¿Amigos? Amigos.

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Me levanté de la cama después de un largo tiempo sentada mirando un zapato.

Todavía estaba en la casa de Finn. E iba a estar allí para siempre. Me quedaría ahí. Sería mi nueva casa. Haría todo lo que él me pidió en la carta, esa hermosa carta.

Entré al cuarto de baño, tomé una ducha de agua caliente.
Había dormido bastante bien, en la cama que era de Finn, estaba llena de su delicioso aroma. El estar en su casa me ayudaba bastante, no superaría su muerte jamás, eso lo sabía, pero, era como si él estuviera conmigo. Algo es algo...

Desayune algo liviano, aún no estaba como para comer normalmente. 

Sentía dolor, un dolor muy grande en mi corazón. Sabía que ese dolor jamás se iría, pero, intentaba ignorarlo.

Alguien llamó a la puerta. Fui a abrir creyendo que era Nathan. Pues... Me equivoqué.

- Hola -me saludó Marcus.

- Hola Marcus -Sonreí un poco, sólo un poco.

Lo dejé pasar a la casa, después de todo, Finn me dijo que le tenía que dar las gracias, y tratarlo bien era una manera.

- Me alegro mucho que hayas vuelto -me dice luego de unos segundos de silencio.

- Gracias, en parte es gracias a ti. Así que te lo agradezco mucho, Marcus. Finn me dijo lo que hiciste por él...

- De nada Maia. Y... Lo hice por ti -respondió.

- Lo sé, yo...

- No, no sabes. Yo estoy enamorado de ti, Maia. Quise ir con Finn y Nathan, pero no me dejaron.

- De cualquier forma gracias... Y... Ya sabía que estabas enamorado de mí.

- ¿Por qué? ¿Te diste cuenta por fin? -sonrió.

- No... Finn me lo dijo en la carta que me dejó -dije intentando espantar las lágrimas que se estaban juntando en mis ojos.

- Oh, ven aquí -dijo y me abrazó. Por primera vez, sentí que Marcus era sincero- Lo siento mucho Maia, sé lo importante que él era para ti.

- Lo extraño -dije llorando de una buena vez. Odiaba llorar frente a la gente, pero no podía resistirlo. Y Marcus hacía que me sintiera vulnerable, más de lo que ya estaba.

- Lo sé, pero tranquila. Mientras no lo olvides, él estará contigo, aquí, en tu corazón -dijo soltándose. 

- ¿Por qué eres bueno conmigo Marcus? No es que me moleste, pero tú normalmente eres...

- ¿Arrogante?  -me interrumpió sonriendo.

- Sí...

- Pues, es que ya te lo dije -su mirada me reclamaba- Estoy...

- Sí, pero debes entenderme, yo... No puedo estar en una relación con nadie, y menos ahora -respondí incómoda.

Yo estaba enamorada de Finn. Nadie jamás lo reemplazaría, además, pensaba estar de duelo hasta que muriera. No me llamen dramática.

- Lo sé, y no te estoy pidiendo nada serio. Al menos... Por ahora, tu amistad. Y poco a poco te iré probando que soy bueno, y prometo que te sorprenderé -dijo ilusionado.

La Música es mi Vida, Idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora