James
Y se fue, así simplemente con una sonrisa cínica en su rostro. Cínica como todas sus palabras y actos que no concuerdan del todo con su personalidad. Pero esto no se iba a quedar así, ese chico no terminaba de pasarme y definitivamente sabía exactamente a donde iban, por mucho tiempo fui el rey de esta ciudad.
Volví por mi motocicleta hecho una furia y me puse en marcha alcanzando mi velocidad máxima en tan solo unos minutos, hoy era jueves así que supuse que estarían en la autopista al lado de la casa del ahorcado y lo confirme cuando vi a toda la gente, los vi siendo llamados para la línea de salida y a lo lejos vi a Edward con un montón de chicas alrededor, esto era tipico.
A medida que me iba acercando a este los murmullos y las miradas iban aumentando, rodé los ojos, y las chicas de Edward nos cerraron en un circulo.
- Joder, pensé que no volverías hermano. - Nos tomamos la mano en forma de saludo y después me abrazo.
- Veo que estás teniendo un buen tiempo en la ciudad que yo controle. - Mire a sus chicas reírse como solo las zorras saben hacerlo.
- Oh sí claro, ¿Que te trae por acá bebé? - No pude aguantar la risa y lo tome del hombro.
- Bueno, pues quiero un poco de información. ¿Que sabes de un tal Nick? - Se rasco la barbilla durante unos segundos. - No, espera antes de que respondas quiero saber donde está el gilipollas. Tiene algo que me pertenece.
- ¿Te robo? Como te puede robar alguien a ti James, es imposible - me miro confundido.
- No es algo, es alguien. Y la quiero de vuelta. - Ed seguía sin entenderlo pero señaló donde se encontraba, y no fue ninguna sorpresa ver quien estaba entre sus piernas coqueteando. ¿Celos? Jamás, solo necesito que esté intacta para cobrar mi dinero y no quiero que coquetee con nadie que no sea conmigo, ¡un momento!. Sacudí la cabeza para que estos pensamientos con ella se fueran y me seguí repitiendo que es una jodida malcriada y que solo puede significar un premio, un paquete, un encargo para mi.
Y no me gusta nada que jueguen con mis paquetes.
A medida que me acercaba a ellos iba quitando a la gente de mi camino con empujones y una que otra chica trataba de tocarme, todavía seguía siendo una leyenda en esta ciudad.
- Hey. - dije tomándola bruscamente por el codo a lo que ella me respondió con una maldición.
- Me interrumpes, ¿Que quieres? - dijo rodando los ojos, me acerque lo más que pude a ella y se sintió intimidada, lo puedo decir por la forma en que sus manos dejaron de hacer presión sobre mi pecho. Por un momento no puedo negar que tuve unas ganas incontenibles de besarla, cargarla en brazos y arrastrarla al primer lugar donde me la pudiera coger, pero es una malcriada tengo que recordarlo siempre, y a mi no me gustan las chicas así.
- Nos vamos - dije aún sin soltarla. Y sentí como una mano me agarraba por el brazo un poco fuerte, me voltee desesperado y vi al imbécil de Nick que ni por estatura me gana, esperando. -¿Qué? - le solté enfurecido.
- Suéltala. O yo no te suelto a ti - Me voltee a mirarlo desafiante pero este me miraba despreocupado. - Si ella quiere estar aquí, no se va. - Me acerque un poco más y lo empuje por el pecho.
- ¿Y tú desde cuando te metes en lo que yo tengo que hacer con ella? Aya, nos vamos ahora mismo - dije sin mirarla. Pero estaba algo nerviosa, pude sentirlo. Nick me iba a lanzar un golpe pero Edward logró estar entre nosotros.
- Solo hay una forma de arreglar esto. El que gane o bien se lleva a la chica a casa o la deja hacer lo que quiera.
- Bien - Dijimos el idiota y yo al unísono. Y escuche a Aya protestar dirigiéndose a mi.
- ¿Que soy ahora? ¿Un puto premio? Responde James - dijo tomándome de la camisa pero yo ya estaba decidido.
- Algo así, eres como ese algo que tengo que cuidar - dije arrogante.
- Ah bueno, ahora soy un puto paquete solo para que te paguen. QUE TE DEN JAMES. - Salió casi que corriendo de donde nos encontrábamos, voltee a ver y Nick la abrazo, subí a mi moto y me paré junto a ellos para escuchar.
- Voy a ganar tu libertad entonces - dijo divertido. Ella sonrió y le dio un beso en la mejilla. Eso realmente hizo que me hirviera la sangre y no pude contenerme.
- Oh créeme que no tendrás ese gusto, porque yo gano. Como desde hace tantos años llevo haciendo por esta zona. - Arranque y me dirigí a la línea de salida.
Una chica solo con un top y con un pedazo de tela de cuero que parecía ser una falda se paró en frente de los dos mientras la gente gritaba - ¿Listos? - ambos nos miramos y le asentimos. - Preparense - Y la chica dio un disparo con una de esas pistolas que tienen balas de salva y salimos disparados.
Cuando pase la línea que indicaba que había ganado espere ver a Aya gritando maldiciones pero no estaba por ningún lado, desesperado y sobretodo preocupado baje de la motocicleta y corrí a buscarla por todo lado, parecía un jodido loco era como buscar una aguja en un pajar, hasta que dando una vuelta de 360° por fin la vi sentada en el suelo al lado de la autopista casi escondida dentro de unos matorrales mirando hacia el piso. Me acerque rápidamente a ella.
- ¿Que pasa? - levantó la mirada y sus ojos estaban en un tono café más claro.
- Nos vamos - dijo casi en una orden. Le ayude a levantarse pero no la deje seguir el camino, la examine por un momento.
- ¿Estuviste llorando?
- No - dijo desviando su mirada hacía otro lado.
- Mirame Aya, ¿Te hicieron algo? ¿Quien fue? Lo..
- Fuiste tu James.
-¿Que? - me quede frío por su respuesta. ¿como pude yo haberle hecho algo si estaba corriendo para que nos pudiéramos ir a casa a causa de su rabieta?
- Tu... para ti solo soy un objeto... es solo que pensé que.. tu sabes esta tarde todo estuvo bien por primera vez y en fin. Vamos.
No supe que responder, no supe como reaccionar. Sus palabras me dejaron atónito y lo único que pude hacer fue seguirla hacía mi motocicleta.
***
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Ale<3
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MY BODYGUARD
RomanceElla, Aya King es una mujer común y corriente, a sus 19 años jamás le ha faltado nada, pocos amigos y mucha fiesta y sobretodo le encanta sentir como la adrenalina se extiende por su cuerpo cada vez que monta. Está acostumbrada a los gilipollas y lo...