Capitulo 5.

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Emma.

Quiera decir que no estoy nerviosa pero lo estoy, quiera decir que estar junto a el no me afecta pero lo hace, nunca pensé estar con el, nunca pensé esta montada en su auto, a dije que iba olvidarme de el, que dejaría mi estúpido enamoramiento pero no es asi, es como si el no quisiera que eso pasará, solo de recordar como mi nombre salia de sus labios mi cuerpo temblaba, se sentía tan bien escuchar mi nombre de sus labios. Cuando llego a la hora de salir del instituto corrí hasta donde estaba el, el no se acordaba que tenia clases conmigo, eso me decepciono un poco pero después la decepción se fue cuando le dije que lo podíamos dejar para después pero el se negó, se negó a dejarme mal, hay mi corazón latió con prisa 

¿Como voy a dejar de amarlo? 

¿Como puedo apartar la mirada de el cuando mis ojos ignora mis órdenes?.

Owem es como una droga, difícil de dejar.

 Voto un suspiró largo, el se gira a verme, alza una ceja, yo solo miro por la ventanilla esperando llegar a la guardería donde esta Jeremy.

—¿Estas bien?—Pregunta.

—Si, solo...estoy hago agotada—El frunce el ceño pero no dice nada al respecto.

—Llegamos.

Le digo que espere en el auto y salgo a buscar a mi hermano, a llegar el a penas me ve sale corriendo hacia mi, le preguntó a su profesora como se portó y siempre dice lo mismo: Bien. 

Jeremy es un niño muy tranquilo, a veces me asusta no sentirlo cuando estamos en casa. Me despido ella y juntos caminamos hasta el auto, Owen esta viendo hacia nuestras dirección, esquivo su mirada porque se que si lo veo a los ojos haré hago vergonzoso como la locura de besarlo o algo que después me arrepienta, llegamos al auto, subo a Jer y abrochó su cinturón, subo adelante y Owen empieza a conducir.

—El es mi hermano, Jeremy saluda—El le sonríe y mueve su manito en forma de saludo.

—Hola campeón—Dice sonriendo.

Sonrió un poco y mi pecho se infla a escuchar como lo llamo, así le decía mi padre. A lejos eso pensamientos y le doy la dirección de mi casa.

—Osea que vivimos uno junto al otro y ni siquiera lo sabia—Dice sorprendido.

—Quizá porque solo soy alguien invisible. Supongo...que ya estoy acostumbrada a no se importante para nadie—Digo ya acostumbrada pero no puedo evitar el pinchazo de dolor.

—Para mi ya no lo eres—Dice serio y eso me sorprende.

Y otra vez nos quedamos en silenció, pero no es incómodo, cierro los ojos por un momento, estoy muy agotada, y pensar que hoy comienza mi nuevo trabajo, un trabajo que hará que gane dinero pero no es el mejor trabajo.

Llagamos a casa, bajo a Jer y junto pasamos a mi casa, dejo a Jer en el piso y el sale corriendo hacía su habitación, camino hasta la cocina y escucho los pasos de Owen, hago una mueca de dolor, la cabeza empieza a dolerme.

—No te vez muy bien—Dice preocupado.

—Pero lo estaré...quiera ofrecerte algo pero mi despensa esta algo vacía—Susurro apenada.

—No te preocupes.

—Bueno, dime ¿Es que lo que no entiendes?—Pregunto cambiando el tema

—En matemáticas todo, odios loa números, solo me dan sueño—Río—Enserio, como los odios, y bueno en historia igual el sueño y el biología solo no me gusta abrir una horrible rana—Bromea.

A hora río a carcajada, el sonríe se ve tan bien cuando lo hace que hace que tiemble.

—Buen, haré lo que pueda para enseñarte. Comenzaremos con matemáticas—Digo.

Escucho un bufido pero sonríe, busco mi cuaderno y el, el suyo, antes de comenzar subo a ver a Jer y veo que se a quedado dormido, busco una pastilla para el dolor y vuelvo a bajar.

—¿Listo?—Pregunto y el pone una cara de miedo que me da mucha risa.




—¡Joder por fin estoy entendiendo!Grita feliz

Llevamos hora enseñadole casi todo a Owen, al principio se distraía con cualquier cosa, hasta que lo fulmine con la mirada es que se puso aprestar atención. Rio a ver su emoción, le digo que realice un ejercicio y en pocos minutos lo hace.

—¡Muy bien! Vez que no es tan difícil—Digo feliz por el.

—Tu no lo hace difícil—Dice.

Me sonrojó un poco y el sonríe, le explicó otro poco mas hasta que ya ninguno de los dos no podemos más, tengo tanta hombre pero no tengo nada de comer, veo que Owen lo nota y camina hasta la cocina, salgo casi corriendo pero llego tarde cuando el abre el refigerador y no ve nada.

—Veo que no tienes nada que comer, pediré algo—Frunce el ceño.

—Creo recoda que te lo había dicho antes y no tengo dinero para pagarlo Owen...déjalo así.

—Pero yo si, no te preocupes, a demás te vez pálida, necesita algo de comer.

Lo que necesito es que mis padres vuelvan.


Miradas PerdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora