- ¿Como es eso de que alguien nos estaba siguiendo Aya? - Me miró fijamente esperando una respuesta, y fue una lastima toda la chispa que había tenido toda la tarde se esfumó y como si fuera poco ahora me llenaba de preguntas. .
- Ya te he dicho que no lo se James, solo fue una sensación extraña, como si hubiera alguien ahí mirándonos fijamente pero en realidad no pude reconocer a nadie. - Lo mire nerviosa desde el sofá entrelazando mis dedos. Su telefono comenzo a sonar. Él dio un suspiro largo y contesto de mala gana camino hacia su habitación.
No puedo esperar para entrar a la universidad, tal vez eso me "ajuicie" un poco pero lo más importante es que conoceré más gente que James, es un jodido controlador. Me tire en la cama mirando hacia el techo, escuche como a mi celular le entraba un mensaje de texto pero no tenia ganas de mirarlo, hasta que un grito me hizo volver a la realidad. Abrí un poco la puerta de mi habitación y pude escuchar a James balbucear cosas que no entendía.
Después de decidir mirar el celular y dejar escapar un largo suspiro al darme cuenta que no era de Nick, siendo un mal nacido como la mayoría de la población masculina, lo leí detenidamente pestañeando sin poder creerlo.
"Hey nena dile a tu novio que hoy hay carrera, 9 pm misma pista. El premio mayor"
Volví a pestañear sin poder creerlo, repetí una y otra vez en mi mente "El premio mayor" pero sé que con lo que sucedió hoy en la plaza James no me va a dejar disfrutar de la luz del día por un buen tiempo, así que cogí la ropa que utilice la vez pasada. Cogí las llaves de mi motocicleta y le respondí el mensaje a Ed. "Esta en camino, solo se va a poner en la línea de salida..James y yo cobramos el dinero después."
Sé que es un riesgo gigante el que corro al salir de la casa sin él pero bufff prefiero salir de casa a escuchar a James balbucear cosas en un idioma que no entiendo o en un código de guardaespaldas seguramente, además tengo que aclarar la mente. No puedo permitirme que el chico se me meta en el corazón o se quede un trozo de el. James es un gilipollas, mujeriego e interesado; según mi experiencia me merezco algo mejor, mientras tanto puedo disfrutar de los chicos que andan por ahí. Fui al baño a tratar de arreglar un poco mi look masculino pero escuche como el timbre sonaba y la puerta de James abrirse de golpe, cerré rápidamente la puerta del baño y pegue mi oído a ella esperando escuchar algo. Escuché una voz femenina que no me era conocida y unos tacones seguramente de prostituta, la sangre me comenzó a recorrer todo el cuerpo a una velocidad exorbitante. Y lo que escuche después me hizo recordar las razones por las que no me agradan los tipos como él.
"- ¿Donde podemos hablar guapo?
- Vamos a mi habitación - dijo James con un tono seco.
- No me agarres así, sé que estás ansioso por jugar conmigo pero calma bebé. - Lloriqueo la zorra.
- Brittany no juegues conmigo, anda de una vez. Para acabar con esto.
- Paciencia James te voy a hacer disfrutar. "
Me puse la ropa sucia de la carrera pasada, me mire por última vez en el espejo y salí hecha furia.
En menos de 10 minutos ya estaba en la línea de salida haciendo rugir el motor de mi preciosa motocicleta esperando que la adrenalina me calmara un poco los nervios y me sacara la voz de James mezclada con la voz de la zorrita número dos.
~~~~~~~~~~~~
Después de ganar por segunda vez y lo que parecía ser un premio bastante grande, aparque mi motocicleta alejada como había aprendido de James, PUTO JAMES, para poder cambiarme y poder cobrar mi dinero, y esta vez seria todo para mi. Mire para todos lados esperando que nadie viniera y saque de la bolsa escondida en los arbustos mi ropa y claro que escogí la más atrevida, si James iba a ser un cabrón yo me iba a llevar un buen polvo esta noche. Me subí la falda un poco más corta de lo que quedaba, las botas y la camisa negra suelta que tenía allí, alborote un poco más mi cabello y me aplique labial rojo. Y camine decidida hacia donde se encontraba Ed.
ESTÁS LEYENDO
MY BODYGUARD
RomanceElla, Aya King es una mujer común y corriente, a sus 19 años jamás le ha faltado nada, pocos amigos y mucha fiesta y sobretodo le encanta sentir como la adrenalina se extiende por su cuerpo cada vez que monta. Está acostumbrada a los gilipollas y lo...