Capítulo 5

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Cuando desperté gracias a mi queridísimo despertador llamado "Chica, la enfermera", Bon y yo fuimos a la habitación de Golden.
Al parecer ya habían aclarado las cosas y el ex cantante parecía ser inofensivo.
Pasamos la mañana con él, hablábamos de nuestras vidas fuera del centro.
Se hizo la hora del almuerzo y todos nos dirigimos al comedor, Golden, por supuesto, con su vigilante al lado.

Nos sentamos Bon, Bonnie, Golden y yo en una mesa tras haber pedido el almuerzo en la barra.
Para hoy había filete de ternera con patatas fritas o pasta.
Mientras comíamos volvió Fred, me hablaba sobre la psicóloga y yo no podía callarle en ese momento, porque estábamos delante de los demás.
Al lado teníamos al vigilante de Golden, que a la vez, controlaba que el de cabello celeste no se comiera ningún objeto no apto para el consumo.

Cuando Bon y yo terminamos de comer, en el comedor entró aquella chica rubia de ojos azules acompañada por una enfermera.
Me quedé observándola hasta que ella clavó una de sus miradas de desprecio ante todo en mí, ahí fue cuando decidí desviar la mirada a otro lado.

-Freddy... Freddy...  ¡Freddy! -me llamaba Fred una y otra vez- Llamando a Freddy desde el planeta Tierra. Si me oye diga algo, repito, si me oye diga algo.
-¿Qué? -pregunté.
-¿Qué pasó? Parecias... atontado.
-No es nada.

Bonnie y Golden continuaban almorzando mientras hablaban de cosas de las que no me enteraba ni de la mitad, ya que estaba contemplándola a ella.

-Ve a hablar con ella si tanto te interesa. -me comentó Fred- Si no lo haces pronto alguien más se te adelantará. Es una chica muy linda...
-Calla, Fred, estos son mis asuntos. -Protesté.
-Solo intento darte ánimos para que hables con ella, que no te cuesta.
-Tú no estás en mi situación...
-Y si lo estuviese, me atrevería. -en ese punto, Fred tomó el control de mi cuerpo.

Esta vez fue diferente, a diferencia de las otras veces, perdía la consciencia, peto esta vez podía ver y escuchar lo que Fred hacía en mi cuerpo.
Estaba en la posición de Fred, solo podía hablarle a él, pero los demás no me oían.

-O-Oye.. ¿Qué haces? -me sorprendí y seguidamente me aterroricé. Fred había ocupado mi cuerpo y no sabía cuáles de las suyas haría.
-Solo, voy a ayudarte con esa monada. -me dijo.
-¡Ya, en serio! ¡No lo hagas! ¡Lo estropearás, además con ella no podemos lidiar como con las demás! -ella debe ser más sensible de lo normal, y podría empeorar con su problema si él dice algo demasiado brusco.
-No te preocupes, Freddy.

Fred se levantó de la mesa y se dispuso a dirigirse hacia la de la chica rubia.
-Freddy, ¿a dónde vas? -Le preguntó Golden. No recibió respuesta.

-Hola, linda. Soy Fred, ¿cómo te llamas? -se acercó a ella y apoyó su brazo en su silla.
-Joy. -contestó ella cortante.
-¿Y qué haces aquí..  Joy? -preguntó Fred levantando una ceja con una media sonrisa.
-Pues comer.
Fref frunció el ceño al no lograr acercarse más a ella.
-¿Joy? -Los chicos, Bon, Bonnie y Golden vinieron hacia donde estaba. -¿Me recuerdas?
-Sí.
-¿Cómo has estado estos días aquí? -Preguntó Bon, el cual al parecer ya la conocía de antes.
-Normal, supongo. No hago nada aquí.
Tras varios intentos de establecer amistades con la chica rubia y no conseguirlo, nosotros nos marchamos de allí, y Fred me devolvió el cuerpo.

-Espero que Joy no se haya enfadado con nosotros... -Pensaba- Si lo hace, será todo culpa tuya.
-Vamos, Freddy, lo intenté. -se excusó, y tras aquello solté un suspiro tumbado en mi cama, ya que ya llegamos a la habitación.
Bon fue a acompañar a Bonnie.

-Hola, Freddy. -se oyó entre el silencio de la habitación. Miré hacia la puerta y vi a Golden en el marco.
-Hola Golden. ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu habitación?
-Sí. Pero... -se quedó mirando al suelo- No te importará que me quede aquí, contigo, ¿verdad?
-No te preocupes. -le dije mirándole con una pequeña sonrisa.

Golden miró las dos camas y en un espacio de la mía se sentó.
-¿Tú crees que podré salir de aquí pronto? -me preguntó.
-No sé. Quizás. -le contesté- Si te controlas a la hora de provocar incendios.
-¿Tú podrías ayudarme? -me miró suplicante.
-Q-Quizás, ¿a qué te refieres?
-A calmar la llama que aviva dentro de mí.

No vale la pena Freddoy #SICKFNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora