Capítulo 8

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Los dos nos fuimos cada uno a su habitación, ya que ya se hacía tarde y llegaba la hora de la cena.
No pienso volver a ese lugar. Esta vez no, pero si hubiese estado suelto ese caníbal quizás no hubiésemos salido con vida.
Y encima el tío le pide a la gente que le abra la celda, que no hay motivo.

-¿De verdad entraron en la guarida de un caníbal? -Bon entró al cuarto impresionado. Seguramente Golden le contó.
-. Eso , no vuelvo a entrar allí. ¿Cómo lo sabes?
-Golden me lo contó todo. -Ahí está. -Me dijo que andabas con miedo y te aferraste a él. -Bueno, la verdad, no fue exactamente así.
-Genial, ese rubio mentiroso consiguió que Bon nos viese como los miedosos.. -bufó Fred.
-Eem.. fue él el que.. -En ese momento entró Chica.
-Hora de la cena. -dijo con las bandejas en las manos.
Cuando cenamos nos acostamos, pero no pude dormir bien.
Los pensamientos me invadían.
Me aterraba aquel caníbal que se llamaba... ¿Printball?, pero que sentía también pena por él, también por el otro, ¿Eak?

Al día siguiente, Chica nos despertó a las 7.30 de la mañana con una campana.
Bua! ¿Qué demonios...? -se sobresaltó Bon.
-¡¿A quién se le ocurre ponerse a tocar una maldita campana por la mañana?! -exclamó Fred.
Apaga esa cosa! -dije yo volviendo a taparme con la manta.
-¡Ni hablar! Hoy comienzan las clases, a las 8.00 a.m debéis estar ya en la biblioteca. -comentó Chica. Maldito sea el día en el que decidieron poner clases en el centro...

Bon y yo nos miramos y nos metimos bajo las mantas ignorando a la enfermera.
-Freddy, ni se te ocurra salir. Ir a clases es lo peor. -Fred se veía algo molesto por habernos despertado a esta hora.
-Tranquilo, no pienso salir de aqu.. -Entonces la enfermera rubia me quitó la manta de encima y pude ver su rostro hecho una furia. Si me fijaba bien parecía que en sus pupilas se reflejaban llamas de fuego.

-C-Claro, ahora nos preparamos. Estoy muy felíz de comenzar clases, de verdad. No tardamos. -Chica daba demasiado miedo como para decirle que no.

Ya nos hallábamos en el aula, no había mucha gente. Habían como unos treinta pupitres.
Joy estaba sentada al final de la clase al lado de la ventana alejada como de costumbre, así que decidí acompañarla sentándome en el pupitre de al lado.

-Hola. -me saludó. ¡Al fin me habla primero!
-Hola. -le sonreí- ¿Por qué siempre te alejas de todos?
-No me gusta estar cerca de los demás..
-Pero así puedes hacer más amigos.
-No quiero amigos. -me sorprendí un poco ante su respuesta..
-Entonces... ¿yo qué soy? -le pregunté cabizbajo.
-... eres... Freddy.. -Ella se quedó algo pensativa.
-¿Entonces no somos amigos?
-No lo .

Me quedé pensando unos minutos y se me ocurrió preguntarle.
-Pues entonces, ¿quieres ser mi amiga? -Sé que dijo que no quería amigos, pero tal vez yo podría ser una excepción.
-Bueno.. Está bien. -me sonrió. Era una de las pocas veces que vi sonreír a Joy, quizás porque siempre estaba seria sin ninguna expresión. Era una pena, ya que su sonrisa dibujada en su rostro era preciosa.

El chico de pelo rosado con un bolso colgado a su hombro entró a la sala, creo que se llamaba Félix.
-Buenos días, chicos. Veo que estamos todos. -dijo él- Como dije en la reunión, mi nombre es Félix, y seré vuestro profesor.
Hoy en clase no hicimos mucho mas que presentarnos.
Llegó mi turno de presentarme, así que me levanté del pupitre y me dirigí al frente de la clase.

-Pss.. Freddy.. Eh -me llamaba Fred.
-¿Qué quieres? -le contesté sin interés.
-Déjame a presentarnos. -me giñó un ojo levantando su pulgar hacia arriba.
-Ni en broma.
-Egoísta.. -me dijo antes de ocupar mi cuerpo.
-¡No, Fred! Déjalo.
-No te preocupes, Freddy, confía en .
Él llegó al frente de la clase y levantó la cabeza.

-Mi nombre es Freddy y parece ser que he llegado al paraíso porque este aula está repleto de hermosas chicas que parecen ángeles.
Noté cómo la mayoría de ellas se ruborizaron al instante. Maldito sea.. ahora todos los chicos me guardarán rencor.
Además, Joy nos miró con desagrado ante aquel hecho.
-Bien, Freddy, puedes sentarte -nos dijo el profesor Félix.

Ahora le tocaba presentarse a Joy, entonces ella se levantó y se dirigió hacia donde me encontraba yo anteriormente, mientras me sentaba en mi asiento.

-H-Hola.. Me llamo Joy, un placer. -dijo cabizbaja. Noté cómo los chicos la miraban de pies a cabeza con cara de malditos pervertidos, y cómo las chicas la miraban como con asco.
Me molestó bastante, ya que, sentía aprecio hacia ella, y la verdad no sé por qué. No podía comprender este sentimiento...
¿Sería aquello a lo que llaman amor?
No lo creo..

No vale la pena Freddoy #SICKFNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora