Max
Cargo a Abi en mis brazos y salgo corriendo hacia el edificio. Llego a conserjería y no hay nadie. Tumbo a Abi en el banco y cojo el teléfono corriendo llamando al hospital.
Cuando me avisan de que vienen en camino me agacho al lado de Abi y aparto el flequillo de su cara, acaricio su rostro y sujeto su mano con fuerza.
Limpio un poco de sangre que le sale de la frente, ya que se ha chocado con una piedra al caer.
—Abi, por favor.—beso su mano y después su frente.—despierta, por favor, despierta.—pido.
—¡Abi!.—grita Harper y me volteo para ver a Ian y Harper acercarse corriendo.
—¿Qué le hiciste?.—pregunta Ian alterado.
—¿En serio crees que le haría algo?.—pregunto ofendido.
—Abi.—Harper la llama y limpia su rostro de lágrimas... ¿Ha llorado?.
—¿Qué te ha pasado a ti?.—frunzo el ceño.
—Eso ahora no importa.—dice.—¿Has llamado a una ambulancia?.
—No, me he ido a tomar el té y unas galletas, ¿¡TU QUÉ CREES!?.—digo obvio.
El sonido de la ambulancia se escucha y corremos fuera con Abi en brazos.
—0—
Se llevan a Abi. Me quedo allí parado entre la multitud de personas que vienen y van.
Pego mi espalda a la fría pared de mármol y me siento en el frío suelo, pego las rodillas a mi pecho y me echo sobre ellas.
Escondo mi rostro y decido qué es la mejor oportunidad para llorar.
—Qué todo esté bien.—comenta Harper y cruza los dedos.
—Me moriré si no es así.—digo entre lágrimas.
Unas horas después...
La presión de mi pecho ha cesado, limpio mi rostro lleno de lágrimas . Alzo la vista y veo a Harper cabizbaja mirando su teléfono. En cambio, Ian está hablando por teléfono.
—El padre de Abi viene ya.—anuncia tras colgar.
—Al menos se ha preocupado por su hija.—sonríe un poco Harper.
—Se ha asustado mucho.—cuenta Ian y se sienta a su lado.
—Necesito saber que Abi no tiene nada si no me moriré.—paso las manos por mi pelo desesperado.
—¿Por qué le pusiste el cuernos?.—pregunta Harper.
—Eso... Solo se lo voy a contar a Abi...—intento explicar.—y no le puse los cuernos.—añado.
—Pues espero que la explicación sea buena.—rueda los ojos Ian.
—Es verdadera.—me encojo de hombros.
—¿Abigail Miller?.—sale el doctor y nos levantamos rápidamente.
—Nosotros.—decimos a coro.
—¿Tu padre es el presidente?.—asiento con la cabeza.—muestrale esto de mi parte.—muestra su dedo del medio y prosigue mientras que Ian y Harper ríen.
—Seguro que le encanta.—digo irónico.
—Bien, Abi está bien.—el alivio recorre mi cuerpo y respiro profundamente.—solo ha tenido una bajada de presión y de azúcar por la falta de alimento, ¿no comía?.—nos pregunta.
—No... Estaba muy triste y se le iba el apetito.—explica Harper.
Un cuchillo me atraviesa el pecho y la culpabilidad aumenta aún más.
—Y bueno, ha estado más tiempo desmayada por el impacto de la piedra en su cráneo que ha causado algunos daños, pero todo está bien.
—¿Y cuándo despertará?.—pregunta Ian.
—Ya lo está, pero dice que a Max no quiere verlo.—explica.
Segundo cuchillo.
—Se lo diré.—hablo yo.
—¿Tú eres?.—alza una ceja.
—Matt, su hermano gemelo.—miento y Harper e Ian me miran confundidos.
—Bueno, no me lo creo pero tiene el jarrón preparado para tirartelo a la cabeza.—informa y todos abrimos los párpados asustados.—yo avisé.—alza sus brazos y se marcha tan feliz.
—Un médico de lo más normal.—dice Ian irónico.
—Bueno voy a entrar.—digo.
—Ni de broma.—habla Ian.—nosotros primero.
—Yo la primera y después irá Max.—habla Harper cómo una madre.—y le contarás toda la verdad, y así por lo menos dejará de sufrir un poco.
—Pero...—Ian habla.
—Nada de peros.—calla Harper y se adentra en la habitación.
—0—
Abi
Escucho unos pasos y alzo el jarrón al aire preparado para el ataque. La puerta se abre y cuándo voy a lanzarlo veo a Harper y freno el vuelo.
—¡Harper!.—dejo el jarrón a un lado y extiendo mis brazos.
Ella corre a mi y me abraza como si no me hubiera visto en años.
—¿Has llorado?.—digo al ver su rostro mojado.—¿Por mi?.
—Si...
—Tonta, tu bien sabes que bicho malo nunca muere, no se vais a deshacer de mi tan fácilmente.
Ríe y me contagio.
—Te echaba de menos.—acaricia mi rostro.—y han sido unas horas.—sonríe.—creía que te habías quedado embarazada....
—¿QUÉ?.—me aparto de ella.—pero si soy más virgen que el aceite.—reímos ante mi comentario.
—Los vómitos, mareos, falta de apetito...—se escusa y se sienta en los pies de mi cama.
—Solo era porqué estaba triste.—explico.—por ya sabes qué, vomitaba porque me encontraba mal e inútil... No comía porque no me daba hambre y me mareaba porque no tenía nada en mi cuerpo.
—Ya, nos lo ha explicado el doctor.
—Y él a mí.
—Abi, va a entrar Max.—comienza.
—No.
—Abi...
—Que ni se atreva.—cojo el jarrón y Harper se acerca a mi de nuevo y me quita el jarrón.
—Te va a contar la verdad.—explica.—y no sé cuál es, pero deberías oírla, a veces.—suspira.—deberíamos escuchar sus razones si las tienen.—deja el jarrón en la mesa y se le cae una lágrima.—¿Escúchalo vale?.—coge mi mano con fuerza.
—¿Qué ha pasado?.—frunzo el ceño, conozco a Harper.
—Eso ahora no importa. Tú escúchalo.—se aparta de mi.—¡Entra Max!.—grita y seguidamente Max aparece por la puerta.
Harper desaparece de la sala y Max sigue allí parado, mirándome a los ojos fijamente.
—Abi.—alza un poco sus brazos.—voy a decirte la verdad.
—No quiero.—me cruzo de brazos.
—Escuchame ¿Si?.—pide.—no me acerco si quieres.
—Vale.—opto por esa opción.—y después te vas lejos de mi vista.
—Me iré si quieres, yo solo necesito que sepas la verdad.
—Pues escupe.—miro hacia otro lado, no soy capaz ni de soportarle la mirada.
—Te explico....
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La hija de Josh Miller®| Terminada✔
Roman pour AdolescentsAbigail Miller, hija de Josh Miller el hombre más famoso de todo el mundo. Su padre se ve obligado a meterla en un internado debido a las travesuras de su hija. Pero ¿quién dice que Abi vaya a cambiar su forma de ser en un internado?. Lee todas las...