¿QUÉ ERES PARA MI?

ES MI PECADO, NO EL TUYO

~*~

Entra al hospital y directamente se dirige hacia la habitación en la que le dijeron que se encontraba su mamá.

—Cariño no deberías estar aquí —le escucha y sin embargo se sienta a su lado y toma su mano—. Deberías estar con tu esposa —Minho ríe sin querer.

—Eso no es esposa, es algo que no sé cómo definir, pero esposa no es.

—No digas eso cariño.

La depresión la dejaba cada vez más seguido en el hospital y sinceramente no sabía cómo ayudarla, no si ella no quería ayuda, no si ella no dejaba de llorar la ausencia de su esposo que desde aquella vez nunca volvió a casa y para empeorar todo, hasta Minhyuk se había marchado alegando que no quería ver cómo su familia se destruía.

Y con la única intención de quitarle el peso de encima y echarse toda la culpa tuvo que contarle su discusión con su padre, la última vez que lo vio, pero en vez de mejorar las cosas ella empezó a culparse y a deprimirse más. Ambos lo hacían, a ambos les dolía, porque ambos eran culpables de haberlo lastimado de aquella manera, de su abandono, lo sabían y la impotencia hacia su trabajo prolijo cuando lo buscaban y nunca daban con su paradero.

—¿Hey como estas?—Minho sonreía al escuchar por teléfono a su padre tan jovial.

—Bien, aunque la verdad —suspira al ver a su ángel dormido a su lado—. Creo que no hay definición para esto que siento —suspira y su padre reía escandalosamente al escucharle.

—Será felicidad supongo —Minho dibuja una enorme sonrisa en sus labios y cierra los ojos cuando se acerca a dejar un beso sobre los cabellos de Taemin que dormía plácidamente después de que hicieron el amor.

—Es más que eso papá —dice haciendo reír a su padre.

—Sinceramente creí que estarías sufriendo —se sincera al creer que así era después de que dejaron de vivir en su casa y se mudaron. Minho sonríe por esa preocupación que su padre siempre mostraba multiplicado por un millón a la de un padre normal.

—Si esto es sufrimiento, por favor castíguenme un poco más —se burla y ese silencio al otro lado de la línea le dice que logró su cometido.

—Eres un sin vergüenza —Minho sonríe al sentir la manita de Taemin moverse sobre su torso, dejándole con la sensación de querer un poco más de él.

—Lo sé.

—Nunca te escuche tan feliz, debe ser porque Taemin te hace muy feliz —comenta encendiendo un cigarro y saliendo hacia el patio y fumar tranquilamente mientras platicaba con su hijo.

—Papá —de repente se pone serio al querer preguntarle algo que tenía miedo, pero qué más daba si ya ni vivía con él—. ¿No te molesta o te da asco que sea gay? —pregunta con algo de miedo—. Porque la verdad sólo me gusta él ¿Está mal? —pregunta y al otro lado escucha cómo su padre votaba el humo del cigarro haciéndole querer fumar uno en ese mismo momento.

—No pienso desheredarte por eso y lo sabes —palabras que le hacen sentirse demasiado bien—. Te amo, es lo único que importa y si estás enamorado de él, también se convierte en mi hijo y lo amo —un sentimiento de alegría recorría su cuerpo entero al escucharle decir esas cosas tan bonitas.

—Gracias papá —y al aclararse la voz para no terminar llorando por esa extraña alegría, provoca que Taemin se remueva y se estire subiéndose de la nada sobre él.