Sábado. 24 de diciembre

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8:00 a.m.

—¿A dónde crees que vas Lauren Gabriela?

¡Ay, no! Debiste salir más temprano. Que no te mande a comprar nada.

—Voy a comprar unas cosas.

—Si tanto dinero tienes, quiero mi regalo en efectivo.

—¡Efectivo! No sabes que no se puede sacar dinero, los cajeros están a reventar y de paso siguen dando los billetes de cien que ya el dos de enero dejan de tener validez, una completa estupidez.

—Transferencia entonces. Y bájese de ese carcharco.

—Pero le dije que voy a...

—Al único lugar al que vas a ir es a la cocina a lavar las hojas de las hallacas.

¡No!

—Pero...

—Bien que te gusta hartarte en hallacas, pero incapaz de ayudar. Que te bajes y ve a lavar las hojas, no lo volveré a repetir.

Llegará algún punto de la vida cuándo uno no sea el pelele de sus padres. Un momento cuando digas soy adulto y hago lo que quiera, porque yo ni porque me fui a la casa de al lado, ese fue tu gran error, debiste irte de continente.

Yo solo quería ver a Blue.

9:00 a.m.

—¿Qué haces?

—Corto, lavo y seco hojas ¿No lo ves?

—Que mal humor ¿Cómo te fue ayer?

—Ayer pasé el susto de mi vida al creer que Blue era mi jefe. Pero por suerte él no es Blue.

—Por cierto, quiero mi Tablet.

—Aún no, la necesito. En algún momento podré escaparme y si me encuentro con Blue ¿Cómo le hablaré?

—No crees que Blue tiene algo que hacer en vísperas de navidad. Hay personas ocupadas y con vida social.

—Yo también tengo vida social, nada más espera a que lleguen mis tíos, mis primas, etc, etc. Ojala y lleguen ya para dejarlas con las hojas y largarme de aquí.

—¿Me compraste un regalo? ¿Es grande? ¿Es lindo? ¿Cómo es?

¿Yo le tenía que comprar un regalo a la mocosa? Más o menos ¿Por qué?

Mi regalo te gustará, lo sé.

—¿Me compraste algo? ¿Qué podrías comprar tú si no tienes dinero?

—Te tengo un regalo y el precio no importa, sino la intención. También tengo algo para Adan.

¡Adan! ¿Cómo se te olvidó comprarle algo a Adan?

—¡Mamá! ¡Tengo que salir!

—Que te quedas ahí hasta que acabes con las hojas, ya lo dije y no lo repetiré.

12:00 p.m.

Malditas hojas, solo una más, una más y acabas. Ya hasta se me quitaron las ganas de comer hallacas.

¡Cuidado! Loca al VolanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora