Capítulo 25

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¡Buaaa!¡Me quedé dormido, seguramente Chica me hubiese estado buscando por la noche! ¿Qué hago, qué hago? Lo que hice la última vez, puede que si me voy al aula de clase y me hago el tonto no haya problemas.

Me vestí rápidamente y, después de arropar bien a Joy, me fui corriendo de la habitación, evitando que la enfermera que la avisa a ella de despertarse, viniese estando yo allí, ya que eran las 7.20.
Me dirigí a la antigua biblioteca, donde ahora dábamos clases, y, para mi sorpresa, solo estaban Puppet y el chico tímido que siempre le acompaña, creo que se llamaba Loon o algo así.

-Hola, Freddy. -me saludó al percatarse de mi presencia- ¿Qué haces aquí? La mayoría debe estar durmiendo como troncos.
-Pero, ¿qué dices? -le pregunté yo, con la respiración agitada por haber estado corriendo por los pasillos.- Las clases empiezan en cinco minutos.
Puppet se echó a reír a carcajadas, y no entendía el motivo, hasta que Loon riendo bajito me dijo que hoy no había clases, a lo que yo me quedé en shock. Todas mis preocupaciones no se fueron del todo, ya que, era la segunda vez que no me encontraban en mi habitación por la noche y me pedirían explicación.

-Este... en ese caso me marcho. -dije algo avergonzado.
-Adiós. -se despidió Puppet.
No pensaba dirigirme a mi habitación, pues la enfermera rubia quizás me estuviese esperando enfadada, así que fui caminando por los pasillos sin rumbo, de repente vi a una chica pelirroja y de piel morena, que se hallaba perdida.

-Eeeem... hola, chica, ¿te has perdido? -le pregunté.
-Sí. Ahora mismo debería estar en el otro barrio. -decía- Pero sin embargo sigo aquí, atrapada en el mundo de los mortales.
-Eeem... -no supe qué decirle, no sabía de qué me estaba hablando, tal vez creía estar muerta o qué. Qué extraño.- Bueno, en ese caso, me voy y te dejo encontrar el lugar ese dónde deberías ir (?
No dijo nada más y me marché, esa chica daba mala espina, daba la sensación de que era un fantasma real.

Aaaaaaaaaaaah! -un grito me sacó de mis pensamientos. Seguí el ruido y me condujo a una puerta de metal.
Era la puerta por la que entramos Golden y yo hace tiempo donde se hallaban un caníbal y otro más que no recuerdo.

-Ok, Freddy. Vámonos, ¿sí? No quiero ser comida de locos. -Fred parecía asustado, quién lo diría, aunque cualquiera estaría de la misma forma.
Retrocedí unos pasos hacia atrás y cuando me di la vuelta para echar a correr, de repente se oyó un ruido a mis espaldas.
Cuando me giré, la puerta estaba echada abajo y un chico de cabello blanco, de piel morena con una cicatriz en medio de su rostro, me miraba amenazante.

-F-Freddy, cuando quieras huyes, eh. -me dijo Fred aterrorizado.
Yo no podía articular palabra, el chico albino comenzó a dirigirse a mí, y yo retrocedía.
De pronto echó a correr hacia mí, y entonces yo, obviamente, no me iba a quedar de brazos cruzados así que eché también a correr.

-¡Ayuda! -gritaba en forma de socorro.
Llevábamos unos minutos de persecución y ya me estaba cansando, pero el chico no se detenía. Hasta que me tropecé con algo y caí al suelo, mientras que el albino se disponía a abalanzarse sobre mí.
Alguien le disparó un dardo tranquilizante en el cuello antes de que me alcanzase.

-Uff.. -suspiró una enfermera de cabello azul con lentes- Has tenido suerte, chico. Un poco más y podría haberte matado.
Con el corazón en la mano caí rendido en el suelo.
Pasaron unas horas y, ya me había relajado, así que me dirigí hacia mi recámara olvidando a la enfermera Chica.

-¡Pero, Freddy! ¿Dónde andabas anoche? ¡Creíamos que te habías dado a la fuga! -me regañó la rubia al verme llegar.
-Eemm.. pues. -no supe qué responder. Obviamente, no podía decir que había pasado la noche con Joy, porque ahí ya sí que se liaba.
-No te preocupes, Chica. -entró Bonnie a la habitación de repente- Freddy pasó la noche en mi habitación. Se quedó dormido mientras leíamos y me dio lástima despertarlo.
-¿Es eso cierto, Freddy? -preguntó Bon algo molesto.
-Sí. -Ya era la segunda vez que me salvaban de un apuro como éste.
-Bien. Que no se vuelva a repetir, a la próxima tomaremos medidas. -me advirtió Chica mientras se marchaba.

Aliviado solté un suspiro y me tumbé en la cama, esta vez me había salvado de una buena.
-¿Y qué hacíais en tu habitación, Bonnie? -preguntó Bon lanzándome una mirada asesina.
-Nada. -respondió el de cabello morado mirándome pícaramente.
-No habréis estado...
-No. Pero yo si sé lo que has estado haciendo con Joy. -se acercó a mi cama Bonnie.

Palidecí sin a penas darme cuenta, ¿cómo podía saber todo lo que hacía en cada momento? Ya me comienza a dar miedo el chico éste.
-¡Nada, Bonnie, aléjate! ¡No quiero saber nada! -dije escondiéndome bajo las sábanas.

No vale la pena Freddoy #SICKFNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora