Capítulo 16

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La cuenta atrás estaba siendo un desastre. Carrasco se había quedado sin la mitad de las uvas, Amil tenía de más, a Noa le faltaban lacasitos, todos estaban en la boca de Griezmann, Saúl se las había comido antes de empezar y yo... yo tenía salud, que es lo importante.

— ¡TRES! –exclamaron Carrasco y Amil.

— ¡DOS! –gritaron esta vez los Griezmann.

— ¡UNO! –terminamos Saúl y yo.

— ¡FELIZ AÑO NUEVO! –exclamamos al unísono.

Sentí cómo me envolvían entre unos brazos.

— Feliz año nuevo, princesa –me susurró.

— Feliz año nuevo, príncipe –sonreímos. Al instante uní nuestros labios.

Le deseé feliz año a todos, pero me faltaban los tortolitos.

— ¿Y Amil?

— Está con Carrasco fuera.

Todos abrimos los ojos como platos y corrimos sin hacer ruido hacia donde estaban ellos.

— ... y después de haberte confesado todo esto, quiero preguntarte una cosa. ¿Querrías ser la novia de este belga tan guapo?

A Amil le brillaban los ojos, tenía una sonrisa radiante.

— Por supuesto que quiero ser tu novia –contestó alegre.

Carrasco la cogió y dio varias vueltas con ella para finalizar con un tierno beso.

— ¡Qué monos son! –susurró Noa más alto de la cuenta. La pareja se dio cuenta de nuestra presencia.

— ¿Os traemos palomitas y unas mantas? –preguntó Amil divertida sin vergüenza alguna, en cambio, el belga se ruborizó.

— No sabía yo que fueras tan vergonzoso, cuñado –dije guiñándole un ojo –. Feliz año nuevo y enhorabuena –le abracé.

— Igualmente –me dio dos besos.

— Lo mismo te digo hermana –le di un abrazo de oso.

Una hora más tarde sólo quedábamos los seis, aunque la cosa no cambió, Saúl y yo seguíamos de sujetavelas.

— Joder, esto de que tengamos mañana que trabajar es una putada... –opinó Carrasco.

— Yo no trabajo –sonrió Amil con autosuficiencia.

— Qué suerte tienen los tontos –le bromeó a su novia para después besarla.

— Que razón llevas –le apoyó Noa, la cual estaba sentada en el regazo de su francés.

Amil se me acercó y se sentó a mi lado. Sonrió tristemente. Sabía que quería decir su sonrisa, otro año más sin ver a nuestra familia.

— Anda, ven aquí –le abracé —, ¿quieres hablar a solas? –asintió.

Nos dirigimos a la cocina. Le abracé de nuevo. Ella sollozó.

— Hey, no te pongas así –le animé limpiando sus lágrimas –, me vas a hacer llorar y no quiero – ella rió –. No pienses en el pasado, ahora eres feliz, estás con la persona a la que quieres, el equipo, y conmigo, siempre. Acabamos de  empezar un nuevo año y no lo vamos a empezar mal, vamos a intentar que sea lo mejor posible, ¿vale? –ella asintió sonriendo.

— Pero hay un pequeño problema... –dijo nerviosa.

— ¿Cuál?

— Estoy embarazada –dijo tras un largo suspiro.

— Hostias... ¿Yannick es el padre? –ella asintió cabizbaja. Suspiré –. ¿En qué estabais pensando?

— No quieras saberlo –dijo con un tono de picardía en su voz.

— No me refiero a eso –reímos –. ¿Se lo vas a decir?

— Tengo que decírselo, aunque debo dar por rota nuestra relación.

— No sé cómo es Yannick en estas situaciones, pero él te debe ayudar.

— Ya...

— Díselo ahora. No puedes esperar más, tarde o temprano se dará cuenta.

Respiró profundamente.

— Allá voy.

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Queridas lectoras, os deseo un feliz año nuevo con antelación. Espero que lo festejéis, con precaución, y lo paséis genial. 😉😆

Ojalá y cumpláis vuestros sueños y vuestras metas en este año y conozcáis a gente maravillosa como vosotras. 😚

Este 2016 ha sido perfecto para mí, espero que el 2017 sea igual o incluso mejor, si es posible. 🙌

Un gran abrazo y muchos besos para todas! A por el 2017! 👏✨💓

Me terminaste gustando [Saúl Ñíguez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora