Abrí los ojos lentamente y la luz me cegaba. De nuevo escuchaba ese bip tan familiar, parecía que estuviera en el principio de todo, que nada hubiera sucedido; el secuestro, las muertes, las heridas de todos aquellos que estaban pendientes de mi, logre llegar a sentirme fatal, como en el principio.
Me senté de golpe en la cama y pude ver que todo era diferente esta vez, me quede mirándolo fijamente mientras se percataba de que yo habia recuperado la conciencia, me miro desconcertado en un principio pero se apresuró por llegar a mi cama. Le dedique una sonrisa cálida que no le había dado en años y él se desplomó como si fuera un mar de lágrimas.
- Papá... - Trate de comenzar a decir pero él me abrazó muy fuerte.
- No digas nada, soy yo el que tiene que pedir perdón. No estuve para ti ni fui sincero.
- No te culpes de nada. Ahora tenemos un nuevo comienzo. - Se separó de mí después de unos pocos minutos y se secó las lágrimas con el dorso de la mano.
- ¿Te sientes bien? Te aprete muy fuerte . dijo riendose.
- Si, estoy bien. El doctor dijo que dentro de tres días me van a dar de alta.
- Aya, sé que es mucho pedir en este momento pero me gustaría que vivieras de nuevo conmigo un tiempo.
- Papá - Dije tratando de suavizar las cosas y pude ver en su mirada un poco de decepción. - No voy a vivir contigo, ya de cierta forma me acostumbre a otra cosa, pero prometo visitarte cada vez que pueda y espero que tu hagas lo mismo.
- Tenlo por seguro, ahora me voy porque creo que tienes más visitas. - Me beso la mejilla y yo hice lo mismo con él.
Me recoste de nuevo en la cama y cerré un poco los ojos tratando de descansar de tantas emociones, pero los abrí de golpe en el instante en que sentí un lenguetazo por los ojos y parte de la boca. Me senté emocionada de nuevo en la cama y consentí la cabeza de Shady, levante la mirada y ahí estaba el hombre que me hacía suspirar. Me dedico una sonrisa de medio lado y suspire una vez más.
- ¿Como lograste entrarlo?
- Con magia. Se te olvida que estoy entrenado. - Se sentó en la silla que estaba frente a mi cama. - ¿Como es que te salvo la vida y esa pequeña bola de pelos se gana todo el protagonismo y los mimos?
- Ay estás celoso. Acercate. - Se sentó en el borde de mi cama mientras yo seguía acariciando la cabeza del peludo. - ¿Tienes celos de este bicho? - Dije levantando las cejas divertida.
- No, pues un poco. - Dijo timido.
- Pero como puedes tenerle celos si él también es tu bebé. - Le puse la bola de pelos frente a su cara mientras este se la lamia toda. Solté una carcajada mientras veía su cara de asco.
- Aya... - Dijo con tono serio.
- No te puedes poner bravo conmigo, estoy convaleciente - Dije haciendo pucheros. James tomó mi cara entre sus manos y se acercó a besarme, pero se detuvo a milimetros de mis labios.
- ¿Te has cepillado los dientes, cierto? - Abrí los ojos queriendo asesinarlo mientras él se reía a carcajadas, le pegue un puño en el brazo derecho y creo que me dolió más a mi. Trate de hacerme la que estaba enojada pero no se lo creyó y comenzó a hacerme cosquillas por todo lado.
- Me hacias falta, te amo James- Le dije entre risas y el me dio un beso en los labios sin que yo lo esperara.
- Ya lo sabia, pero te había tomado tiempo decirlo. - Le volví a pegar en el brazo.
- Que iluso eres. ¿Te puedo hacer una pregunta?
- Claro, dime.
- ¿Por qué yo no sabia que mi padre había abierto una sucursal aquí?
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MY BODYGUARD
RomanceElla, Aya King es una mujer común y corriente, a sus 19 años jamás le ha faltado nada, pocos amigos y mucha fiesta y sobretodo le encanta sentir como la adrenalina se extiende por su cuerpo cada vez que monta. Está acostumbrada a los gilipollas y lo...