Capítulo 32.-Siempre seré yo.

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Deslizo mi cuerpo hacia la mesa que está justo al lado de este chico que ha llamado bastante mi atención. Apoyo mi cabeza en mi mano y lo observo. Mira a la nada, parece tan... Seguro.

—¿Tengo monos en la cara?.—me dice en un tono burlón.

—Puede.—me río.—aún así los monos son más bellos que tú.

—Vaya gracias, yo aquí buscando algún cumplido para tu fealdad.

—Oooh golpe bajo.—digo riendo y él se une.

—Starbucks.—extiende su mano y me echo a reír.

—¿Es una broma?.—pregunto mientras entrelazo mi mano con la suya.

—Ya, suena raro, pero ese es mi apellido.—se encoge de hombros.—me llaman Café con eso te lo digo todo.

No puedo evitar reírme.

—Miller.—me presento.—Abi.—le dedico una sonrisa.

Max está de piedra, es cómo si la tierra se hubiese tragado su alma y su cuerpo se hubiese quedado allí intacto. Pero no dura mucho tiempo esto, ya que Kris entra por la puerta corriendo, con su blusa rota y abraza a Max desesperada.

—La que faltaba.—musito molesta y rodando los ojos.

—¡Amanda me ha hecho esto Max!.—dice aterrorizada y Max la abraza para calmarla.

Es posible que ahora Amanda me caiga un poco, solo un poquito, bien.

—Dice que me aleje de ti y no sé qué...—comienza a decir nerviosa.

—Shh, tranquila, déjala ella es así, se le pasará.—comienza a tranquilizarla.

—¿Y ella es?.—ahora es el turno de Carlos.

Kris.—digo con odio.

—Carlos.—se presenta de una manera borde.

—Encantada.—le deja una sonrisa que Carlos no piensa devolver.

—Esto va a estar muuuy bien.—digo con ironía y resoplo.

—0—

Leo

Camino por los pasillos. Llevo buscando a Harper toda la mañana, parece que me está evitando.

¿Será que me odia por haberla besado?

Sabía que enamorarse de una chica como ella no iba a ser nada bueno.

Ella es muy buena, responsable, dulce y yo... ¿qué soy yo? Un chico que va detrás de las chicas, de un buen culo y de fiesta en fiesta.

Normal que se aleje de mi.

La suerte parece estar de mi parte cuando me la veo caminando con unos libros pegados a su pecho y sonriente porque acaba de saludar a alguien.

Su rostro palidece al verme y se frena en seco.

—Harper...

—Leo...—dice cabizbaja.

—¿Estás bien?.—me atrevo a preguntar. Sinceramente no me gustaría perderla ahora.

—S-Si.—se encoge de hombros.

Está nerviosa, lo sé.

—Tengo que hablar contigo...—comienzo.

—Llego tarde.—se apresura a decir.

—Harper....¡te quiero!.—grito antes de perderla otra vez.

Ella se gira como si hubiese visto al mismísimo demonio pero poco a poco va apareciendo una sonrisa en su rostro.

Tira los libros y se echa a correr a mis brazos, y en menos de unos segundos sus labios están unidos a los mios por un beso.

—0—

Abi

Me tiro en mi cama, agotada de todo. Cuando alguien llama a mi puerta y le invito a que entre ya que yo no quiero levantarme.

Carlos entra y se sienta en la cama de Harper. Lo miro con el ceño fruncido y él solo me dedica una sonrisa de lado.

—¿Y tú que quieres?.—alzo una ceja.

—Odio este lugar y pareces ser la única que también lo odia.

—Mucha más gente lo odia, solo que yo lo muestro.—me encojo de hombros.—y me da igual lo que opine la gente.

—En serio, me encantas.

—¿Qué te qué?.—abro mis párpados lo más que puedo asombrada.

—Eres una chica rebelde y eso me gusta.

—¿Me alegro?.

—Quiero que me expulsen.—me confiesa y mis ojos brillan.

—¿Dónde has estado todo este tiempo?.—digo y él no puede evitar reír.

—Buscando a la chica perfecta.—me dedica una media sonrisa y frunzo el ceño.

¿Qué?.

Llaman a la puerta y no me da tiempo formular la pregunta, cuando veo a Max entrar por la puerta. Su rostro palidece al ver a Carlos.

—Abi...—comienza a decir.—tenemos que hablar.

—¿De qué?.—alzo una ceja.

—De nosotros.

—No hay nada de que hablar.—me encojo de hombros.—nos odiamos y siempre será así.

—Abi por favor.

—Abi, te espero fuera.—me dice Carlos y me guiña un ojo.

No recuerdo haber quedado con él, así que supongo que no iré.

—Abigail por favor.

—No me digas así.

—Abi te he confesado cuanto te quiero, ¿cuándo vas a hacer lo mismo?.

—Cuando te quiera, supongo...

—Abi...

—Max, tú y yo no podemos estar juntos, ¿no te das cuenta? Eres el chico perfecto, el niño de papá y tienes que encontrar a una buena dama para que sea la primera dama, no yo, yo soy rebelde, hago lo que me da la gana y paso de todo.

—Serías la mejor primera dama.

—Max olvídalo, además me queda poco aquí.

—¿Cómo poco?.

—Me van a expulsar.

—¿Te lo ha dicho él no? ¡Es mala influencia Abi! ¿¡Qué hay de tu futuro!?.

—¿Mi futuro?.—suelto una risotada.—yo siempre seré la hija de Josh Miller, no soy más.

—Eres mucho más.—se acerca a mí y mi corazón se acelera.—puedes conseguir todo lo que te propongas.

—Ahora mismo solo me propongo que me expulsen.—me encojo de hombros.—tu cuida a Kris que Amanda la puede matar en cualquier momento, además es perfecta para ti, buena alumna, linda, coqueta, ya sabes todo eso.

—A mi no me gusta Kris.—dice con una sonrisa burlona y da un paso más hacia mi.

—Ya claro y yo me chupo el dedo.—ruedo los ojos.

—Te lo he dicho miles de veces Abigail.—me roba un beso.—siempre serás tú.

Sieento haber tardado tanto, pero hasta aquí el capítulo 32, espero que les haya gustado :)

Quiero aclarar que no puedo contestar a tooodos los mensajes que me dejáis, leo algunos pero me es imposible tantos, lo siento.

Un besito.

Muaak

La hija de Josh Miller®| Terminada✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora