12. Confesiones

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Entramos al apartamento y me voltee a verlo con una sonrisa burlona en los labios.

- Así que soy Cocodrilo ¿No? ¿Que serás tu entonces? Gilipollas - Le lance uno de los cojines del sofá y él rió suavemente

- Bueno Aya a veces tienes una boca tan grande y tus palabras parecen filudos colmillos clavándose en la piel si puedo ser sincero. - Me quedé mirándolo  mientras se sentaba en el sofá, nunca nadie me había dicho las cosas de esa manera y decidí sentarme a su lado dejando un pesado suspiro en el aire.

- James, lo sé y realmente lo siento por eso, es solo que es mi forma de ser. ¿Sabes? La relación con mi familia me ha hecho dura, jamás había aceptado un centavo por parte de mi padre hasta ahora que fue por obligación.- Sentía la mirada atenta de James y cuando por fin lo mire estaba frunciendo el ceño, hice ademán de levantarme pero él hizo que me sentara de un golpe.

- Quedate.. quiero saber más.. - Dijo tomando mi mano derecha entre las suyas.

- Verás James, sé que piensas que soy una niña malcriada y una hija de papi pero no es así. Desde muy pequeña me di cuenta lo que mi padre trataba de hacer como lo había hecho con toda la familia, comprarnos con regalos para evitar que diéramos nuestra opinión o nos opusieramos a algo, cuando fui consciente de eso decidí alejarme de todo y me prometí a mi misma no aceptar un peso por su parte - di un suspiro largo - todas las cosas que tengo es porque he trabajado y me las he ganado, no quería tener nada que ver con el dinero de tráfico de quien sabe que cosas. Tal vez esa es una de las razones por las que me la pasaba en fiestas y con el chico que yo escogiera, para llenar el vacío de tener una familia falsa. - Una lagrima se escapo recorriendo mi mejilla pero James la detuvo con su pulgar. Me quede mirándolo unos pocos segundos y solte el suspiro que desde hace rato tenía escondido, acerque mi mano a su mejilla y su barba me hizo cosquillas pasee mis dedos desde su pómulo hasta su barbilla y me aleje de él.

- Ahora, cuéntame cómo fue para ti. - dije sin mirarlo. Se acomodó un poco en el sofá dejando caer todo su peso.

- Verás, vivía con mis padres y mi hermana era la vida tranquila que todo el mundo desearía tener. Mi padre según parecía tenía un trabajo estable que de hecho nos proporcionaba muchas comodidades, siempre teníamos dinero y jamás nos faltó nada. A medida que fui creciendo vi como todo el sueño de la familia feliz se iba destruyendo, mis padres cada vez discutían más y mi hermana ya casi no se quedaba en casa. A los 12 años mis padres casi no se hablaban si no era estrictamente lo necesario, mi hermana decidió irse de casa al cumplir los 18 a vivir con mis abuelos en Filadelfia y como yo aún era muy chico no podía decidir que hacer. - Dio un largo suspiro y yo ahora lo miraba atentamente - Y bueno, que puedo decir; la curiosidad es traicionera, a los 16 años, en uno de esos días cuando me entere que mi  madre creía que mi padre le era infiel en vez de ir a la escuela decidí seguir a mi padre al trabajo para comprobar las especulaciones de mi madre y creeme Aya, hubiera preferido encontrarlo con otra mujer - Tomó su cabeza entre las manos y supuse que todo había terminado pero él siguió hablando desde esa posición. - Lo seguí hasta un complejo abandonado de bodegas y cuando él iba llegando a la puerta sacó un arma que tenía escondida en la chaqueta, esto hizo crecer la curiosidad en mi y me acerque hasta donde encontré un lugar por el que ver hacia adentro de la bodega - Hizo una pausa y me miró con los ojos aguados.

- James está bien sino quieres continuar lo entiendo - Acaricie un poco su espalda tratando de calmarlo.

-  Cuando mire hacia adentro lo que vi me impactó, estaba un hombre de pie sobre una silla con las manos encadenadas al techo y todo golpeado por todos lados, de la boca le salia sangre y se agitaba de dolor, mi padre le levanto la cara con la punta del arma e  hizo que lo mirara. En ese momento le dijo "Estás muerto, te dije que no te metieras con lo que yo cuidaba. No sabes cuantos problemas me has causado" mi padre apunto el arma hacia el centro de su cabeza y el hombre casi moribundo le dijo "Me tendrás que recordar para toda la vida y lo que me hiciste cuando llegues a tu casa y veas a tu amada esposa sin respirar" - James me miró de golpe y yo abrí los ojos como platos - Aya, en ese momento yo salí corriendo a casa para ver como estaba mamá, te juro que quería que todo fuera mentira, rece como un maldito cura esperando que fuera una vil mentira  y cuando entre a casa la vi tirada en el suelo de la sala con un disparo en el pecho sin signos vitales.

