La hija de Josh Miller®| Terminada✔

Capítulo 18.-Aburrida en una fiesta.

Harper

Me miro por... he perdido ya la cuenta. No sé como estoy, no sé si este suéter color crema harán que sus pupilas se dilaten, o este pelo rizado a la perfección, o estos vaqueros color blanco. Estoy demasiado nerviosa cuando él solo me quiere para un simple regalo, creo que debería dejar de ilusionarme por cualquier tontería que ocurre en mi vida.

Tres golpes secos me despejan de estos pensamientos que acabo de compartir con vosotros.  Y en menos de un minuto estoy de vuelta en la realidad abriendo la puerta con una amplia sonrisa.

Él nada más verme sonríe igual que yo y se pasa la mano por el pelo, su pelo castaño oscuro que tanto me encanta y hace que lo añada a la lista de cosas en común.

-¿Lista?.-sus hoyuelos aparecen haciendo que mi mundo se desmorone por segundos.

-Lista.

-0-

Llegamos a una gran tienda que no soy capaz de identificar puesto que mi atención solo va dirigida a este chico.

Cuando se decide y le aconsejo que una taza con una frase que le anime la mañana a la querida señora Crowell es el mejor regalo él acaba comparándolo.

Nos sentamos en una cafetería, y por lo que se ve el día está lleno de sorpresas. Mientras esperábamos nuestros cafes un chico de cabello castaño claro y ojos azules ha hecho que capte mi atención, Teo.

-¿Harper?.-exclama haciendo que Leo se voltee con el ceño fruncido.

-¿Teo?.-me levanto y para cuando ha dejado las tazas en la mesa yo ya le estoy dando un abrazo.

-Pero cuánto tiempo sin vernos, como has cambiado Harperina.-ríe, un estúpido mote.-y estás guapísima.-añade haciendo que me ponga más roja de lo normal.

-Anda ya.-hago un ademán con la mano.-tu sí que has crecido, ahora si que eres todo un hombre.-digo.

-Siempre fui un hombre.-se mofa.-¿y cómo te va en el internado?.

-Va bien, pero veo que a ti también te va bien.

-Mucho, dejé los estudios y comencé a trabajar y de momento todo pinta bien.

-¿Qué tal tu madre?.

-Sigue luchando. Pero parece que cada día está un poquito mejor.

-Me alegro que Alejandra esté mejorando.

Leo sigue ahí parado mirando a Teo. Y cuando estoy de nuevo en la realidad los presento.

-Oh, Teo, te presento a Leo, mi amigo.

-Oh, encantado tío.-se dieron tres palmaditas en la espalda y Teo fue llamado por su jefe. Genial.

-¿Quién era? No quiero ser cotilla...-comenzó Leo y no pude evitar reír.

-Mi vecino.-dije cuando tragué mi café.

-¿Fuisteis novios?.-frunció el ceño y yo le escupí café en la cara.

-Lo siento, lo siento, lo siento.-comencé a decir atropelladamente mientras le limpiaba mis babas mezcladas de café. La mano me temblaba y tenía que hacer un gran esfuerzo para no morir en el intento.

Él se reía no sé si de mi o conmigo.

-No éramos nada, solo amigos.-respondo a su pregunta anterior.

-Ah, lo parecía.-¿qué?.-oye gracias por haber venido y haberme ayudado.

-Nada, los amigos están para eso ¿no?.-y me mordí el labio en ese mismo momento, ya la cagué, ¿amigos? ¿en serio Harper?.

-Claro, por eso cuando necesites algo llámame.

No, me, lo, puedo, creer, ¡somos amigos! ¡él es mi amigo! ¡él y yo!.

*insertar ataque fangirl*

Ojalá puediera mandarle un mensaje a Abi pero seguro que está ocupada preparándose para esta noche.

-Oye, ¿vemos esta noche los premios? Podemos ir a mi habitación tengo tele.

-C-Claro.-tartamudeo.

Me acaba de invitar a su habitación, a ver unos simples premios, y yo estoy aquí muriendo.

*insertar ataque fangirl x2*

-0-

Abi

Los ojos color caramelo desaparecen en cuanto los azules de mi padre se interponen.

-Hija tenemos que marcharnos.

Michael me coge el brazo y comenzamos a caminar por la alfombra. Los flashes a los que ya estoy acostumbrada hacen que Michael parpadee varias veces molesto.

-¿Cómo puedes vivir con esto?.-pregunta él.

-Te acabas acostumbrando.-me encojo de hombros.

-0-

Nos sentamos a unos centímetros del escenario, Max se sienta en la otra fila, tiene la mirada puesta en mi y creo que no piensa apartarla. Le enseño mi hermoso dedo del medio y él saca una sonrisa de lado.

-Abi, odio esto.-me confiesa Michael.

-Que me vas a contar.-ruedo los ojos.-oye, ¿por qué estás tan amable conmigo?.

-Supongo que he madurado.-otro con lo de madurar.-además dentro de poco voy a New York a estudiar y quiero llevarme bien con todo el mundo.

-Ya claro, se trata de Dakota ¿no?.

-Ella... me puso los cuernos.

Mi boca se abre como si fuera el mismísimo agujero negro.

-¿Dakota Barner? ¿después de siete años?.

-Si...

Me empiezo a reír de él y él me pega un codazo para que me calle.

-Te engañó y estuviste como un perrito faldero detrás de ella toda la vida.-reí más fuerte.-sé que eres tonto pero esto pasa el límite.

-Cállate.-él empezó a reír conmigo.

Y de repente miles de fotógrafos nos atacaban con flashes dejándonos ciegos y haciéndonos preguntas estúpidas como "¿ya sois novios?"

-¡Buscarse una vida panda de idiotas!.-les grité y todos se esfumaron.

Mi padre me miraba con desaprobación y yo le hice una mueca, ni loca hago pensar al mundo que esto es mi novio.

-0-

Mi padre se levantó con una sonrisa matadora para las chicas. Recogió el premio y comenzó a dictar un discurso aburrido en el que me mencionó.

Más tarde en la fiesta él se rodeaba de famosos y yo me aburría cada vez más. Michael había hecho una amiga que sabía de sobra que le interesaba. Jason se me acercó en ese momento.

-¿Qué tal tú?.-hizo un paso de baile y se incorporó.

-Jason, ¡cuánto tiempo!.-me levanté de la silla y lo abracé.

-¿Todo bien con tu padre?.

-Seh.-arrugé la nariz y asentí con la cabeza.

-Me alegro.

Una chica le llamó y desapareció. Me volví a sentar y a beber de mi bebida.

En menos de un segundo unas manos frías tocaron mis brazos y me agarraron con fuerza. No sabía quién era pero me llevaba fuera de la casa hacia la playa y yo por más que no quería él seguía.

-¿¡Qué te ocurre estúpido!? ¿¡quién te crees para traerme aquí!? ¡mira vas a tener una buena conversación con mi puño! ¿¡entiendes!?.-se giró y tapo mi boca con su mano.

Un típico gesto de él.

Era Max.