ENGAÑOS, DECEPCIÓN Y PÉRDIDAS

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~*~

Después de hacer el amor dos veces sale de casa convencido de que todo lo que tenía era lo que siempre soñó, lo que quiso para su vida.

Sin embargo llega a su oficina y se encuentra con Yuri sentada en su silla. Respira profundamente mientras se recarga en la pared.

—Señor Choi ¿Quisiera usted almorzar conmigo? —le invita mirándole de pies a cabeza—. Ayer me pareció muy interesante y no me decepciona haberlo buscado —comenta después de haberse enterado que era un cerebrito—. Encontrarle fue lo mejor que me pudo pasar.

—Yo...

—Te espero en el mismo restaurante.

Un beso en su mejilla y realmente preocupado se sienta en su escritorio que tenía impregnado ese perfume que percibió el día anterior.

Sin embargo esas palabras, esa mirada tan segura y penetrante le hacen cancelar su almuerzo con Taemin. Sin saber exactamente por qué, pero asistiría a aquella invitación.

—Averigüé mucho sobre ti —comenta ella comiendo delicadamente su comida.

—¿Y por qué tanto interés? —pregunta realmente interesado en la respuesta que ella le pudiera dar.

—Porque eres realmente atractivo —Minho le mira con la ceja levantada—. Y vivir de la forma en la que lo haces me parece un desperdicio —limpia con delicadeza sus labios al terminar su almuerzo—. Más aún si eres tan inteligente... pareces llevar la vida de un donnadie.

Palabras que tambalean su piso, una mirada que le dice que no es broma, que lo dice en serio, una sonrisa que le hace sentirse demasiado insignificante, como si fuera un insecto. (O menos que eso)

Una tarde en la que todo iba como si nada y las mismas palabras se repetían en su cabeza su madre hace su aparición en su oficina. No podía decirle nada, era también una accionista junto a su padre.

—Veo que conociste a Yuri —comenta ella mientras se sienta cómodamente—. Me lo contó ayer...

—Sí ¿Y? —no quiere que su madre se meta en su vida, y menos si es para decirle 'te lo dije' que era lo que más detestaba en la vida.

—Quería que te casaras con ella —Minho la mira sorprendido, justo cuando creyó que aceptaba a Taemin—. Desde el principio quise que fuera mi nuera.

—Porque no te casas tú con ella —dice molesto.

—Ella te merece cariño, no es como Taemin, ya verás.

Es lo último que la escucha decir antes de verla levantarse y salir por esa puerta. Justo cuando cree que se salvó y podrá trabajar en paz ve entrar a Yuri con esos aires de grandeza que nunca la dejaban, parecía brillar.

Un beso que le es robado y una invitación a la que no puede negarse.

Como por arte de magia parece olvidarse de Taemin, olvidarse de lo que un día prometió, de esas palabras que le susurraba al oído mientras hacían el amor, mientras se hacía dueño de sus suspiros, de sus labios, de su cuerpo, su corazón y su alma. De su vida.

Día tras día, salía con Yuri, almorzaban juntos y por primera vez sentía que había alguien que podía estar a su nivel y podían hablar de lo que sea, y por primera vez no se sentía superior, no sentía que debía ponerse a su nivel. Se sentía cómodo y contento al recibir sus atenciones.

A cada momento desplazaba poco a poco a aquel a quien un día juró amor eterno, y todo empeoraba cuando caminaban tomados de la mano y nadie les miraba con desprecio, más al contrario le miraban con envidia.

¿QUÉ ERES PARA MI?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora