Con lo vivido, Ten y Mark salen del juego tambaleándose como si estuvieran ebrios. El menor tiene que aferrarse a la barra una vez están completamente afuera por que Ten corrió -sin morir en el intento- a los brazos de su marido. Cuando esté lo tuvo en sus brazos se desconcertó un poco cuando Ten comenzó a reírse y como no, Mark le siguió.
-¡En mi vida había subido a uno de esos!. -Dice cuando comienza a calmarse.
-¡GRACIAS POR LA VISITA OJITOS RASGADOS!. -Les grita el encargado del juego. Mark le alza el pulgar.
-¿Se divierten?
-Oh si. -Se mete Mark.
-Sin dudarlo. -Responde Ten quien por primera vez en ese rato había conectado mirada con Taeyong. -Me agrada tu hermano. -Regula su voz y sin pensarlo toma el rostro del mayor para besarlo.
-Ay no, no. Íbamos bien. -Se queja Mark. -Ah, olvidenlo. -Extiende su mano restandole importancia y sigue caminando.
Por su parte Taeyong toma de la cintura a Ten y lo pega a él mientras que el más bajo rodea su cuello.
-¿Que tal el negocio? -Pregunta el más bajo cuando se separan para tomar aire.
-Si quitamos los veinte minutos de platica que se monto el de finanzas, todo bien. Aunque aún no está del todo claro por lo que mañana tendré otra junta.
Ten se muerde el labio y baja la mirada a lo que Taeyong de un movimiento suave le alza la barbilla para escanearlo.
-¿Que sucede?
-Se supone que... Hmn...es nuestro regalo de bodas y yo estoy divirtiéndome con tu hermano mientras que tu tienes que encerrarte en una oficina.
-Papá me lo pidió de favor y no me molesta, después de mañana todavía tenemos dos días y estoy libre así que con la pena pero mi hermanito tendrá que despegarse de ti. -Hace más fuerte su agarre en la cintura ajena y con el dorso de su mano acaricia la mejilla de Ten. -Estas provocandome cosas que no se si debería sentir, Ten. -Le susurra al bajo. Como era de esperarse se sonrojo pero también sonreía.
-Entonces, ¿no te arrepientes de haberte casado conmigo?
No hubo respuesta, tampoco la necesitaba. El suave movimiento de sus labios se lo decía. No lo hacía.
************
La hora había llegado, era ahora o nunca. Tenía que ser el momento de que Taeyong superará uno de sus miedos para no seguir siendo el punto de burlas por parte de su hermano, aquellas donde Mark por las noches --cuando aún vivían juntos— entraba a su habitación y le tiraba de los pies asustandolo o abría su puerta para correr rápidamente y así no ser visto dejándole un escalofrío al mayor, además de ver y contarle historias de terror que por las noches lo dejaba con el ojo pelón.
Aquí, en el parque de diversiones de Canadá, frente a frente estaban: Lee Taeyong, heredero a la corona, recién casado y con sentimientos floreciendo por su marido, con un hermano menor que luego de cuatro expulsiones, cientos y cientos de llamadas a dirección y reportes por fin lograba un promedio alto digno de enmarcarse, contra: La casa del terror, teniendo audio fuerte con melodías poco sanas para su salud mental, llena de gritos que le desgarraban a Taeyong la piel, corazón, huesos, todo y que para acabarla de fregar en la puerta estaban personas disfrazadas de los personajes que provocan aun en la actualidad pesadillas en los niños, eso no era todo, los muy hijos de su tenebrosa madre te perseguían pero como el baboso que eras volvías para que de nuevo te infundieran el miedo y corrieras despavorido con ganas de más y más.-Tres por favor. -Cuando Taeyong escucha que Mark ha pedido tres pases corre hacia él y le toma el billete.
-No, no, no, no. No entrare a eso, ni loco, ni por tu promedio perfecto. Nada, me niego, ¿oíste?, ¡ME NIEGO!. -Y como si lo acabarán de ofender se cruza de brazos dando tres largos pasos hacia atrás.
Pero claro, la vida lo odiaba y termino chocando con Freddy Kruger, su piel se volvió más pálida cuando le mostró sus manos echas cuchillas.
-Con su permiso. -Le sonríe Taeyong y corre de vuelta con su hermano y esposo. -Muévanse, caminen, ya viene, ¡corran!
Ten tenía una enorme mueca en su cara, era la primera vez que veía así a Taeyong y ciertamente aquella faceta le divertía. Aunque le ponía incómodo como lo tenia abrazado, por detrás, demasiado cerca para pensar claramente y con las manos sosteniendo las suyas además de que tenía su cabeza descansando en el hombro ajeno por lo que su respiración chocaba con su cuello. Lo bueno, Mark ni se ocupaba de su existencia mientras intentaban salir, lo malo, Taeyong estaba alerta a todo aun así cuando algo lo sorprendía movía la cadera y terminaba embistiéndolo. En una ocasión le saco un gémido y ¡oh dios que vergüenza! Pensó Ten pero ninguno de los hermanos se inmuto.
Apenas salieron Taeyong se olvido de Ten y Mark para correr y abrazar la barra con el letrero de salida que lo decoraba una calaverita. Ten por su parte se echaba aire en la cara intentando bajar el rojo de su rostro.
-¿Estas seguro que tu eres el de arriba?. -Cuestiona Mark.
Taeyong le dedica una mirada asesina y el menor alza los brazos en rendición.
-Bueno ya, solo decía. -Alza sus cejas. -Pero enserio, que niña saliste. -Y echa a correr en busca de protección, ¿que mejor que con su cuñado?.
-No sabia que le tenias pavor a los fantasmas y esas cosas de miedo. -Pregunta Ten cuando el mayor lo mira.
-Culpalo a él. -Señala a Mark.
-Quisiera decir que, miedo superado pero, no se pudo, no se pudo. -Comienza a canturrear.
-Esa tampoco fue manera de quitarle el miedo, Mark. -Defiende Ten mirando por encima de su hombro al que seguía escondido.
-Saben que, no quiero llenarme de miel y esas cosas así que, ¿por que no vamos a subirnos el azúcar? Ya que lo andan tirando demasiado.
Taeyong esboza una sonrisa y camina hasta Ten para palmearle las manos a su hermano y que lo dejara en libertad para así poder tomar sus manos y besar sus nudillos.
Definitivamente le estaban encantando estas vacaciones y eso que iban por el primer día.
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Falling for you [TaeTen]
Random"Y fue entonces cuando descubrí que no podía mirar a nadie como lo miraba a él"