Domingo. 25 de diciembre

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12:30 a.m.

—¡Mi hijo! ¿Quién le clavó un cuchillo a mi hijo en la pierna?

—¡Ignacio te cortaste!

—¡Alguien busque alcohol y gasas!

¡Dios! Aquí todos parecen gallinas persiguiendo lombrices. Qué tanto daño pudieron hacer los cuchillos de bolicar.

Si lo piensas un poco Lauren, eran cuchillos de carnicero.

...

...

¡Uy! A John sí que le hizo un buen corte, pero también que tontos cómo se pegaron tanto.

—¿Qué hace tu carro con cuchillos? ¡¿Estás loca?!

¡No me griten todos al mismo tiempo!

—Después que se robaron a bolicar lo coloqué como método de protección.

—¡Mira lo que hizo tu invento! Es que lo digo, eres como tu papá, saliste igualita a ese bueno para nada ¡Qué desgracia!

—¡Santiago, no!

A pues tampoco la cosa es para estar llorando como si alguien se hubiera muerto, solo tenemos a cuatro heridos, y hasta yo aguanto más el dolor que ellos.

—¡Debemos ir a un hospital! Los que puedan móntense en el carro de Lauren, los otros...

—¿Iremos todos?

—Sí Lauren, somos una familia. Vamos, vamos, rápido que están dejando la calle toda llena de sangre.

Hay que estar loco para querer irse conmigo, es que acaso no vieron de lo que es capaz mi bolicar. Definitivamente están borrachos.

1:00 a.m.

—¡Ve más rápido!

—John no me grites.

—Pero es que vas como tortuga. Me duele, me estoy desangrando.

—Sí Lauren ve rápido, no ves que las calles están solas ¡Apúrate!

—Ma tampoco me pegues en la cabeza, eso no ayuda.

—¡Que te muevas!

Terminaré frenando para gritarles, mandarlos al infierno y ponerme a llorar.

No Lau, no hagas eso, aguanta ¡Gusfraba! ¡Gusfraba!

—Cambia a tercera y cuarta como te enseñé.

—¿Adan? ¿Estás aquí Adan?

¡Vaya! Creí que atrás estaba solo mi mamá, mi tío Sebastian y su hijo ¿Cómo es que Adan cabe ahí?

—Sí aquí estoy, no es que te esté hablando mi espíritu.

—¿Cómo llegaste ahí? ¿En dónde estás?

—Debajo de tu mamá.

—¡Mamá! ¿Estás sentada en las piernas de Adan? Que abusadora.

—¡Cállate irrespetuosa! Maneja que es lo que es y ¡Apúrate!

Ahora sí me las arreglé con todos estos gritándome al unísono, ya casi que somos una mala parodia de la famila peluche.

¡Cuidado! Loca al VolanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora