña unos pendientes negros haciendo juego con el vestido, pero la cara no me gusta. Parezco un payaso de circo y hoy no quiero asustar a nadie, quizás otro día.
Cuando la toallita iba a encargarse de quitar mi maquillaje Max llamó a la puerta.
-¡Un momento!.-pedí.-me niego a ir así.-me giré para ver a Harper a la cara.
-Pero si estás hermosa.
-Estar hermosa me da asco.
-Venga vete.
-Pero que no quiero que me vea así. Se va a reír de mi.
-Pues te aguantas.-me empujó.
Abrí la puerta y Max estampó su mandíbula contra el suelo. Sus párpados se abrieron como platos y yo solo quería morir.
-¿Vamos?.
-S-Si. Vaya, guau. No me esperaba esto.-dijo muy asombrado.
-Si lo sé, estoy horrenda, pero Harper se ha empeñado en que use el asqueroso maquillaje.
Max me observaba y no me apartaba la mirada.
-¿A donde vamos?.-alzo una ceja y pregunto.
-A comer con mis padres.
Cogí aire.
-¡Me estás queriendo decir que me he arreglado para ir a comer con tus padres!.-me frene y no seguí caminando.
-Mi padre es Bob Stone, el presidente.-presumió.
-No jodas.-dije. Entonces empecé a relacionar apellidos y todo encajaba.
Lo peor es que mi padre apoyaba a Dallas, y yo también. Es genial ir a comer con tu presidente y más aún cuando te cae mal. Vamos lo que ocurre todos los días -ironia-. Ahora entiendo porque Max me cae mal.
Seguimos caminado y me encontré a la directora llevando a Megan agarrada de la chaqueta y se paró en seco al vernos.
-Guau.-dijo Megan.-¿vas a recoger algún premio?.
-Si, el suyo, el mayor idiota del mundo.-ambas reímos.
-Oye.-se quejó Max.
-¿A dónde va usted?.-dijo la directora refiriéndose a mi.
-Viene conmigo.-habló Max y agarró mi cintura.
¿Y esas confianzas?.
Ella se quedó muy sorprendida con aquella respuesta que para nada se esperaba.
-¿Van juntos?.-volvió a preguntar.
-Así es.-dije y me separé de él.
Mordió su labio de rabia y se aguantó y se tragó su orgullo, aceptó la idea y se marchó.
No entiendo porqué me tiene tanto odio, si soy todo un angelito.
Esa no te la crees ni tu Abi.
-Vamos.-Max cogió mi brazo y continuamos caminando.
-No vuelvas a agarrar mi cintura si no quieres acabar en el mercado negro.
-Doña agresiva ataca de nuevo.-dijo con una graciosa voz.
-Don estúpido vuelve a decir otra estupidez.-dije con la misma voz.
-Doña gruñona deja salir a doña enana ambas pelean por ganar al asombroso Max, aunque eso es imposible.
-Doña gruñona y doña enana se unen y le hacen una llave a Max, él muere en el intento de alejarse de ellas. Abi gana el partido.
-¿Qué acaba de ocurrir?.-preguntó riendo.
-No sé pero ha sido divertido.-reí más fuerte.
-0-
Llegamos a su coche, me senté al lado suya, él arrancó y comenzó a mover el vehículo hasta que salimos del garaje y vimos la luz, entonces encendí la radio.
Side to side.
Empecé a cantar o mejor dicho a chillar haciendo que muchas personas captaran mi atención. La mayoría me conocían. Max me miraba de reojo y solo reía ante mis locuras.
Miré hacia atrás y me encontré un peluche sucio y amarillento, lo cogí por curiosidad y leí lo que decía la barriguita del muñeco.
17~7~13 ♡
Fruncí el ceño y Max me lo arrebató de las manos, ¿qué le ocurre? Mis manos no son fuego y no lo voy a quemar ni nada por el estilo.
-No toques mis cosas.
-¿Eso es tuyo? Está asqueroso.-dije mirándolo con una mueca.
-Es precioso no digas eso.- colocó el peluche donde estaba cuando un semáforo nos obligó a parar.
-Bien, cuando lleguemos tienes que comportarte, esto es muy importante para mi padre.
Y mis oídos escucharon que la liara.
-Si te portas bien, te recompensare con lo que tu quieras.
¿Estaba jugando con mis sentimientos? ¿Chantaje? ¿que pinta maluma en todo esto? No será tan fácil convencer a Abi Miller.
-Odio a tu padre, lo que quiero es arruinar su almuerzo.-dije obvia.
-¿Odias a mi padre?.-fruncio el ceño y yo asentí.-eso quiere decir, que apoyas a ....
-A Dallas, exacto.
-Joder.-llevó una mano a su cabeza.
-¿Qué?.
-No le digas eso a mi padre si no quieres acabar muy mal.-me advirtió.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar esas palabras. ¿Acaso el presidente era capaz de matarme?.
-Pero....
-Abi, por favor, comportate, es por tu bien.-su rostro presentaba preocupación y era lo que más me extrañaba, ¿Max preocupándose por mi?.-solo a mi se me ocurre traerte.-suspiró.
-No pensaba quedarme limpiando allí sola.
-Bueno, tu has lo que te digo y todo saldrá bien. Solo es un almuerzo.
-Okay, pero a cambio quiero...-toque mi barbilla y me dispuse a pensar una recompensa.
-A ver, ¿que quieres?.
-Que me lleves un día al parque de atracciones. Y me compres algodón de azúcar, uno enorme y quiero montarme en todo, contigo o sin ti.-dije.
Parecía una niña pequeña, pero no me inportaba, jamás había disfrutado en un parque de atracciones porque mi padre jamás me había llevado a uno.
Siempre era su trabajo antes, conocía el parque de atracciones como un lugar super divertido y encantador donde solo podías divertirte y no había tiempo para otras emociones.
-¿Solo eso?.-preguntó alzando una ceja.
-Sip.
-Okay, un parque de atracciones será.-se encogió de hombros.
-¡Siii!.-grité de la felicidad.
El semáforo indicó verde y nos pusimos en marcha. Señor presidente agarré su culo a la silla porque voy a ser la persona más buena que ha conocido en su vida.
Misión difícil pero no imposible.
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La hija de Josh Miller®| Terminada✔
JugendliteraturAbigail Miller, hija de Josh Miller el hombre más famoso de todo el mundo. Su padre se ve obligado a meterla en un internado debido a las travesuras de su hija. Pero ¿quién dice que Abi vaya a cambiar su forma de ser en un internado?. Lee todas las...