6:00 a. m.
—Lauren, mija, ten cuidado con el hampa. ¡Nos robaron!
—¡Qué! ¿Cuándo? ¿Qué se llevaron? ¿Les hicieron algo?
—Puedes creer que se robaron la corneta del auto de tu padre y el equipo ese de pinturitas, lo que sea, de tu hermano. Saber que entraron a nuestra casa, no se habrán llevado otras cosas porque tal vez no les dio tiempo. ¡Qué desgracia! ¡Imagínate que nos hubieran violado!
—Mamá, que desgracia, pero es muy raro que solo se llevaran esas dos cosas. Al carro de mi papá mínimo le habrían sacado la batería y los cauchos, y de la casa hay tantas cosas que llevarse. ¡Un juego de pintura! ¿De seguro John no está de nuevo empeñando las cosas para sus marramucias?
—¡Oh, Lauren! Ese muérgano me volvió a ver la cara. Hubieras visto la expresión que tenía de sentirse robado, hasta estaba llorando por su juego de pintura, pero me va a escuchar, ya lo verá. ¡John! ¡John! ¡Despierta ahora mismo bueno para nada!
¡Ay! Es tan lindo ser mala. Sorry, John, ahí te ves con mi mamá, ya le sembré la semilla de la duda. Soy un genio, mira que al auto de papá se le desaparecerán más cosas y ya tengo a quien echarle la culpa.
6:30 a. m.
Boli arranca, solo arranca. Cómo es que ayer llegué a la quinta velocidad y hoy simplemente no puedo hacer que enciendas.
Ya qué más da, quememos caucho.
7:10 a. m.
¡Ay! ¡No! ¡No! ¡No!
Malditas motos dejen de pasar, necesito pasarme al otro carril.
¡Se te va a pasar la entrada a la estación!
Sí, sé que no puedo detenerme, pero... necesito ir hacia ese otro lado.
¡Denme paso! ¿Acaso no ve mis luces de cruce?
¡Esa luz dice voy hacia allá, detente!
Qué más da, que sea lo que dios quiera. No veo, no veo, me lanzo, allá voy.
...
¡Wow! Sigo viva.
Sí lo sé. Soy una inconsciente, menten a mi madre todo lo que quiera, con tal a ella le gusta ser siempre el centro de atención.
¡Oh, la estación! ¡La entrada de la estación!
Ya te daré comida Bolicar, por fin estarás satisfecho.
...
¡Hum! ¿Por dónde es que comes tú? ¿Derecha, izquierda?
¿Dónde tienes el hueco?
...
—¡Ay! Usted.
OK, o sea, no se alegre tanto de verme. Debería estar acostumbrada a estas cosas, pero este calvito es demasiado expresivo, hasta me siento mal. Eso me pasa por andar leyendo novelas cursis que me ponen sensible.
—De nuevo le repito que en este carril solo van los autobuses. Debe ir a las otras dos.
—Pero... pero...
—Salga, de la vuelta y vuelva a entrar.
¡Qué! Con lo que me costó cambiarme de carril, yo no puedo.
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¡Cuidado! Loca al Volante
HumorLauren pensó que era una buena idea comprarse un auto, pero no contó con su talento nulo para manejar, ni que en su lucha por aprender se conseguiría con un auto azul cuyo único objetivo es arruinar su día a día. Harta de la tragi-comedia que es su...