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Estaba de vacaciones, caminando aburrido por ese lugar al que sus padres le obligaron a ir, para pasar un tiempo en familia, le aseguraban cuando él era el único menor del lugar y no encajaba con nadie. Jamás tuvo que ir en tanto tiempo y ahora de la nada le obligaban a ir junto a ellos.
Y caminaba sintiéndose algo vacío, sintiendo que a su edad ya debía tener aventuras y sexo igual que sus amigos. Pero por alguna extraña razón no podía simplemente estar con 'cualquiera' quería algo especial. Alguien especial. Que con una sola mirada le arrancase el corazón sin piedad. Le hiciera su esclavo con un beso. Le llevara al cielo con su piel.
¿Esa persona existía? La brisa caliente le desordena los cabellos, sacándole de su ensueño. Llega a la orilla de un riachuelo que corría silencioso y tranquilo, se pone de cuclillas y se refresca la cara.
¿En qué diablos estaba pensando?
Se abofetea mentalmente, apenas tenía dieciocho años y pensaba en el amor como algo eterno, no como algo pasajero, lo veía como locura. Esa locura que quería sentir. Quizás desesperado por sus hormonas que despertaban y le hacían pensar como un lunático. Era un adolecente en toda regla.
De la nada ve salir a una chica entre los arbustos, la ve quitarse las sandalias, levantarse ese ancho corto lo suficiente como para poder bañarse esas delgadas y blancas piernas.
Su sentido de la preservación le dice que se vaya, pero no logra mover ni un solo musculo, apenas puede pestañear mientras se queda completamente idiotizado al ver ese cuadro de pintura en movimiento.
Aquella muchacha canturreaba mientras entraba al riachuelo y se bañaba esas piernas y se sacaba ese chaleco, dejando ver sus brazos y algo más de piel, se refrescaba contenta, incluso suelta sus cabellos y se los moja, se mueve agitando su delgado cuerpo, como si estuviera bailando... tan grácil, tan natural y libre, se veía su belleza salvaje cómo ese lugar tan verde y ese riachuelo que mostraba su azul reflejo del cielo completamente despejado y ese sol que la obligaba a levantarse la camiseta un poco para refrescarse... era una diosa salvaje bailando libre...
Sus hormonas estaban completamente alborotadas, le decían que si estaba buscando hacerse el esclavo de alguien pues la había encontrado. Había encontrado a su dueña.
Un momento mágico en el que sus ojos se encuentran y ella le sonríe picara y sale rápidamente del agua y cogiendo sus cosas huye cual ladrona. Sí. Era una ladrona, porque con esa mirada le había arrancado el corazón, llevándoselo quien sabe dónde.
Reacciona y rápidamente corre a buscar a la culpable de que su cuerpo entero estuviera ardiendo en llamas como nunca antes en su corta vida. Corre desesperado y se la encuentra yendo de la mano de una anciana.
Sonríe al verla tan inocente. Tan sencilla. No como las chicas que conocía allá en la ciudad, era tan diferente. No iba con altos tacones ni llevaba vestidos floreados, ni pintura, nada. Era tan natural. Tan hermosa.
La sigue hasta el lugar que supone que debe ser su casa. No podía perderse ni por un segundo de esa belleza, de esa mirada y esa sonrisa que lo tenían tan prendido.
Después de verla entrar junto a esa anciana a esa casa simple, como todas las casas de ese pueblo perdido en medio de la nada. La ve abrazar a otra mujer que seguro era su madre porque era algo mayor.
- ¿Sí? ¿busca a alguien? – pregunta una voz que lo saca de su ensueño.
- Si... bueno... - no sabe que decir para no quedar como un psicópata – estaba buscando a la señorita de esta casa – mira para la casa de la chica que estaba sentada comiéndose una mandarina junto a esas dos señoras que reían contentas.
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¿QUÉ ERES PARA MI?
Fanfiction~*~... Dentro de mis ojos yace la respuesta... algo que no puedo ver... ~*~ ~*~ 2min ~*~ *mención Jongkey