Capítulo 3

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Por fin Lunes. Irónico ¿verdad?

Estaba bastante nerviosa, hoy conocería a los jugadores, a mis ídolos.

Estaba desayunando unas tostadas cuando mi móvil comenzó a sonar.

— ¿Sí? –descolgué sin mirar.

— ¿Nos llegamos a por ti para ir a trabajar? –preguntó Noa.

— Sí, mejor.

— En un cuarto de hora estamos allí. No estés nerviosa –bromeó.

— Imposible –reímos –. Ahora nos vemos.

Colgué.

Hoy sería de los pocos días que me iría con los dos tórtolos a trabajar, ya que hoy tocaba entrenar en el Vicente Calderón. Los demás días trabajaríamos en la Ciudad Deportiva Wanda, la cual quedaba a tres cuartos de hora de mi piso.

Llamaron al timbre. Eran ellos. Bajé.

— Buenos días –dije entrando al coche.

— Se te ve contenta.

— Y un poco nerviosa.

— Sí, bastante –sonreí.

— Tranquila –dijo Grizi –, son personas normales como tú y yo.

— No me jodas, Griezmann –bromeé. Reímos.

— Ya sabes a lo que me refiero, trátalos igual que como me tratas a mí.

— O sea que va a tener que darles collejas –intervino Noa. Reímos.

— De momento no, pero seguro que el Cholo te dará permiso más adelante –reímos de nuevo.

Tras minutos de charla, llegamos.
Seguí todas las indicaciones que ponía en el correo; primero firmé el contrato, y luego bajé al césped.

Allí me esperaban todos los jugadores y el cuerpo técnico.

— Muchachos os voy a presentar a Luna, viene a hacer las prácticas de enfermería –me presentó Simeone –. Es del Atleti, así que más os vale tratarla bien –todos los jugadores estallaron en ovación.

— Hola, encantada –sonreí con un leve rubor en las mejillas.

Fui conociendo uno a uno.

— Encantado, me suenas de algo –bromeó Antoine.

— Qué gracioso eres Antoine –dije rodando los ojos mientras le pegaba una colleja. Él rió.

— Así me gusta, que aportes mano dura al club, te doy el permiso de darle un pequeño toque de atención a los jugadores siempre que sea necesario –me permitió riendo. Reí.

— ¿Ves? Te lo dije –me susurró el francés.

— Encantado Luna, soy Gabi, el capitán del equipo –sonreí ampliamente.

— Eres su favorito –canturreó Griezmann.

Me puse roja a los instantes.

— Eso está bien saberlo –dijo Gabi riendo. Me abrazó.

— Saúl Ñíguez, a sus pies –se presentó un chico moreno claro con unos ojos muy bonitos. Reí.

— Encantada –sonreí un poco incómoda.

— Ya está ligando el ilicitano –bromeó Torres –. A éste ni te acerques que es un rompe corazones.

Ya decía yo que había sido bastante directo... me lo apuntaré.

— Hola guapa, soy Lucas Hernández, un placer –dijo sonriendo tímidamente.

— Mucho gusto Lucas –le sonreí.

— Hola, soy Yannick Carrasco...

— "Míster tupé" para los amigos –le interrumpió Moyá. Reí. Yannick rodó los ojos.

— Tú eres mi cuñado –él sonrió divertido.

– ¿Tu cuñado?

— Ajá –asentí –. Mi hermana Amil está loquita por ti.

Todos rieron.

Tras más presentaciones comenzó el entrenamiento.

— Puedes quedarte por aquí si quieres, no hace falta que te vayas a tu consulta a no ser que tengas trabajo –me informó el Cholo amablemente.

– Vale. Muchas gracias –sonreí.

Era divertido ver cómo los jugadores se lo pasaban fenomenal entrenando. En este grupo había buenas sensaciones.

Me terminaste gustando [Saúl Ñíguez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora