¿FUISTE TÚ?

409 46 3
                                    


~*~

No sabe cuánto tiempo se quedó en el mismo lugar, sin poder mover un solo musculo, sin que su cuerpo pudiera obedecer las órdenes de su cerebro. Se sentía demasiado idiota por creer que Taemin seguiría enamorado de él, como si pudiera ser perdonado para empezar el listado de razones por la que estaba sentado ahí con la mirada clavada en esa puerta, sintiéndose traicionado. Ni si quiera tenia derecho a sentirse de esa forma, porque el único que había traicionado fue él mismo.

Mira su ramo de flores y su pequeña caja de chocolates. Una triste y lastimera caligrima cae por su mejilla, sintiendo ese mar de sensaciones que arremolinaban en su interior, ese nudo en la boca de su estomago al recordar ese beso que lo vio compartir con ella. Sus pulmones parecían olvidar su tarea habitual o era que el aire parecía inexistente mientras su corazón dolia un poco mas al recordarse a si mismo haciéndole eso, engañándole sin importarle lo que sentiría cuando se enterase, y sinceramente no le había importado en lo minimo. Por eso ahora estaba llorando como idiota con la vista clavada en esos presentes que le compró sintiendo que tendría una oportunidad.

Pero no podía quedarse con ellos, tampoco iba a votarlos. Debía ser valiente y luchar de frente, sacudirse el polvo e ir a dejar esos presentes.

Sintiendo el temblor en todo su cuerpo camina hasta acercarse a la puerta de madera, incluso lee un par de veces el nombre de la fundación y cuando ve su mano acercarse al timbre se da cuenta de que esta temblando y que es demasiado notorio.

Sin embargo, antes siquiera de que intente tocar el timbre, la puerta se abre y se encuentra con la cara de total sorpresa de Kristal.

Se miran por unos segundos y Minho se aclara la voz.

—Son para Taemin —ve a Kristal asentir y recibir los regalos como si nada, como si no le afectara que fuera él quien estuviera en su puerta.

—Se lo entregaré.

—Gracias —lo piensa mejor y sonríe un poco antes de darle el siguiente mensaje—. Sólo... no le digas que son míos, por favor —ruega porque en el fondo tiene la ciega esperanza de que Taemin recordaría esos detalles y que lo recordaría a él.

Lo siguiente que ve es la puerta cerrarse después de una leve reverencia. Y aunque no estaba seguro de que Kristal cumpliera su palabra, decide que le dejara los presentes, aunque sabe que no significaran mucho, aun así.

Te aseguro que si le das un anillo de lana estará igual de feliz que si le das un anillo de oro puro y lleno de diamantes.

Se ríe de sí mismo al recordar lo que Key le dijo aquella lejana ocasión. Sabe que Taemin es alguien que no se fija demasiado y que tal vez podría conmover su corazón si seguía enviándole esos presentes, esos que pocas veces disfrutaban mientras vivieron juntos.

Una tarde cuando pasaba por el centro comercial después de salir del restaurante, buscando algo bonito para regalarle, se para delante de una tienda de chocolates y como si estuviera oyendo el llamado de todos esos dulces entra, y queda encantado con todos esos chocolates de todas las formas y seguramente con rellenos diferentes.

Disculpe, cuales son los chocolates más deliciosos pregunta sintiéndose idiota y la dependienta le sonríe.

¿Son para su novia? Minho colorea las mejillas sin querer.

Sí, algo así —la dependienta sonríe y sale del mostrador

Sígame, le mostraré cuales son.

¿QUÉ ERES PARA MI?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora