Nathan el idiota.

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Oh, no.

El mensaje que había llegado decía:

- Ah, y por cierto... Mi nombre es Nathan😉
~Tu salvación😎

A lo que contesté:

- Salvación mis polainas. Nathan el idiota querrás decir😌
~Maia💜

Agendé al idiota como tal, y guardé mi celular.

Realmente no sabía de dónde había sacado mi número. Aunque... Era de esperarse, en la salida de mi casa había una pequeña pizarra con los números de emergencia, incluído mi celular. Así que supuse que lo había sacado de ahí.

Me fui a dormir. Mañana sería un laaaargo día...

(...)

Me levanté gracias a esa estúpida alarma. Yo la verdad era muy extraña. Por un lado odiaba tener que madrugar, pero por otro me alegraba porque siempre me rendía la mañana cuando me levantaba temprano.

De cualquier forma,  esta vez no podía alegar nada, ya que mi alarma estaba programada para sonar así podía ir a inscribirme al auditorio de música.

Tal vez no lo recuerden, pero toco piano, violín y canto. Voy a asistir a unas clases que se harán en el auditorio para así poder entrar en la sinfónica, donde sólo los mejores entran.

Me preparo para ir a inscribirme. Saco mi otro auto, sí, tengo otro que no es de carreras para poder manejarme tranquila en la ciudad, sin necesidad de esconder mi identidad.

Llego al lugar y me encuentro con una fila muy larga. Esperando como debía, se me acerca un chico. Su aspecto era tan... Cliché. Alto, engreído y de coeficiente intelectual alto dudoso.

- Hola bonita -me dice arrogantemente. Ya me caía mal, yo no le había pedido ningún cumplido.

- ¿Qué es lo que quieres? -dije sin más, odiaba andar con rodeos.

- Ohh qué carácter tiene la princesa -dijo el insoportable.

- No me llames así y dime que es lo que quieres -respondí enojada.

- ¿Qué haces aquí? ¿Vienes a inscribirte a la clase? ¿Tocas algún instrumento? -preguntó.

- Creo que es obvio... -rodé los ojos-. Vengo a inscribirme, voy a entrar al auditorio -dije y me volví a ver cuánto faltaba para que me tocara. Lo bueno es que ya casi era mi turno.

- ¡Qué bien! Entonces seremos compañeros -me guiñó un ojo-. Eso suena interesante.

- ¿Por qué? -pregunté incrédula.

- La chica más linda, con el chico más guapo -volvió a guiñarme un ojo, a lo que yo rodé los ojos- ¡La pareja perfecta!

Solté una carcajada.

La Música es mi Vida, Idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora