No vale la pena Freddoy #SICKFNAFHS

Epílogo

Pasaron varios meses desde la partida de Joy. La verdad, me siento algo solo aquí en el hospital, ya que, aunque estoy junto a Bon, Bonnie, Golden y Foxy quiénes tratan de animarme, sigue sin ser lo mismo. Pero sigo teniendo la esperanza de que nos volveremos a encontrar.

En esos meses, Bon y Bonnie nos anunciaron de que eran pareja, algo que se notaba a diez mil kilómetros.
-Ya saben que Bonnie y yo estamos saliendo, así que ni se atrevan a tocar a mi conejito. -advirtió el de cabello celeste amenazante.
-Uy, ¡qué miedo! ¿Vas a pegarme si me acerco a él? -se burló Fred tomando mi cuerpo.
-¿Quieres que lo pruebe, Fred?
-Eso debo verlo. -dijo él con malicia, entonces le echó el brazo seductoramente por encima de los hombros de Bonnie y, Bon corrió amenazante tras Fred, quién huía burlándose de él.

-Más rapidito, Bon. -se burlaba.
-Calla. -lo perseguía enojado.
Golden y Foxy se reían al contemplar la escena, y entonces ellos anunciaron, también, que habían comenzado a salir juntos.

-Gato dice que ya puedo decir que mi ship "Golxy" es real. -dijo Bonnie felíz al escuchar al rubio.
-Felicidades. -dije yo sonriente, pero recordando tristemente los ratos que pasamos Joy y yo juntos.
-Enhorabuena, Golxy. -sonrió Bon tras habérsele pasado el enfado.
-Gr-Gracias dkxb, chicos. -Foxy hizo un movimiento extraño con la cabeza, pero que ya estábamos acostumbrados a ver.

Pasaron los días, las semanas, los meses... varios meses...
A Bon le dieron el alta, ya que descubrieron que su enfermedad la tenía controlada y que, podía volver a casa siempre y cuando no comiese nada indebido, pero por seguridad le dejaron el bozal puesto y la llave se la dieron a su padre. Bon sabía como trucar la cerradura con un alfiler así que de mucho no servía la llave.

Golden también se tuvo que marchar, ya que, al notar que su adicción a quemar todo tipo de cosas había desaparecido le dieron de alta. Y continuó dando conciertos como cantante que volvió a ser después de un año.

Foxy se fue del centro, porque decidieron que por síndrome de tourette no era necesario estar ingresado.

A veces venían a visitarnos a Bonnie y a mí, pero no volvió a ser lo mismo después de la partida de cada uno de ellos.
-Cosa roja me dice que es muy poco probable que salga de aquí. -me decía el esquizofrénico, a lo que yo le respondía cosas como: "No pierdas la esperanza" "Seguro que podrás salir" "No le hagas caso" "Cosa roja miente".

Era una mañana como otra cualquiera en el centro. Yo ya no tenía compañero de habitación y tampoco amigos en clase, así que me la pasaba toda la hora de enseñanza solo.
En el comedor comía solo, ya que, decidieron que Bonnie comería en su habitación vigilado, porque existía un rumor el cual decía que quizás "Cosa roja" le ordenaba cosas y podría hacer algo malo.

En la hora del patio yo me senté bajo el árbol de siempre que me traía tantos recuerdos junto a mis amigos, junto a Joy, mientras escuchaba las canciones que ella me enseñó.
De repente Chica se acercó a mí sonriente, a lo que, me sorprendí, pues no había sabido de ella desde hacía tiempo.

-Hola, Chica, ¡cuánto tiemp-! -fui a saludarla.
-¡Hola, Freddy! -me saludó interrumpiéndome felíz- Me acaban de decir que te de la noticia.
-¿Es una buena noticia? -pregunté curioso.
-Muy buena.
-Ya, dime, no me dejes en ascuas.
-Verás, te dieron el alta. -me contó -Dicen que con el medicamento que te manden estará controlado Fred y que no necesitarás estar ingresado.

Yo me alegré mucho y me levanté de un salto abrazando a la enfermera, pero por otro lado me sentí triste, pues Bonnie se quedaría solo, pero él me dijo que no me preocupase, que estaría bien con "Cosa roja" y "Gato". Me tiene muy preocupado ese chico, su enfermedad es muy grave y dudo que se cure algún día.

Hace unos meses que me fui de aquel centro, mantengo contacto con Golden, Foxy, Bon y Bonnie, a quien, frecuentemente, voy a visitar.
Vivo en casa con mi madre y, Fred aparece un poco menos, pero, en cierto modo, no quiero que desaparezca.
No supe nada de Joy e inconscientemente mi corazón se cerró para todos.

Me encontraba en mi parque preferido sentado en un banco, como alma sin cuerpo, con mis auriculares puestos y escuchando canción tras canción, cada una de ellas cantadas por Joy y su antigua banda.
Sin darme cuenta comencé a tararearla.
-Aunque ya mil lágrimas derramaste... -cantaba en voz baja- Como un niño que no deja de llorar...

-Aunque el mañana ya no tenga salvación protégelo..
-Y cómo el sol de verano volverás a brill- Espera... ¿acabo de oír su voz? Debo de estar demasiado aferrado a ese recuerdo que se llevó el viento...- Aparentas ser tan valiente, que no hay dud... -Pero ¿y si es verdad que ella está aquí? Ya tendré tiempo de pensar que estoy obsesionado a su recuerdo cuando lo compruebe.

-Cuando en realidad quieres ir... -Rápidamente me volteé y pude observar a Joy cantando detrás del banco.
-J-Joy... -se quedó impactado Fred. Yo simplemente no pude pronunciar palabra, estaba sorprendido por encontrarla aquí y a la vez felíz. Especialmente felíz.

-¿Ya se acabó la canción? -soltó ella antes de soltar una pequeña risa.
No pude evitar abrazarla como nunca antes he abrazado a nadie.
En su hombro comencé a sollozar inconscientemente.
-F-Freddy, no llores. Así parecemos unos niños pequeños. -me dijo Fred conteniéndose el llanto.
-A-Al fin... Al fin pudimos volvernos a encontrar... -murmuré acurrucado en su hombro.
-Sí. Ya te dije que no sería un adiós, sino un hasta luego. -me correspondió el abrazo

-P-Prométeme que no te alejaras de mí. -le rogué.
-No lo haré. -chocamos nuestras frentes y unimos nuestros labios en un tierno y corto beso.           -Te amo. -susurré, a lo que me respondió de la misma manera.                                                                      -Yo también, mi osito.

Después de haber conocido a una persona en un hospital psiquiátrico, como a otra cualquiera, a la persona que me haría felíz en la vida; después de haber tenido que separarme de Joy y sin saber nada sobre ella; después de noches en vela pensando en su paradero, con la esperanza por delante, al fin la suerte me echó una mano y la soledad se hizo a un lado.

~Ahora sí que sí, Fin~