Llegamos a la pista y comenzamos a practicar más que nunca.
(...)
- Finn -le hablé a mi mejor amigo, una vez que ya estábamos descansando.
- ¿Sí? Morita de mi corazón -respondió sonriendo.
Me reí. Él siempre era tan tierno.
- ¿Recuerdas cuando mi padre me dio la cadenita? -dije señalándola.
- Claro que lo recuerdo, fue en tu cumpleaños número siete. Cuando comenzaste a tocar el violín. Estabas hermosa con tu vestidito en tu primer concierto.
- Sí, a los siete. Mi padre me había dicho que siempre la tuviera conmigo, y que eso sería signo de que lo llevaba a él conmigo -expliqué algo triste.
- Sí... Jamás te la sacaste desde entonces -dijo Finn.
- Yo... Quisiera ir a verlo...
- Pero, ya sabes como te pones Morita, sinceramente no creo que sea buena idea...
- Es que lo extraño, Finn. Y sé que no voy al cementerio desde los ocho años, pero, ahora quiero ir, recordar como era todo, llevarle sus flores favoritas, y que vea que todavía tengo la cadenita...
Finn me miró y luego suspiró- Agh bien. Sabes que no puedo decirte que no a ti. Esta tarde iremos ¿qué te parece?
- Sí, gracias Finn. Te adoro mucho -respondí dándole un corto abrazo.
- Hola tortolitos -saludó mi hermano saliendo hacia la pista donde mi mejor amigo y yo, nos encontrábamos.
- Nathan. Esta tarde llevaré a Morita al cementerio, ¿quieres ir? -preguntó Finn mirándome, esperando mi aprobación. Yo solo asentí.
- Gracias, pero Emma viene hacia aquí, iremos a cenar a algún lugar, y luego iremos a ver una película. Tal vez ustedes puedan acompañarnos -sugirió.
- Eso sería genial, Nathan -habló Finn sonriendo.
- Sí, algo así como una cita doble -respondió mi hermano mirando a Finn.
- ¿Cita doble? Pero si Finn y yo no somos pareja, Nathan -dije riendo.
- Ay Maia, a veces me dan tantas ganas de quemarte -suspiró mi hermano, mirándome mientras colocaba su mano en su mejilla.- ¿Qué? ¿Y ahora que hice? -pregunté sorprendida.
- Nada, ese es el problema, hermana -respondió.
Finn no había hablado, ya me parecía raro.
- ¿Finn? ¿Todo bien? -pregunté acercándome a él.
- Claro que sí, Morita. Vamos.
Salimos de la pista, y fuimos al cementerio.
Me sentía rara, no iba a ese lugar desde los ocho años, que fue para el entierro de mi padre. Luego de eso, me mudé a Argentina con mi tía, años después, volví y me reencontré con Finn.
Él siempre había estado presente en mi vida, cuando me fui a vivir a otro país, él me llamaba todos los viernes para que le contara como me había ido en la semana, a veces me enviaba regalos, muchos de ellos eran libros acerca de música, varios cds, y muchas gomitas, mis favoritas. Por eso consideraba a Finn mi mejor amigo, era como si fuera mi hermano, presente siempre y al tanto de todo lo que ocurría en mi vida. Lo adoraba y mucho. Podía decir que hasta lo amaba, por todo lo que hacía por mí, y estar siempre que lo necesitaba.
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La Música es mi Vida, Idiota.
ActionAutos, fuego, peleas, celos, discusiones, carreras, dinero, drama y lo más importante... Música, rodean la vida de Maia Turner. Se enfrenta a diferentes obstáculos día a día, y tendrá que ser fuerte para soportarlos. Acompaña a Maia en su insólita...