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Las horas parecían torturarle cuando ya no tenía nada que hacer, eso sumado a que decidió dejar de trabajar porque no se sentía en sus cabales, no desde que supo lo que le ocurrió a Taemin y a su hijo.
El dinero ya no eran un problema, no cuando ya era el dueño del 80% de las acciones de esa empresa y tenía varias acciones en grandes corporaciones como la suya.
El dinero.
Un tema que hacía que se sintiera demasiado culpable, pobre y miserable. Ve sus títulos y uno a uno los coge y los guarda en una caja. No quería enterarse ni recordar que eso era por lo que hizo que se fuera de casa, razones estúpidas que creyó en aquel momento demasiado importantes en su vida, pero ahora no eran más que basura de la que se quería deshacer.
Se queda perdido en el último título, en ese que decía PHD en Finanzas Corporativas, porque creyó que como ese título junto a los demas le darían la felicidad que tanto esperaba obtener, pero no, nunca sucedió y más al contrario ahora estaba destruyéndolos y haciéndolos picadillo. No podía soportar nada que le recordara lo estúpido y patético que fue en aquella época.
—¿Appa? ¿Estás bien? —preguntaba Yoogeun que miraba asustado a su padre que estaba rompiendo eso que solía colgar en las paredes de la sala junto a Yuri.
—No, bebé, no estoy bien —confiesa y se abraza al delgado cuerpecito de su hijo que de repente se puso a llorar junto a él.
—Appa no llores —ruega hipando, quizás recordando a su Taemin appa que las últimas veces que lo vio, fue justamente así. Llorando—. Dejaré de comer papa fritas y palomitas de maíz —llora creyendo que Minho también lo dejará—. No me dejes appa —un fuerte y amargo sollozo hace que Minho lo abrace con fuerza.
—Jamás te dejaré cariño —besa sus cabellos—. No llores ¿Sí?
No sabe qué más decirle a su pequeño de nueve años que lloraba escandalosamente, hipando con tristeza y dolor que podía sentir hasta en sus huesos. Un llanto enternecedor que le recuerda a cuando apenas tenía cinco años y le obligó a separarse de Taemin que lo cuidaba con su vida.
Su estupidez también afectó a su pequeño y apenas cae en cuenta. Lo estruja con fuerza al recordarlo llorando de la misma forma, abrazándose con fuerza a Taemin...
—¡No! —chillaba Yoogeun aferrándose a su cuello—. ¡Dejaré de decirte Umma! ¡Pero no te vayas appa! —rogaba a gritos.
—¡Te amo hijo! ¡Te amo! Recuerda que tu único deber en la vida es ser feliz, sólo recuerda eso y ten por seguro que siempre estaré a tu lado.
Vio la cara llena de dolor de su hijo, que lloraba como si en realidad supiera lo que estaba ocurriendo, cómo si supiera que jamás volvería a ver a su padre, como si le estuvieran arrancando el corazón.
Días en los que solía verlo jugar silencioso en su cuarto, días en los que le preguntaba si tenía amigos y Yoogeun sólo le sonreía, tardes enteras en las que le veía haciendo su tarea como si supiera que de eso dependiera su vida, noches en las que no le veía ver televisión, tan sólo jugar un poco con sus juguetes sobre su cama para luego dormirse abrazando ese peluche que aún conservaba. Tan diferente a ese niño caprichoso que gustaba de competir con Taemin para tener su atención, tan lejano a ese niño risueño que solía dibujar su familia y le regalaba su esbozo con una hermosa sonrisa acompañada de un besito, tan lejano a ese pequeñito que solía contarle todo lo que hacía en la escuela sin cansarse y repitiendo la misma historia una y otra vez.
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¿QUÉ ERES PARA MI?
Fanfic~*~... Dentro de mis ojos yace la respuesta... algo que no puedo ver... ~*~ ~*~ 2min ~*~ *mención Jongkey