Lunes. 19 de diciembre

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9:00 a. m.

Sola en la oficina. ¡Ah! Que flojera. No es que ames mucho la compañía, en realidad es tan bueno poder caminar por los pasillos sin estar pendiente de que te están viendo. Estas sola, sola, sola.

¿Qué hace la gente cuando está sola? Puedes cantar, puedes bailar, y nadie lo sabrá. Sí, hagamos algo divertido Lauren.

10:30 a. m.

—¡Durmiendo! ¡Despiértese!

¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¡Agh!

—Incluso estaba roncando, ¿en qué clase de trabajo cree que se encuentra?

Sé que la albóndiga está hablando, que lo estoy escuchando y que por alguna razón mi cerebro lo está entendiendo, pero... ¡Ah! Que sueño. ¡Despierta ya!

—Comience a moverse y termine las diapositivas de la exposición en RefriExpo y en TecnoCaracas. Busque quienes serán los expositores, quiero algo grandioso, esta vez Refriworld no nos ganará. ¿Están listos los recuerdos y todo eso?

—No.

—¡¿Cómo qué no?!

Lauren, se supone que tenías que mentir.

—Es decir, estoy en ello, pero ya casi todo está listo.

—Más le vale, la exposición es el viernes y tenemos que atraer clientes, así que muévase.

No es muy inteligente de tu parte, albóndiga, dejar a tu trabajador más torpe y menos eficiente a cargo de la gran exposición de refrigeración.

Recuerdos, malditos recuerdos, por suerte ya hace meses mandé a hacer los bolsos de tela en dónde irá todo, hasta mandé a hacer una mini nevera de llavero, y eso...

¿Por qué esa gente no me ha llamado? Ya todo debía estar aquí...

...

Tranquila, solo llámalos. Tonta Lauren. ¿Por qué no te acordaste de eso antes?

...

—¿Cómo que les dieron mi encargo a otra empresa? —Me da, me da, me da.

—Usted no efectuó el último pago.

—¡Yo pagué todo! —Tranquilízate, gritándole a la idiota esta no conseguirás nada.

Menos el último pago por el alza del dólar.

—¡Qué! Yo mandé a hacer mis bolsas y mis llaveros en octubre cuando el dólar no había aumentado. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

—El dólar aumentó y con ello el precio de los materiales.

—Lo mandé a hacer en octubre, se supone que tenían los materiales en ese momento. Además, ¿por qué no me informaron que debía pagar un excedente?

—Lo hicimos, le enviamos un correo dándole plazo de una semana. No pagó así que otro cliente estuvo interesado.

—Pero... eran recuerdos personalizados.

—Se le hicieron modificaciones. Puede venir a buscar el cheque con el depósito previo.

—Yo no quiero el dinero, quiero lo que les mandé a hacer. Lo necesito, es para este viernes.

—Lo siento, busque el cheque o lo enviaremos a su oficina.

—Yo lo buscaré y aparte los demandaré.

¡Cuidado! Loca al VolanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora