Llegamos a la enfermería, donde la enfermera no se encuentra. Todo el camino ha sido en silencio, excepto cuando Max se ha peleado con un chico porque no ha llevado el balón que habían perdido.-Siéntate.-me dice y obedezco.
No tarda ni dos segundos en girarse con un algodón mojado en alcohol en su mano izquierda, oh vaya es zurdo.
La posiciona en mis nudillos y gimo por el dolor. Muerdo mi labio inferior para evitar no derramar una lágrima.
-Qué curioso ¿no?.-dice con una risa sarcástica.
-¿Qué cosa?.-frunzo el ceño.
-Hace nada yo estaba sentado y tu me curabas a mi y ahora es al revés.
-Si.-me encojo de hombros y no le doy importancia.
-¿Me vas a explicar que ha pasado?.-pregunta y se gira para coger otro trozo de algodón.
-La psicóloga del Internado cree que estoy loca y Fátima también.-tenso mi mandíbula.
-¿Por qué creen eso?.-ahora le toca a él fruncir el ceño.
-Porque al parecer creen que tengo problemas en mi casa y por eso no estudio y no tengo claro mi futuro.-miro hacia otro lado.
Suspira.
-No te amargues por ellas.-me aconseja.-no merece la pena.
-Pero es que ha sido toda mi vida igual.-entonces nuestros ojos se encuentran, puedo ver en su mirada que me comprende, vuelve a presionar el algodón y cierro mis párpados para evitar llorar, duele mucho.-siempre han creído que estoy loca, incluso mi padre lo cree.-digo finalmente abriendo mis párpados.
-Te conozco poco pero... ¿desde cuando te importa lo que te diga la gente?.-alza una ceja.
-Desde que empiezo a crecer y a darme cuenta que dentro de nada voy a tener que buscar mi propia vida, y creo que voy muy atrasada.
-Que va.-dice haciendo un ademán.-yo llevo planificando mi vida desde que tengo... ocho años y no es lo mejor.-asegura.
-¿Tu no quieres ser presidente verdad?.-entrecierro los párpados.
-No.
No sé como hemos llegado a este punto en el que Max y yo estamos confesando todos nuestros problemas pero no me siento para nada incómoda.
-Pero tengo que hacerlo por mi padre.-se encoje de hombros.
-Mi padre nunca me ha inculcado que debo ser como él, las pocas veces que ha estado conmigo siempre me decía que debía sonreír para las cámaras.
Alguien entra en ese momento y para nuesta sorpresa es Leo acompañado de Harper, abro mucho mis párpados y sonrío al verlos con una sonrisa juguetona, y sé perfectamente que Harper estará muriendo por dentro. A Leo le está sangrando la nariz.
-¿Leo que te ha pasado?.-pregunta Max.
-Le he tirado sin querer un libro en la nariz.-dice Harper arrepentida.
-Y esa es mi amiga.-digo y río.
-¿Y a ti?.-pregunta Leo refiriéndose a mi.
-Cosas.-hago un ademán con mi mano, ahora vendada.
-0-
Tras cerrar la puerta, me tiro encima de Harper, ambas caemos en su cama. No me levanto, me quedo aquí encima, miro a ambos lados y le grito.
-¡Cuéntame todo ya!.
-Vale, vale.-ríe.-pero quítate.
Obedecí y me senté en su cama con las piernas cruzadas, ella hizo lo mismo.
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La hija de Josh Miller®| Terminada✔
Roman pour AdolescentsAbigail Miller, hija de Josh Miller el hombre más famoso de todo el mundo. Su padre se ve obligado a meterla en un internado debido a las travesuras de su hija. Pero ¿quién dice que Abi vaya a cambiar su forma de ser en un internado?. Lee todas las...