James
Las discusiones con Aya siempre me dejan más decepcionado que con rabia, en el momento en que suceden todas mis emociones van a mil por hora pero después siento alguna especie de vacío en el estomago, no me atrevo a decir que en el corazón porque no la quiero y jamás lo haré, solo quiero llevarme bien con la persona que me TOCA vivir.
Más tarde, después de la discusión trate de dormir un poco y ni los somníferos hicieron efecto, creo que necesito tomarme la dosis de un caballo para que me ayuden a soñar, solo daba vueltas en la cama y el calor me estaba consumiendo, mire por un momento hacia el techo y decidido me puse de pie de la cama para ir al cuarto de Aya.
Fui descalzo para no hacer ruido y despertarla, cruce los dedos para que estuviera dormida y abrí la puerta lentamente, maldije un poco cuando escuche que esta rechinaba un poquito y me quede observando a ver si ella se movía, y cuando no lo hizo me introduje por completo en la habitación, me senté en el lado de la cama que estaba vacío y me revolví el cabello con las manos.
- Aya... Yo... sé que estás dormida y que probablemente esto va a quedar en tu subconsciente pero joder, estoy tan desesperado; no puedo dormir solo pienso en estar contigo y mierda Aya yo... yo te ... - Suspire profundamente, no podía decirlo, jamás lo iba a hacer y era mejor arrepentirme de decirlo que retractarme- Yo solo quería pedirte disculpas, sé que me comporte como un patán allí afuera y... no soy lo suficientemente hombre para decírtelo de frente, el orgullo no me deja así que me tocó recurrir a esto. Algo me sobresaltó y casi me pongo de pie, mire que Aya se revolvía y las manos me comenzaron a sudar.
- No te preocupes, acepto tus disculpas. - Sonrió, pero yo no podía ocultar mi pánico, así que solo la mire con cara seria. - ¿Que pasa?
- ¿Que más escuchaste? - Le pregunté con un hilo de voz.
- Pues me despertaste moviendo mi cama por revolverte el cabello - Ella río y su sonido me hizo sonreír un poco y relajarme.
- Gracias por disculparme. - torcí una sonrisa.
- Yo también te debo una disculpa... pero James no podemos seguir en esta ida y vuelta, es aburrido cuando tenemos que compartir la vida juntos por ahora.
Iba a responderle que yo no quería seguir discutiendo con ella por todo, pero de nuevo su celular nos interrumpió y decidí que sería mejor así. Ella me miró esperando que le dijera alguna palabra pero balbucee.
- Hagamos tregua. Y tengo una idea, cuando esté lista te cuento. - Se levanto de mi cama.
- Está bien
- Buenas noches - Dije desde la puerta.
- Descansa - Respondió ella volviendo a dormir.
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Estaba emocionado con la idea de crear algo para descargar nuestra furia que no fuera entre nosotros, la verdad Aya tenía razón y es que la ida y vuelta nos estaba matando y más aún nos estaba alejando del objetivo que era protegerla a ella, mantenerla a salvo y feliz. Bueno lo de feliz no entraba en el contrato, eso lo podía hacer ella por su cuenta.
No la vi salir de su cuarto después de que tuve su mirada pervertida puesta en mi recién bañado cuerpo, sonreí un poco al recordarlo pero inmediatamente sacudí la cabeza.
Después de desayunar ella parecía feliz y normal así que sin decirle nada salí del apartamento a comprar lo que necesitaba para mi pequeño proyecto y por supuesto a comprar shampoo.
Mientras bajaba las escaleras del edificio que daban a la calle mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo, cuando lo mire ya tenía 3 llamadas perdidas registradas, no tuve tiempo de mirar el número porque entró la llamada de nuevo en mi mano y conteste de mala gana.
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MY BODYGUARD
عاطفيةElla, Aya King es una mujer común y corriente, a sus 19 años jamás le ha faltado nada, pocos amigos y mucha fiesta y sobretodo le encanta sentir como la adrenalina se extiende por su cuerpo cada vez que monta. Está acostumbrada a los gilipollas y lo...