Capitulo #4

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Este juego me estaba cansando, llevaba un buen rato persiguiendo al Príncipe por todo el pueblo, a el le divertía y a mi me frustraba, los aldeanos se reían y no sabia si de mi mediocre suerte o por que ellos creían que de verdad estábamos enamorados y esto era el juego de la vida marital.

El era nuevo en esto pero yo conocía perfectamente o al menos la mayor parte del pueblo como para saber que callejón me haría el camino más corto para atrapar al escurridizo y dramático Príncipe.

Dobla la calle y antes de que me pase lo tomo por la muñeca asustándolo y ganándome varios golpes de sus ágiles y pequeñas manos.

-Déjeme, suelteme, ¡auxilio!. -Gritonea sin dejar de moverse. Le cubro la boca con mi mano y lo meto a una cafetería que nunca había visto pero por el numero de gente sabia que no era muy concurrida. -¡Eras tu!, ¡pude haber muerto!, ¡en tu real vida lo vuelvas hacer, idiota!.-Me ataca cuando libero su boca.

Llevo mi dedo a mis labios indicándole guardar silencio, mira a su alrededor notando que todos allí incluido los empleados nos miraban.

-Con la boca cerrada vas y me haces el favor de sentarte, ¿okey?. -Le pido/ordeno. El contrario asiente pero antes de buscar un lugar y tan solo ordenar que comer se les pone al tu por tu a unos tipos que murmuraban y hablaban de nosotros. -¡Príncipe!.-Llamo su atención.

-¿¡Que!?.-Me voltea a ver luego de zapear a uno de los fornidos chicos.

-¿Te calmas?.-Niega y sigue en su estúpido juego hasta que el chico se levanta y con diferencia de altura y mirada de matón lo acorrala en el mostrador.

¿Que te hice, dios?

Tenia que sacarlo de esta o le entregaría a su padre puré de Príncipe.

-Joven.-Lo llamo colocándome detrás de el, estaba temiendo por mi vida, mi rostro lucia bien y los puños de este tipo no me iban a dejar presentable. Enserio. -¿Podría dejar tranquilo a mi...prometido?. -Ay pero que raro sonó eso. -Es algo idiota ya lo se pero le pido que lo deje pasar por esta vez.

Todo iba normal y el tipo parecía que cedería hasta que un castaño aun mas alto que el agresor me hace un lado sin ser grosero y da inicio a la pelea.

El Príncipe por el contrario se estaba divirtiendo con la escena, lanzaba golpes al aire y animaba al que parecía empleado del lugar. Esto no iba ser asunto solo de ellos dos, los otros chicos se levantaron, uno se me fue encima como si en vez de querer golpearme quisiera solo abrazarme, el tercero estaba correteando al cobarde Príncipe que se refugiaba tras las mesas toreandolo. Mi contrincante había dejado lo meloso para ponerse bestia y golpear la madera a lado de mi rostro, aproveche para golpearlo en la cara y librarme de su aprision.

Rápido mire al empleado, quien seguía ocupado y el Príncipe ahora lanzaba todo lo que encontraba para así quitarse de encima al que podría mandarlo al hospital.

De aquí no íbamos a salir sin huir y aparecer mañana en las noticias reales.

De ultima opción hice lo mismo que mi prometido y le lance un servilletero al tipo, luego extendí la mano para el Príncipe quien corrió despavorido trepandoseme en el lomo.

-¡Corre de una jodida vez!.-Grita.

Sin pensar en mas salgo de ahí.

                                ***

Habíamos llegado al castillo hace un rato, comimos como si no hubiera un mañana y luego cada uno se encerró en su habitación.
Me había duchado y ahora veía estaba con mi padre discutiendo sobre lo sucedido en aquella cafetería, prefería que estuviéramos tratando planes sobre el cargamento que pronto nos llegaría de Europa, incluso del consejo mismo pero no, el había decidido empezar por eso.

-¿Como puedes permitir que sucediera eso, Taeyong?. -Me riñe. Suelta el bolígrafo olvidando los documentos que firmaba.

-No fue mi culpa, ese chico es un problema. -Coloco mis manos sobre el escritorio golpeándolo levemente. -¿De verdad, quieres que me case con el?

-He tratado al chico, es buena persona y muy cariñoso, no se por que se te dificulta tomarle afecto, hijo.

-¿Cariñoso?. -Enarco una ceja. -De descarado e idiota no me baja, ¿que le eh hecho yo?, le hablo con educación, aguanto sus berrinches, incluso lo salve de aquella tonta pelea.

-No se trata solo de aguantarlo. -Responde con autoridad, aun mas con la que ya lo hacia. -Conocelo a fondo. -Rebusca entre sus papeles tomando una carpeta para entregarmela. -La Sra. Qian sera quien confeccione los trajes para la boda, su hijo sera el encargado de la decoración en la iglesia así como el salón por lo que te agradecería hijo mio que los visites para tomar medidas y corrijas cualquier desperfecto. -Mi cabeza toca se esconde en el escritorio unos momentos. -Tu prometido también va.

-¿Tengo que tenerlo pegado a mi todo el día?, te acabo de decir lo que ocurrió por su culpa y aun así, ¿quieres que me acompañe?. -Asiente sin duda. Bufo y tomo la carpeta sin remedio alguno. -El compromiso se va a celebrar en menos de dos días, ¿los tendrá a tiempo?. -Curoseo.

-Nunca subestimes a esa mujer, Tae. -Sonríe. Cuando estoy por salir me vuelve a llamar. -Escuche que el Príncipe es bueno con Nana.

-¿Taeil  lo dijo?. -Asiente. -Pues lo es, creí que seria mas difícil como a mi me costo con Felix pero no.

-El muchacho a la primera oportunidad que el caballo lo ignora no esta de quejica llorando. -Se burla de mi suerte con Felix dos años atrás.

-¡Es que ni siquiera lo ignoro!

-Suerte.

                                ***

No quería otra salida infantil con ese maleducado, prefería asistir solo, después el lo haría y regresaríamos a casa sin ningún problema. Estaba muy dispuesto, incluso estaba sonriendo pero eso cambió cuándo Susana, el Principe Ten y Taeil me esperaban en la entrada.

-¿Las noticias vuelan aquí?

-Oh creeme que preferiría seguir ordenando como me gusta mis pertenencias que acompañarte por unos tontos trajes, pero Susana me amenazo con su sartén por ordenes del Sr. Moon.

-No le ordene a Susaba a amenazarte si no a avisarte. -Taeil le clava la mirada a la cocinera y esta se defiende.

-No quería salir, algo tenía que hacer.

-Lo mas preocupante es que me dejaría sin comer y no iba a permitir eso.

-Como sea, solo vallamos. -Termino de bajar las escaleras para salir primero pero un chiflido me detiene.

-¿Vas solo, Principe Taeyong?. -Pregunta Taeil  de brazos.

Chasqueo mi lengua y regreso tomando la muñeca del Príncipe quien ríe y se despide alegre.

No hablaron nada sobre no conducir. Lo llevo al auto abriendo la puerta del copiloto esperando que subiera.

-Tu "soy tradicional" esta volviendo. -Dice.

Cierro la puerta ignorándolo para subir al auto y colocarme el cinturón de seguridad, esperaba que mi acompañante lo hiciera también pero nada sucedió.

-No me digas que olvidaste llenar el tanque.

-Estoy esperando que te coloques el cinturón de seguridad. -Giro unos grados mi cuerpo encarandolo.

-No vamos muy lejos, ¿oh si?, no seas dramático, Lee.

-No encenderé el auto hasta que lo hagas.

-Arranca.

-No.

-Hazlo.

-Que no.

-Ni que fueran kilómetros.

-Aquí nos quedamos.

-¡Agh!. -Toma de mala gana el cinturón abrochandolo. -¿Feliz?

Enciendo el auto con una sonrisa en mi cara.





Falling for you [TaeTen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora