SIEMPRE VOLVERÍA A SUS BRAZOS

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~*~

Los días pasaban y ese día tan esperado estaba cerca.

No había vuelto buscarlo y aunque evitara sentirse tonto por pensar en que Minho debía haberlo ido a buscar, aún seguía pensando en él, sentía que no podía dejarlo sin darle explicaciones. No quería dejar pendientes y seguir sintiendo que debía quedarse ahí un tiempo más.

Utiliza la misma excusa de que iría a trabajar con Key, pero es la última vez que lo hará y se lo jura a sí mismo.

Porque ese amor lo tenía quebrantado, cada dia suspirando sin falta, recordándole y recordando esa vida que no parecía tener remedio, porque eso que antes fantaseaba eterno, estaba a punto de terminar con un dulce adiós.

*

*

*

Minho se queda fumando con la ventana abierta, sentado en la pared, dejando caer un pie hacia afuera. Soñando con que verá a Taemin llegar por la calle, por la misma que lo vio llegar hacia tantos días. Las horas se pasaban como si fueran días enteros mientras le esperaba.

Alguien dentro le decía que fuera a buscarlo, pero su consciencia le repetía una vez más que no debía cometer los mismos errores, que Taemin ya tenia a alguien más y que debía soportarlo, solo, porque no quería ser él quien tuviera la culpa de quebrantar una relación, de provocar algo que de pensarlo ya teme por la consecuencias y por sus acciones.

Al pensar en sus errores el rostro de Yuri se pasaba una y otra vez por su mente, ese aviso de divorcio que llegó a su casa, esa sesión de reconciliación a la que tuvo que asistir y verla una vez más con cara de querer volver a rehacer su vida, pero sabía que no tenía nada que ofrecerle, no cuando su mente no hacía más que pensar y repensar una, otra y otra vez en ese mismo rostro, esos ojos que le miraban siempre atentos, esa nariz que solía besar para molestarle, esos labios esponjosos que eran su perdición. Taemin.

Suspira una vez más y vota la colilla de su cigarro apagado, volviendo al pasado cuando deseó tanto guardarse esa colilla que había compartido con él por primera vez. Enciende uno más, quizás era el quinto de la noche, vota el humo y se queda mirando la luna que brillaba indiferente a su estado de ánimo, triste y solitario. De repente escucha el sonido de su voz llamándole, pero cierra los ojos creyendo que estaba alucinando, que ya no debía fumar más, al menos no por esa noche.

—Minho.

Una vez más y suspira mientras abre los ojos, con la única intención de seguirle el juego a su tonta mente que gustaba tanto de alucinar con que Taemin volvía a sus brazos, diciéndole que se quedará para siempre, que era perdonado una vez más y que intentaran ser felices una vez más.

—Minho me estoy congelando.

Posa la vista hacia su puerta y sonríe al verlo parado ahí. Definitivamente su mente estaba mejorando con los días, ya hasta lo recreaba con ropa diferente. Le sonríe y decide hablarle desde ahí, mientras el cigarro continuaba extinguiéndose entre sus dedos.

—Pero ya casi es primavera y tú siempre tienes demasiada calor que absorbiste mientras vivías en tu pueblo —ríe divertido.

Taemin es lanzado a aquellos días de invierno en los que no tenían mucho dinero para pagar la calefacción y se acurrucaba enredándose por completo a él, mientras le decía que era muy calentito, haciéndole estremecerse con el frio de sus pies que rogaban por algo de calor.

—Hace mucho frio en serio — se queja mientras se auto abraza—. Y si no bajas hasta que cuente cinco me iré —amenaza sintiendo escalofríos por esa brisa congelada que se colaba debajo de su ropa o en todo caso la traspasaba.

¿QUÉ ERES PARA MI?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora