Daddy Luke [Luke.Hemmings] ✔

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Luke POV

Ella asintio y como la chica buena que es, se arrodilló en el suelo de la Limusina. El vestido azul que llevaba dejaba a la vista sus largas y pálidas piernas.

Levanté la fina tela del vestido dejando a la vista su trasero y su delicada ropa interior negra.

Con tan sólo verla en esa posición, mi imaginación volo pensando en las mil y un maneras de las formas en las podría castigarla. Debo de admitir que soy un maldito sádico, una hombre que siente placer golpeando y follando muy duro a las mujeres, pero por alguna particular razón con Clarie no puedo ser así, con tan sólo verla el placer llega a mi por sí sólo y eso sólo logra confundirme.

La mire unos segundos debatiendome entre ser sádico con ella o no, pero algo fue más fuerte que yo y decidí no hacerlo.

—Ven aquí— Ordené palmeando mi regazo

Ella obedeció, se levantó y se sentó sobre mis largas piernas. No pude evitar sentir escalofríos cuando su pequeña anatomía se puso sobre mi.

Aferró sus manos en mis hombros y se acomodó con cuidado, tratando de no poner todo su peso sobre mi.

—¿Piensas que pesas mucho?— Cuestioné algo confundido

Ella desvío su mirada verde de la mía y apretó sus labios dándome a entender que no quería hablar de ello.

—¿Clarie?— Susurré posando mis dedos en su mentón para que levantara la vista —¿Hay algo qué debas decirme?

—¿Quieres oír una patética historia?

La contemple confuso unos segundos y asentí, dándole a entender que quería que hablara.

—Bien... Digamos que cuando tenía dieciséis todos se burlaban de mi por ser gorda, era siempre el objeto de risa y burla de siempre. Ese mismo año decidí que ya era hora de hacer un cambio, me cambie de instituto, empecé hacer ejercicio y bajé muchísimo de peso. Después de un año volví y como todos son superficiales llegaron como tigres a su presa. Desde ese día vivo con ciertas inseguridades en lo que respecta a mi cuerpo... Ya sabes, toda esa mierda del amor propio

No la deje terminar y deposité en suave beso en sus labios rojos.

—Me gusta que seas sincera— Gruñí sin despegar nuestros labios —Pero... Eso no va librarte del castigo. Serán diez y quiero escucharte contarlos ¿oíste?

—S-Si Daddy 

Levanté sin ningún cuidado la parte de abajo de su vestido y lo arrolle a la altura de su pequeña cintura. Sin más dejé caer mi gran mano sobre su muslo derecho haciéndola saltar.

—Uno— Susurró cerrando sus ojos

Lo hice repetidas veces hasta llegar a diez azotes con mis manos, mientras ella contaba con dificultad y en susurros. Finalmente terminé y ella bajo la vista sonrojada.

—¿Puedo bajarme?— Preguntó con timidez

Asentí y ella se bajó con cuidado sentándose a mi lado en silencio.

-¿Tienes wi-fi?- Soltó de repente

Alcé una de mis cejas rubias y pensé por unos segundos.