Capítulo 50.-Un día lleno de sorpresas.

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Max se queda paralizado, allí en donde le he obligado a quedarse. Toma aire y lo expulsa costoso y listo para comenzar a darme una explicación.

—Mary...

Y la dichosa Mary ataca de nuevo. No sé porqué, pero siempre está en todas las conversaciones, a veces, incluso llego a pensar, que nunca se olvidó de ella.

—¿Qué pasa ahora con Mary?.—digo molesta y cruzandome de brazos.

—¿Recuerdas que te dije que tuvo un accidente?.—arquea sus cejas y de repente cambio mi semblante acordandome de aquella conversación.

Aquella profunda conversación.

—Si...

—Ese accidente, no fue un accidente.—comienza.—mi padre lo planeo, bueno.—traga saliva.—planeo... su muerte.

Mis párpados se abren automáticamente de manera instantánea, no me esperaba eso para nada, sabía que ese hombre era un monstruo, ¿Pero llegar a matar a alguien?.

—Y-Y...—comienzo a tartamudear confusa.

—Él quería que estuviera con Amanda.—explica.—y yo amaba a Mary, así que arriesgue su vida aún sabiendo lo que podría pasar, ya que me había advertido... Sinceramente nunca pensé que hubiese llegado a ser capaz...

—Lo siento... La querías mucho...—digo cabizbaja y con pena.

—No más que a ti.—anuncia y mi corazón siente una pequeña punzada llena de chispa que me anima.—y ahora te explicaré la razón por la cuál estuve con Amanda.

—Escupe.—vuelvo a ser borde.

—Ella me amenazó con comentarle a mi padre lo nuestro, poniendo en riesgo tu vida, y Abi.—hace una pausa, se acerca a mi y coge mis manos.—si te llego a perder a tí, ahí si me mato.

El alma se me cae a los pies, al verlo con los ojos llorosos y lleno de preocupación. Mi vida corre riesgo ahora mismo por tenerlo cerca, pero sinceramente ahora mismo prefiero perder la vida a perder este contacto con él que echaba de menos.

Sueno mi nariz y aparto la mirada. No soy capaz de mirarlo a los ojos, no ahora.

¿Qué hago con mi vida?. Por mucho que sea una explicación coherente, podría habermela consultado, ya que se suponía que no teníamos secretos y haber llevado eso adelante... Y no sé si voy a poder volver con él, ¿Y si me vuelve a engañar?.

—Joder...—es lo único que sale de mi boca, pero por poco tiempo ya que me coge por sorpresa y me besa.

Sujeta mi rostro con fuerza y su lengua separa mis labios para dejarse entrar, choca con mi lengua desesperada y la mía la sigue con deseo. Necesitaba esto, necesito esto.

Lo aparto de un empujón. Estamos sin aliento alguno tanto el como yo. Me mira con los párpados abiertos y yo sorprendida.

—¿Me perdonas?.—cuestiona.

—Yo...

Mi cabeza está a punto de estallar en este momento, además si tan solo quedan cuatro días en el Instituto, nos graduaremos y nadie sabrá de nadie.

—Abi por favor...—pide una explicación.

—No puedo...—suelto de golpe y puedo oír su corazón romperse en pedazos.

—Pero...

—Max... Te amo.—comienzo y algunas lágrimas rebeldes se escapan de mi.—pero... me has engañado, podrías haberme dicho todo, como se suponía que tenía que ser... Me engañaste y no puedo confiar en ti, por mucho que lo intentes...—muerdo mi labio inferior y lo miro a los ojos.—además, en unos días nuestros caminos se separaran y es una tontería todo... Lo siento.

Se queda callado, no dice absolutamente nada.

—Nunca me había enamorado.—dice sin mirarme a los ojos.—hasta que te conocí.—ahora si me mira.—tranquila, yo seguiré amándote....

—Vive tu vida presidente, al fin y al cabo, yo no iba a ser la primera dama.—me encojo de hombros.—se feliz con la mujer que te haga feliz, y lucha con tu padre por ella. No la dejes tirada.

—Te amo.

—Te amo.

Sale por la puerta y me echo a llorar como una condenada. Siento miles de balas clavándose en mi pecho y me hundo más y más en mi.

¿Para qué me enamoro yo?.

—0—

Esa noche...

Mi padre entra corriendo en la habitación y me abraza de repente, el yogur que me estaba comiendo se desperdicia por el suelo y maldigo a mis adentros porque era lo más rico que había provado aquí.

—¿Estás bien?¿Te duele algo?¿Mato a alguien?.—comienza mi padre a decir atropelladamente.

La conserje del instituto entra por la puerta.

¿Un momento....?.

—Sí papá sí.—digo apartándolo de mi lado.—¿Qué te pasa?.

—Lo siento cariño.—dice y besa mis manos.—estaba en el avión reflexionando todo... Debería haberte echado cuenta.

—¿Qué?.—abro mis párpados y arqueo mi ceja.

—Me he pasado toda la vida pensando en mi desde la muerte de tu madre, y no podría soportar haberte perdido, lo siento, lo siento, lo siento...

—Wow.—hoy es un día de sorpresas.

—Perdóname, he sido un mal padre, yo... No me perdono haberme perdido los mejores momentos de tu vida y haberte regañado por tus rebeldías, que después de todo eran causa de mi...

—Joder papá...—me sorprendo bastante.

—¿Siempre te he querido sabes? Pero la fama y la muerte de tu madre me hicieron así... Perdón.

—Gracias papá, era justo lo que necesitaba.—sonrío agradecida a Dios de que por fin mi sueño desde pequeña se haya cumplido.—y...¿Ella?.

—Mira ella es mi novia... Y me ha ayudado mucho cariño... Me he vuelto a enamorar.—sonríe y trae a la conserje a sus brazos.

—Ya decía yo....—toco mi barbilla.

—A partir de ahora, no te obligaré a nada, serás tú y lo que tú quieras ser, te lo prometo.—dice atropelladamente.

Lo abrazo rápidamente y me lo devuelve, nunca había dado un abrazo tan sincero a mi padre y sienta demasiado bien y siento como si algo en mi interior volviera a funcionar.

—Te quiero mi niña.—dice y planta un beso en mi cabeza.


La hija de Josh Miller®| Terminada✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora