Me encontraba haciendo la maleta, esta tarde me iría a Múnich con el equipo.
Mi primer día de trabajo y ya tenía que viajar lejos con el club. En realidad sólo me lo habían ofrecido, pero acepté, no sabemos si volveremos a viajar allí en toda la temporada.
Respecto al equipo, esta mañana había hablado con todos ellos, mayormente con Gabi y Tiago. Digamos que con ellos he cogido más confianza que con los demás.
— ¿Llevas el cargador del móvil? –preguntó Amil por décima vez.
— Que sí, pesada –rodé los ojos. Se hizo la ofendida –. Sabes que en el fondo te quiero.
— Más te vale –reímos –. ¿Cuándo me vas a presentar a Yannick?
— Esta mañana le he hablado de ti –su cara cambió a una horrorizada.
— ¿Qué le has dicho?
— Que eres su futura esposa.
— ¿Tú eres tonta o en tu casa te entrenan? –preguntó roja como un tomate.
— Te recuerdo que vivimos en la misma casa –le guiñé un ojo.
— Touché.
Terminé de hacer la maleta entre risas y junto a Amil, me dirigí hacia el Cerro del Espino, donde habíamos quedado.
Tras cuarenta minutos aproximadamente, llegamos.
— Hermana, te veo nerviosa –dije riendo.
— Cállate.
— Si no te he dicho nada.
— ¡Mirálo! ¡Está ahí!
— ¡¿Quién?! –pregunté perdida.
— ¡Mi futuro esposo!
De repente Yannick giró la cabeza y sonrió. ¿Tan alto había gritado la loca de mi hermana?
— ¡Hey Yannick! –dije bajando del coche.
— ¡Hola! ¿Te ayudo con la maleta?
— No gracias, ya tengo a mi hermana para que la lleve –Amil se hizo la ofendida. Reímos –. Te la presento; Amil, Yannick; Yannick, Amil.
Se acercaron y se dieron dos besos.
— Así que esta chica tan guapa es de la que nos has estado hablando esta mañana –Amil se ruborizó –. La misma que decía que éramos novios ¿no?
— La misma –reí. Amil era un tomate.
— ¡Chicas! –nos saludó Noa –. Amil, ¿te encuentras bien? Parece que vas a explotar.
— Eh, estupendamente –reaccionó.
— Es hora de que nos vayamos yendo –anunció Carrasco.
Amil y yo nos fundimos en un fuerte abrazo.
— Llámame cuando llegues, ¿vale? –sonrió.
— Por supuesto –le di dos besos –. Te quiero.
— Y yo.
— Chicas, os vais a ver mañana por la noche, no seáis dramáticas –dijo Noa riendo.
— A las gemelas les gusta el drama –intervino Yannick. Reímos.
— ¡No quemes la casa! –le advertí dirigiéndome al autobús.
— Ha sido un placer –dijo Yannick guiñándole un ojo.
Tras un cuarto de hora de viaje en el autobús, llegamos al aeropuerto. Allí facturamos nuestras maletas y despegamos.
Estaba leyendo tranquilamente cuando noto que alguien se sienta a mi lado.
— Hola –sonreí mientras cerraba el libro.
— ¿Qué tal llevas el viaje?
— Bien, un poco largo –reímos –. ¿Y tú?
— Igual, pero ya estoy acostumbrado. Habrás traído ropa de abrigo ¿verdad?
— Sí sí. Miré el tiempo y vi que allí hace muchísimo frío.
— La última vez, cuando estuvimos en mayo, no lo hacía tanto, pero aún así hacía algo.
— Espero que el frío no os dificulte el juego.
— Confía en nosotros –me guiñó un ojo.
— Eso siempre –sonreímos.
Tras tres horas de viaje llegamos a Múnich. Antes de salir del avión noté cómo tocaban mi hombro. Era Lucas.
— Os he visto. Yo si fuera tú no mantendría mucho contacto con Saúl. Es muy buen compañero, pero en el equipo no se habla igual respecto a las relaciones con las chicas. Así que por favor, ten cuidado –me advirtió mirándome directamente a los ojos.
Y sin más se fue, dejándome con miles de preguntas, que tarde o temprano iban a ser respondidas.
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Me terminaste gustando [Saúl Ñíguez]
Fanfic"A veces tenemos que alejarnos de ciertas personas, no porque queramos, sino porque debemos." Empezada: 04/12/16. Acabada: 05/02/17.