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Luke

Solté una risita tonta al ver a Clarie caminar de forma extraña como si tuviera miedo, de que sus piernas se quebraran o algo parecido. Es mi culpa, que puedo decir.


—¿Qué es tan gracioso?— Soltó mirándome mal, al momento en que metía su mano en la bolsa Blanca que teníamos

—Creo que estas exagerando, Cielo— Susurre besando suavemente su frente

Ella rodó sus ojos con molestia y me apartó de un empujón, cosa que no funcionó mucho ya que yo soy el doble de ella.

—No exagero y lo sabes muy bien— Murmuró cortando un trozo de pan

Si, bueno yo también exageraria si fuera ella. De seguro se preguntarán ¿Por qué rayos mi chica camina como si se fuera a quebrar?

Bueno eso es muy fácil. La folle demasiado duro y creo que me pase un poco.

Un poco bastante.

Pero lo merecía.

Y ahora creo que se va a romper.

—Toma pequeño— Musitó dándole el trozo de pan a un niño que vagaba a sólo por la aldea a la que habíamos ido

No pude evitar sonreír como un idiota al verla hacer aquel acto tan hermoso, pero mi sonrisa se desvaneció al ver como una lágrima rodaba por su pálida mejilla.

Solté un suspiro y me obligue a mi mismo a hablar con ella sobre el tema.

—Clarie.......Amor ¿Estas bien?— Pregunté con voz apagada

Ella se limpió rápidamente la lágrima y se giró para darme una sonrisa falsa, de a poco se le fue perdiendo hasta que finalmente se largó a llorar. Sin pensarlo dos veces envolví mis brazos alrededor de su pequeño cuerpo y la atraje hacia mi.

—Shh, esta bien nena, llorar hace muy bien— Hablé acariciando su cabello castaño el cual olía a fresas

Me dolía verla así de rota por el hecho de no poder concebir como las demás mujeres, lograba que mi corazón se estrujara.

—Estoy tan defectuosa— Gimió entre sollozos ahogados, mientras se aferraba con fuerza a mi remera

—No, no, no— Negué con mi cabeza
—Tú no estas defectuosa cariño no digas cosas como esas. Sólo no puedes y ya, no es tu culpa Amor

No soy el mejor dando ánimos, pero por ella lo estoy intentado.

Después de unos segundos de llanto doloroso se apartó de mi, dejándome un pequeño vacío algo molesto. Miré sus ojos verdes que sólo demostraban dolor y apreté mis labios. No me gustaba verla así, no a ella.

Iba a decirle algo, cuando sus dedos acariciando mi rostro me detuvieron. Recorrió desde mi mejilla lentamente hasta acabar tocando mi labio inferior con suavidad. Inevitablemente cerré mis ojos disfrutando de su toque, que lograba hacer que mi piel de erizara.

Sus dedos tocaban agilmente cada parte de mi cara, logrando que mis sentidos se pusieran a flor de piel.

—Clarie.....— Gruñi tomando su mano, acercandola nuevamente a mi rostro, debido que ella la había alejado

Abrí mis ojos y me encontré con sus esmeraldas brillando.

—Te necesito, ahora ya— Confesó mirándome fijamente, al tiempo en que sus pupilas se dilataban considerablemente

Al oír aquello me congele literalmente, ella fue lo suficientemente directa como para pedirmelo.

—Pero ayer yo......

—Me lo merecía— Declaró desviando su vista a otro lugar
—Pero ahora te lo estoy pidiendo yo, si quieres lo hacemos a tu manera— Suplicó poniendo esa carita de cachorro que todos ponen para conseguir algo

¿Cómo decirle que no cuando ella me lo estaba rogando?

—Bien cariño lo haremos a mi modo, pero prometo ser suave esta vez— Sonreí apartando un mechón castaño que estaba en su rostro

Ella sonrió abiertamente y murmuró un gracias.

Esta era mi oportunidad de demostrarle que no era sólo un maniático que le gusta follar duro a las mujeres. Estaba vez iba a ser diferente.

Clarie

—Quitaré tu vista por el momento, así será esta vez ¿Estas bien con eso?— Preguntó mostrandome un pañuelo negro similar al de la vez anterior

Asenti. Hoy estaba dispuesta a todo.

Él se acercó hasta mi y paso por detrás mío para después colocar la tela sobre mis ojos, dejándome sin campo visual. Estuvo unos segundos detrás de mi inalando fuertemente y supe que estaba oliendo mi cabello.

Después de eso sentí sus labios húmedos bajar por mi cuello, hasta llegar a mis hombros. Ahí tomó entre sus dedos las finas tiras de mi vestido negro y las bajo con agilidad por mi espalda hasta que este llegó a mi cintura.

Esta vez sentí su boca bajar por mi espalda, para llegar a mis caderas. Al instante mis instintos se activaron como la última vez, pero decidí hacerles caso omiso y relajarme.

—¿Confías en mi?— Cuestionó con voz ronca sobre mi piel

Entreabri ligeramente mis labios dejando salir un pequeño jadeo que sólo yo pude oír y me preparé para contestarle.

—Ciegamente....

—Es todo lo que necesitaba oír— Ronroneo terminado de bajar mi vestido
—Déjate caer

—¿Qué.....?

—No te dejaré caer— Habló dulcemente

—¿Lo prometes?

—Siempre

Y me deje cae en la espera de que sus palabras fueran ciertas.

Daddy Luke [Luke.Hemmings] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora