Thirdteen

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Josh: esto, lo narré YO, a mí me pasó, ¿Si? No a la mentada escritora que hace esto... *pose diva*
Okey, no, la cagué y mi mejor amigo me dijo que pusiera eso... Pero ya saben... JOSH P.O.V.

No quiero salir, no quiero salir, maldita sea, quiero suicidarme, todo esto es tan monótono. No me gusta.
Tanto pasaba por mi cabeza mientras caminaba a lentos pasos junto con Sarah y Brendon, pasamos por un helado, anduvimos un rato en el auto del frentón y ahora simplemente caminábamos por las calles más transitadas. El centro de la ciudad era precioso, había un parque rodeado por Sanborns y edificios gigantes, cerca también se situaban lugares de comida rápida, a los cuales iríamos a cenar. Mientras más caminaba, más era la mezcla de sensaciones, entre disgusto y agrado. Me gustaba estar encerrado en mi departamento, pero a la vez cuando salía, después de todo el proceso de arreglarme y el camino, todo era bonito. Las personas hablando solían ser molestas, pero no en esta zona de la ciudad, hay una universidad de artes cruzando la cuadra de modo que lo único que te topabas eran estudiantes con talento en las artes. Si te sentabas en las bancas junto a ellos, a veces, si tenias suerte, escuchabas los poemas o las historias que escribían, o podías observar las maquetas que construían. Siempre, al menos había alguien cantando o tocando algún instrumento, por dinero. Me gustaba eso, hace tanto que no venía que había olvidado lo maravilloso que era.
Sarah vió a un chico tocando el saxofón junto con una chica tocando un teclado y nos jaló bruscamente hacia dónde los alumnos se encontraban.

—Espera mujer, lastimas mis músculos... —Me carcajee como hace tiempo no hacía

—¿Músculos? No Brendon, eso yo diría que es grasa acumulada

—Cállate homúnculo mal parido

—Cállate frente con patas

—Cállate chino, fan de la migración

—Basta —Nos calló Sarah aguantando la risa —Me gusta esta canción, es de jazz... Así que vamos a ir en silencio, poner atención y dejar una propina, ¿De acuerdo? —Asentimos y nos paramos frente a los músicos quienes habían parado para reírse de nuestros insultos mediocres.

Pasaron unos minutos cuando vi una silueta sentada en una banca, dándome la espalda

—Santa mierda

—¿Qué ocurre? —Preguntó la prometida de mi amigo e hice una seña para que esperara

—Esperen, no se vayan
Caminé hacia la persona y el corazón casi se me parte al ver a Tyler, sus manitas estaban llenas de tierra al igual que su rostro y su ropa.
Entre sus manos sostenía algo, me quedé sin palabras, lo observé algunos segundos sin saber exactamente qué hacer. No me veía, veía a sus manos.
Estaba boquiabierto de darme cuenta de que realmente era él. Entonces, abrió sus puños y ¿¡Sacó un cigarrillo de una cajetilla!? ¡Mierda, lo va a encender!

—¡No lo hagas! —Le grité corriendo hacia él y envolviéndolo en mis brazos

—¿J-Josh? —Tartamudeó para soltarse a llorar y se aferró a mi camiseta, jalándola entre sus manos y recargando su cara entre mi cuello. Sentí sus lágrimas recorrer mi piel y sus pequeños sollozos

—Bebé, bebé, no llores amor, no —Lo traté de calmar —Precioso, amor ya estoy aquí chiquito, no tienes que estar mal... Volverás conmigo pequeño y nunca más te voy a dejar ir
Negó con la cabeza y se aferró más a mi llorando

—Gracias, gracias... Te extraño mucho Joshie —Lloró abrazándome, toqué sus bracitos, temblaba.

—Amor, ¿Porque has hecho eso?

—¿Qué?

—Fumar, pequeño. No está bien —Le dije preocupado, tomando su mentón y besando la comisura de sus labios, no sé porque hice eso. Pero lo he hecho sonreír.
Tyler bajó la cabeza triste

—Un señor... Me dijo que-que me quitaba el hambre... Y... Lo ha hecho... No como mucho ahora —Murmuró y talló sus ojitos quitando las lágrimas de éstos

—Eso está mal, no puedes fumar pequeño —Me partió el alma pensar que Tyler ha tenido un cigarro entre sus labios.

—El señor me dijo que era un bambú

—¿Un qué?

—Un bambú... Cuando... —Carraspeó un poco —Algo que la gente considera malo, pero en realidad no lo es

—Un taboo querrás decir

—Eso —Bufó —Pero no es malo, tú... Lo has hecho —Me dejó sin palabras

—¿Cómo-como lo sabes? —Pregunté nervioso

—Con Halsey. Los escuché

—Es algo tonto

—Entonces no lo hagas

—Es que... —Pensé en lo increíblemente placentero que me era tener un cigarrillo, la sensación de placer que éste trae consigo y el sabor a nicotina que se queda, tan insoportable y extraño —No lo volveré a hacer... Si tú no lo lo haces

—Ni siquiera me gusta hacerlo... Era solo que... Sentía que me iba a morir, mi pancita dolía y mi garganta ardía horrible

—Pero no más, bebé. Yo te voy a cuidar y a proteger de eso —Tyler sonrió y se acurrucó contra mi

—Perdón si me porté así... Es que no me gusta que... Veas a Halsey... Pero, si te gusta...
Negué callando sus palabras y tomé su mentón entre mis dedos para besar sus labios superficialmente, haciéndolo sonrojar
—J-Josh

—Me gustas tú Ty






—Me gustas tú Ty

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Carousel Boy; Joshler [#FueledByPremios2017] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora