Me terminaste gustando [Saúl Ñíguez]

Capítulo 13

— Os presento a Luna, una amiga.

— Bienvenida cariño, soy Pilar –se presentó su madre.

— Hola guapa, yo soy José Antonio –dijo esta vez su padre.

— Yo soy Aarón, el hermano mediano –se presentó el más bajo de los tres.

— Yo soy Jony, el más mayor –rió.

— Un placer conoceros –dije amablemente.

Entramos al salón, nos sentamos y estuvimos hablando animadamente hasta que llegaron dos chicas con un carrito.

— ¡Hola! –saludó una morena acercándose a nosotros –, soy Noelia, me puedes llamar Noe, y este de aquí –sacó al bebé del carrito –, es Matías.

— Yo soy Nereida, llámame Nere –sonrió la rubia.

— Un placer chicas.

— Es guapo como el padre, ¿eh? –se señaló Jony riendo refiriéndose al bebé. Reímos.

— Lo conozco ya perfectamente, Saúl no para de enseñarme fotos o hablar de él.

— Pues que lo vea por fotos, porque como lo coja no lo suelta... –rió Noe.

— Es como si se lo pegara con loctite –dijo esta vez Aarón.

Esta familia era genial, los envidiaba. Hacía muchísimo tiempo que no sentía el calor que una familia te brinda.

...

Me empecé a arreglar para la cena. Me puse el conjunto que preparé ayer: un vestido negro ajustado hasta la cintura, que llegaba por encima de las rodillas. Era simple. Y unos tacones a juego similares al vestido. Me maquillé muy poco, lo justo para verme bien y a la vez natural.

— Estás guapísima –dijo Saúl mirándome mientras bajaba las escaleras.

— Tú no te quedas atrás –él llevaba una camisa blanca y unos pantalones negros.

— Luna, coge un momento a Matías, que voy a hacerles una foto.

Asentí y cogí al bebé.

— Hola pequeñín –acaricié su mejilla. Él comenzó a reírse.

— ¡Ya está! Mira qué guapos –me enseñó la foto.

— Muy guapos, chicos –les guiñé un ojo.

La cena empezó, había mucha variedad de aperitivos, estaban todos riquísimos.

— Bueno Luna, cuéntanos sobre ti –me ofreció Pilar –, que entre unas cosas y otras no hemos hablado tranquilamente.

— Aquí empieza el interrogatorio Ñíguez –dijo Jony riendo –, le vas a tener que decir hasta tu DNI.

Y qué razón llevaba, pero no me podía quejar. Ellos habían aceptado cenar en Nochebuena con una desconocida, lo mínimo que podría hacer es hablarles sobre mí. Hasta que tocaron el tema delicado.

— ¿Y qué tal tu familia? –me preguntó José Antonio.

— Eh... pues estoy viviendo con mi hermana, nos cuidamos mutuamente –sonreí incómoda.

Saúl, al notar mi incomodidad, cambió de tema rápidamente.

— ¿Traemos ya el postre? –su padre asintió y se levantó.

Saúl, que estaba a mi lado cenando, se acercó a mí y me susurró:

— Lo siento –me acarició la mano –, luego si quieres hablamos –asentí.

La comida acabó, estuvo todo muy bueno, y la compañía fue inmejorable, me faltó Amil, pero sabía que ella estaría disfrutando igual con la familia Carrasco.

— Chicos, os he preparado una habitación para los dos –se disculpó Pilar –, no sabía que sois sólo amigos.

— No se preocupe Pilar, dormimos juntos.

— ¿De verdad que no te importa? –preguntó Saúl. Negué.

— Es que Saúl me habla muy bien de ti, entonces pensé que érais novios –explicó con una sonrisa tímida.

Miré a Ñíguez con una ceja alzada.

— A ver... —se rascó la nuca –, es que...

— No pasa nada Saúl –reí mientras besaba su mejilla. Él se ruborizó.

— Eres una chica muy simpática –opinó Aarón sonriendo –, no nos importaría que formaras parte de nuestra familia.

Sonreí ampliamente.

— Es verdad, estaría genial tener una cuñada tan agradable como tú –comentó Nere sacándome los colores.

— Muchas gracias de verdad –agradecí –. Al principio tenía un poco de miedo al no saber cómo íbais a reaccionar conmigo...

— Es obvio que con personas como tú íbamos a reaccionar bien –dijo su padre guiñándome un ojo.

Estuvimos hablando bastante tiempo. Se nos hizo tarde, pero se pasó muy rápido. Daba gusto estar con una familia así.