- Ay por dios James, lo siento tanto. No debí haber preguntado - Lo abrace muy fuerte hasta hacer que cayera encima mio en el sofá, mientras lo seguía agitando como un bebé él se aferraba con fuerza mientras dejaba salir sus lágrimas.

- Eso fue todo Aya, todo mi mundo se derrumbó y desde ese momento me metí en lo que mi padre estaba, jamás iba a dejar que le pasara nada a nadie que me propusiera cuidar así fuera solo por dinero. Jamás. - Dijo aún entre lágrimas mientras se iba quedando dormido poco a poco en mi pecho.

 

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Trate de moverme un poco porque ya no soportaba más el calor, pero un peso me lo impedía. "No otra vez por favor" pensé creyendo que era una de mis pesadillas pero cuando logré abrir lentamente los ojos me di cuenta que James y yo seguíamos en la misma posición de ayer, de pronto toda la información volvio a mi mente de golpe y recordé lo que James me contó, lo abrace un poco más a mi y no pude evitar imaginarme la cara de un chico viendo como está muerta su madre en la sala de su casa, por eso es tan duro y por eso es así. Pase mis manos por su cabello intentando no despertarlo, pero se removió encima de mi y bostezo.

- Buenos días. - Dijo sentándose lentamente, le respondí igual pero un poco aturdida por todo y más por la actitud de James, después de todo lo que dijo actua tan normal.

- ¿Quieres cereal? - Preguntó dirigiéndose a la cocina.

- Eh, si - Balbucee - James... ¿Que te sucede?

- ¿A mi? Absolutamente nada, quiero tener un buen día es todo. - Dijo sonriendo pero esa sonrisa era falsa, no llegó a sus ojos.

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El día pasó sin mayores preocupaciones, James seguía intentando subir de nuevo sus muros actuando como si nada hubiera sucedido y yo seguía muy confundida.

- ¿Quieres que vayamos a una fiesta o algo así? Podríamos celebrar que inauguraste muy bien las pistas de Inglaterra para ser una chica nueva. - Me dio un codazo que me sacó de mis pensamientos.

- Si claro ,tu decide a dónde podemos ir. - Dije distraída mientras me concentraba en un chico al otro lado de la calle que me miraba fijamente. Era de cabello negro como la noche y ojos verdes que hipnotizan a cualquiera, lo observe por un momento más y éste chico me guiño el ojo siguiendo su camino. No sé porque me daba la impresión que no era la primera vez que lo veía, trate de hacer memoria y solo pude ver en mis recuerdos un atisbo de unos ojos verdes que sonreían conmigo.  

Lo siguiente que supe fue que James me había agarrado la mano y me arrastraba como un niño pequeño lo haría con su madre solo porque quería que comiéramos algodon de azucar, mire a la mujer que los vendía y le hice mala cara a James, la verdad no se veía higienico el pequeño puesto.

- Venga James, tal vez podamos encontrar otro puesto de estos. - Pero él hizo esos ojos de cachorrito regañado y no me pude resistir, me seguía arrastrando como un niño chiquito y no pude evitar sonreír y seguirlo.

- La verdad pequeño creo que te va a doler el estomago de tanto comer algodón de azucar. - Dije mientras pegaba un mordisco a mi segundo algodón y el ya iba por el cuarto y tenía dos más en la mano para llevar a casa. - No digas que no te avise.

- Aya por favor, no centres tus malas energias en mi. Yo tengo estomago de guerrero - dijo dándose unos golpes en el estomago y sacando panza y no pude evitar reirme. - Ves, así se ve un verdadero guerrero. - Levantó su camisa en la mitad de la calle mientras seguía con el estomago por fuera y trataba de caminar como un guerrero. La gente nos miraba con caras raras y las madres tapaban a sus hijos pequeños los ojos mientras yo reía como loca. Pero una sensación extraña hizo que cambiara el ambiente, mire para todos lados y no encontré nada raro.

- James, creo que alguien nos está vigilando. - Él miró para todos lados asegurando el perímetro como dirían los profesionales y pude ver preocupación en sus ojos. Me tomo de la mano.

- Vamos a casa ya.

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LO SIENTO!!! No había tenido mucha inspiración últimamente y no quería subir algo tan mediocre pero pues aquí está, es un poco corto por lo mismo pero JURO hacer el próximo más largo. <3

Ale

MY BODYGUARDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora