Viernes. 16 de diciembre

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1:00 a. m.

Bien pude besar a Luis cuando terminó las utilidades de todos. Ya no me botaran, ahora vamos por lo otro. Terminaste dos cosas de las cuatro, así que ahí vamos.

1:40 a.m.

—Lau, ya llegamos, me voy a dormir. ¡Ah! Que sueño.

—¡A dormir! Todavía me falta el set de fotos y debes ayudarme.

—¡Qué! ¿Qué set?

—El set de fotos para el novio de Yosé, debemos hacerlo.

—Debemos me suena a poliedro, hazlo tú sola, quiero dormir, me estoy muriendo.

—Adan, por favor es solo esta noche, ya hoy en la noche dormirás desde las seis de ser posible.

—¡Agh! Lauren, después de esto no volveré a hacerte favores.

4:00 a. m.

—Que frío, creo que me enfermé. ¿Cómo vas a transportar esto a tu trabajo?

—Pediré uno de los camiones de la compañía.

—¿Cabe en el ascensor?

—No sé, sino que lo suban por las escaleras, tampoco es la gran cosa.

—¡Es de madera, pesa!

Creo que Adan tiene razón, tampoco es madera, es compuesto, no es para nada pesado, pero sí muy grande y estorboso.

—Explícame de nuevo por qué necesitas que salga humo.

—Es la entrada de la casa de Santa, debe salir humo por la chimenea. Así de simple.

—¿Qué es esto?

—¡No lo toques! No se te ocurra abrirlo, es un polvillo mágico que se expandirá cuando comiencen las fotos.

—Hay algo que me causa desconfianza, Lauren.

—Deja de estar pensando de más, continúa pintando.

...

La verdad es que yo también estoy helada, pero debo terminar.

—Estaba pensando que el dueño del auto azul debe tener mucho dinero.

—¿Por qué?

—Esos carros nos son comunes acá. Es obvio que los trajeron especialmente para alguien. Es una belleza. Qué no daría yo por montarme en uno de ellos.

—Entonces Blue tiene plata... Sabes que hoy hablé con él.

—¿Qué?

—Sí, luego de las flores que le echaste, decidí redimirme y le dije que ahora yo lo acosaría. Blue no escapará de mí.

—¿Piensas decirle piropos?

—Lo cortejaré como a una malandra de barrio, ya verás.

6:00 a. m.

—No puedo creer que esté listo. Le tomaré una foto y me iré a dormir.

—¡No! Adan falta pintarte el cabello.

—¿Qué? ¿Qué haces con ese tinte? ¡Aléjate!

—Adan. Mi jefe quiere ver a mi novio el camarero, quiere hablar sobre un trabajo de cámaras o algo así.

—Y eso a mí qué. Yo de cámaras no sé nada.

—Adan no seas malo, te pintaste el cabello por Audry, por qué no por mí.

¡Cuidado! Loca al VolanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora