Lo quemaré a él y a su cello.

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Me levanté súper temprano, ya que debía ir al curso para lo del auditorio

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Me levanté súper temprano, ya que debía ir al curso para lo del auditorio. Pero quería irme caminando así que me preparé rápidamente y emprendí viaje, trataría de no llegar tarde. Lo cual no logré.

- Hola, disculpe la tardanza. Siento mucho es... -dije rápido pero el profesor me interrumpió.

- Usted debe ser la señorita Turner -dijo y asentí- Okay. Siéntese y que esto no se repita ¿De acuerdo?

- Sí, disculpe -dije y caminé para sentarme en algún lugar, pero alguien me tomó de la mano.

- ¡Hey! Maia -dijo sonriente Marcus, yo sólo rodé los ojos. Este chico era muy desesperado, por no llamarlo suripanto.

- Hola.. Marcus -dije simplemente.

- Siéntate junto a mí, no tengo problema -dijo coqueto y yl5 rodé los ojos.

- Pero yo sí -respondí y él comenzó a reír.

- ¿Qué sucede? -interrumpió nuevamente el profesor.

- Oh es que... -comencé pero Marcus me interrumpió.

¿Acaso hoy era el día de interrumpir a Maia?

- Ella iba a sentarse a mi lado, eso es todo.

- Yo no... -dije y el profesor habló- Siéntese Turner-. Maldición juro que si no terminaba de decir una frase pronto incendiaría el lugar, y no soy pirómana si es lo que creen. Que me hagan enfadar es otra cosa.

Obedecí, y  nuevamente el profesor comenzó a hablar. Marcus me hablaba y decía cosas como: "Te ves tan linda concentrada" "Me enamoré" "Tu sonrisa es hermosa" y blah, blah, blah.

Y no, no crean que le sonreía a él. Un chico de ahí sólo me hizo señas de que Marcus me hablaba, yo rodé los ojos dándole a entender que me había cansado y él mordió su labio inferior y rodó los ojos, eso me causó gracia y sólo por eso sonreía.

- Veo que aún estás viendo a ese idiota -dijo Marcus con un tono de enojo en sus palabras.

- ¿Qué? Me estoy riendo porque recordé algo. Además no tienes por que reclamarme nada, Marcus -dije molesta.

- Oh claro, seguramente a ti te agradaría mucho verme con otra chica diciéndole lo mismo que a tí -dijo y comencé a reír, sí lo sé, quizás sea cruel. Pero miren el lado positivo... ¡Cruel es bueno!

- Nada me haría más feliz -respondí, él sólo me miró con sorpresa y se levantó de su asiento para ir a sentarse cerca de una chica rubia, bastante... Oxigenada y plástica. No es por ofender, porque conozco rubias muy inteligentes y geniales, pero esta chica se había pasado la clase entera viendo revistas de moda y comiendo goma de mascar, además su voz era la más chillona que había escuchado en mi vida entera.

- Hola -dice mientras se sienta a mi lado el chico del que me había reído un buen rato en la clase- Soy Logan, es un gusto.

- Hola -dije sonriendo- Me llamo Maia -él miraba mi cabello por lo que me apresuré a decir- Me llamas "Morita" y juro que no vivirás para entrar a la sinfónica.

El se rió a carcajadas- Okay tranquila, no iba a decirte así, eso sólo que me encanta tu cabello.

- Oh. Pues... Gracias -Sonreí tímida.

- De todas formas dudo que llegue a la sinfónica -dijo y me miró fijamente.

- ¿Por qué? -pregunté confundida.

- Él chico con el que estabas hablando me mata con la mirada, no creo que salga vivo de aquí -dijo y miré a Marcus.

Efectivamente, él quemaba con su mirada a Logan.

- Oye tranquilo. No es que vaya a hacerte algo malo ese idiota, es inofensivo -dije riendo.

- Si tú lo dices...

- Sí... Y dime... ¿Qué instrumento tocas? -pregunté curiosa.

- Cello, me encanta. Desde niño tuve una fascinación con el, y bueno... Sólo... Aprendí y es lo que amo -dijo- Igual ahora tengo una nueva fascinación.

- ¿Ah sí? Acaso te gusta algún otro instrumento, ¿Qué fascinación? -pregunté incrédula.

- Mirarte -respondió con una sonrisa y yo por primera vez en mi vida creo que me sonrojé.

- Sí claro -dije sonriendo y tapando mi cara con mis manos.

- Es verdad, no he dejado de verte desde que llegaste tarde y escuché como hablas, tu voz es hermosa -dijo.

Dios, este chico era tan dulce. Me estaba por dar diabetes.

- Gra... -comencé a decir pero Marcus llegó nuevamente y me interrumpió, juro que lo mataría si seguía haciendo eso.

- Al parecer no te molestó en absoluto que me fuera con Katy -dijo con su orgullo por las nubes.

- Te dije que nada me haría más feliz. Además estoy hablando muy bien con Logan aquí -dije sin más.

El profesor habló y dijo que ya podíamos irnos. Tomé mis cosas y me levanté, se me cayó un lápiz, intenté recogerlo, pero al mismo tiempo que yo, Logan lo hizo, él lo tomó y me lo dio, cuando lo hizo juntamos nuestras manos y... Sentí algo muy raro, como... Una especie de electricidad, como pequeñas hormigas en mi mano, era como nervios o miedo, pero bonito.

- Gracias -dije y salí rápidamente de ahí.

- Maia espera -dijo Marcus saliendo detrás de mí.

- ¿Qué pasa? -pregunté.

- Perdón por dejarte así... Es que... Me puse celoso, lo siento -dijo y reí. Su comportamiento era infantil.

- Si, okay. Debo irme, adiós -dije y me fui sin que nadie se diera cuenta de que me dirigía hacia la pista de Anthony Turner.

Nathan llegó, desayunamos algo y el entrenamiento comenzó.

- Nathan -lo llamé- Eh.... Conocí a un chico.

- ¿Qué? ¿Qué chico? -preguntó rápidamente.

- Su nombre es Logan, es muy bueno, lindo, y.... -lo miré alarmada.

- ¿Qué pasa? -preguntó con sus ojos abiertos a más no poder.

- Hoy se me cayó un lápiz y cuando me lo devolvió sentí como una especie de... Electricidad, además que lo ví varias veces en la clase, me reí mucho y.... Ay Dios -dije.

- No sé quien es, pero voy a quemarlo -dijo con sus celos que ahora sabía que lo definían, pero eso era algo que hacía los hermanos mayores, ser celosos.

- Toca el cello, es muy lindo -dije sonriendo.

- Pues lo quemaré a él y a su cello -dijo y comencé a reír como desquiciada.

- Oye tranquilo, no ha hecho nada, quizás sea el amor de mi vida -ironicé.

- Sí claro, Logan será fuego -dijo y nos reímos.

Seguimos con el entrenamiento hasta las 06:00 pm, sin embargo, un mensaje entrante en mi celular nos detuvo.

Número desconocido, marcaba mi celular.

La Música es mi Vida, Idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora