Daddy Luke [Luke.Hemmings] ✔

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—¿Por qué no has ido a buscarla?— La voz de mi hermano mayor se coló por mis oídos

—Quiero darle su espacio...

—¿Su espacio?, ella te necesita sólo que no se ha dado cuenta de eso. No pierdas tu maldito tiempo aquí consumiendo esas porquerías y ve por ella, o sino alguien más llegará a consolarla y ese no serás tú

A mi mente llegó ese tal Brook, no he hablado jamás con él y ya lo odio con mi vida. Dejé de lado mis pensamientos y me decidí por ir a por ella, no me importa si alguien más ya está ahí, no me importa derramar sangre sólo por ella. Es mía y de nadie más. Sino la tengo yo, no la tendrá nadie.

Sonaba enfermo, pero ella es lo único que me mantiene cuerdo y lejos de caer al abismo negro de aquella voz que tanto me tortura. Ella es mi salvación y perderla no esta en mis planes.

—Voy a buscarla— Solté poniéndome mi chaqueta de cuero

No me tomé el tiempo de llamar a Jack y salí. Afuera hacia bastante frío demasiado como para salir, pero eso es lo que menos me interesa justo ahora. Vague unas cuántas calles hasta que finalmente Di con la casa de los padres de Clarie. No quiero entrar y no porque este arrepentido, sino porque me da miedo el padre de Clarie. La última vez no tuvimos un buen encuentro.

Pero me animé a tocar la puerta algo nervioso. Quien me abrió fue justamente su padre. Estoy más que muerto.

—¿Tú eres Luke?— Preguntó con cara de pocos amigos

Asentí.

Después de eso su puño se estrelló en mi rostro, haciéndome girar sobre mi propio eje. Llevé una de mis manos a mi rostro, adolorido por el golpe reciente.

—Eso es por mi hija...Y ella esta arriba ahora, así que pasa— Fruncí mi ceño ante aquello, pero me limité a agradecerle

Su madre estaba sentada en el sofá con un gato y sólo me sonrió señalando las escaleras. Vaya que contraste entre el marido y la mujer.

Subí las escaleras me topé con una puerta de madera pintada de verde y entre sigilosamente. Ella estaba sobre su cama con otro gato en su regazo.

Solté una leve tos tratando de captar su atención y funcionó, ya que ella alzó su vista hacia mi, pero luego volvió a su posición normal.

Me senté a su lado y el gato trepó con pereza a mis piernas y se acomodó ahí para dormir.

—¿Por qué me haces esto?— Solté de pronto con algunas lágrimas

No llores joder, no seas una nena.

Su vista estaba fija en la nada y su rostro no reflejaba ninguna emoción. Tan sólo estaba ahí, está pero a la vez no.

—Porque quiero que seas feliz y tengas la familia que yo jamás podré darte. Quiero que sonrias cuando veas a tus hijos por las mañanas y sabes muy bien que yo no puedo darte eso...— Sonrió débilmente y se abrazó a sí misma

«Ella jamás te querrá contigo, estarás sólo para siempre. Me das asco»

—Basta— Gemí tapando mis oídos

Ahí estaba otra vez, esa desgraciada voz que no me deja en paz.

«Estarás sólo, ese es tu destino. Inútil nada puedes hacer bien, debería darte vergüenza»