Tarde

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Steve

Una vez que estuvimos listos decidimos seguir con lo acordado y pasar el día fuera De la Torre. Bucky decidió que lo que fuéramos a hacer podría esperar, aún no habíamos tenido oportunidad de comer algo y creo que eso ahora mismo era prioridad.

El clima en la ciudad era bastante agradable, un día típico en este lugar. Ambos salimos y me dirigí a una cafetería en la que me recordaba aquellas de años atrás. La típica que se encuentra en cualquier pueblo pequeño, o en paradas de camiones, por lo que el ambiente era más hogareño y la comida era deliciosa.

Bucky me pidió de nuevo una chamarra para ocultar su brazo de metal y a pesar de que ya poco nos importaba lo que la gente pensara, no sobraba el que pudiera reconocerlo y armas una escena o en si era molesto como la gente al notarlo no dejaba de mirarlo como si fuera algo tan extraño.

Al llegar a la cafetería me encontré con la adorable viejita  su nombre era Doris que se encargaba del lugar, muchas veces cuando terminaba de entrenar por los alrededores en las mañanas o cuando terminaba alguna misión ella me recibía con mucha amabilidad y siempre decía conocer lo que yo quería.

Muchas veces insistió en que alguien como yo no debería vivir tan serio y tener ese semblante de soledad. Varias ocasiones insistía en presentarme a alguien que me aseguraba que me haría muy feliz, pero siempre rechace las ofertas respetuosamente.

Después de saludar a algunos meseros o cocineros que conocía, nos dirigimos al final del local para poder comer y estar a gusto. Bucky prefería escuchar lo que yo decía y normalmente se mantenía callado. Escucho con atención la forma en que encontré este lugar y como la señora que salude quería presentarme a su nieta, parecía divertido con la situación.

-¿Y como es que todo este tiempo soportaste estar solo Steve?

-Nunca lo estuve. Me mantuve ocupado en misiones y ayudando en todo cuando las cosas se pusieron feas por aquí. Pero realmente desde que me llegó la información de que era posible que estuvieras bajo el control de HYDRA. Ocupaste mis pensamientos y desde entonces no podía pensar en nada más, por eso el día que te encontraron yo estaba en shock no me lo podía creer.

-Eso quiere decir que después de todo este tiempo, y vaya que es mucho, ¿No has dejado de pensar en mi?

-Ya te lo he dicho muchas veces o no. No sé porque preguntas Bucky. Tome su mano de metal y no mentiré justo en este momento le quiero robar un beso.

-Me alegra Steve que a pesar de todo no te hayas rendido conmigo. Y no es que lo dude, más bien es que te quiero de la misma manera y lo has visto ocupas mis pensamientos totalmente así que bueno, que lo confirmes me hace aún más feliz.

No pude evitar sonrojarme. Bucky movía en mi muchas cosas, yo creo que nos perdimos un largo rato en nuestra burbuja, yo no dejaba de mirarlo a los ojos y nunca nos percatamos de que alguien nos hablaba.

-Steve si quieren comer algo será mejor que me pongan atención.

Voltee a ver a la chica que nos había interrumpido. Era Ashley una chica que siempre se encontraba ayudando aquí. No pude evitar ponerme más rojo.

-Así que esta era la razón por la que rechazabas a todas las que morían por ti eh. Yo creo que es muy tierno Steve debiste haber traído a tu novio desde hace mucho.

-No es que lo haya ocultado, simplemente me costó mucho volver a encontrarlo.

-Eso quiere decir que ya se conocían, eso es muy lindo. Bueno que comerán chicos, no mejor les traigo la especialidad del día ya para dejar que vuelvan con ese lenguaje secreto que al parecer tienen porque se decían tanto solo mirándose, deben estar realmente enamorados.

-Como no tienes idea Ashley, demasiado.

Comimos lo que nos trajo Ashley, en verdad estaba delicioso. Bucky no quiso irse sin antes pedir algo dulce, en eso no había cambiado nada. Bucky no podía irse sin antes un postre.
Pague y estuvimos por salir de comer cuando nos detuvo  Doris.

-Steve hijo, debiste decirme que te había robado el corazón este encantador hombre. Se ve que te quiere mucho pero antes de que se vayan, voltio y miró fijamente a Bucky. Será mejor que trates y cuides bien a Steve amigo mío, el es alguien amable y aunque no lo parezca puedo hacerte daño si le rompes el corazón.

No puedo creer la reacción de Doris, es increíble que a pesar de todo aún haya gente que te aprecie y cuide de ti sin ser algo directamente tuyo.
Bucky solo sonrió y le dijo.

-No se preocupe señora. Le debo mi vida a Steve. Lo quiero como no tiene idea y antes de que algo le pase tendrán que pasar sobre mi, así que créame cuando le digo que daría mi vida solo por verlo a él feliz.

-Supongo que en verdad lo amas, no los entretengo más, pero prométanme volver pronto, quiero que me cuenten su historia, pocas veces se ve a una pareja que se ame tanto como ustedes.

Nos despedimos y le dije a Bucky que lo llevaría a Central Park.

Bucky

El resto del día se fue volando. Lo que sucedió en la cafetería me dejo muy feliz y el resto del día no hice más que hacérselo notar a Steve.
Fueron varias las ocasiones en las que interrumpía a Steve con un beso. A pesar de que lo hice todo el día, no dejaba de sorprenderse y siempre se sonrojaba.

El parque era enorme y perfecto para caminar y comer cualquier cosa que se nos atravesará. Llegó una hora en la que el sol era muy intenso y me quite la chamarra que tenía. Algunos miraban con curiosidad mi brazo de metal, otros rehuían al percatarse de ella.

A mí poco me importo. Una niña se había acercado hasta nosotros y me había preguntado si era un robot. Yo no hice más que enseñarle mi brazo y explicarle que no lo era pero que tenía la fuerza de uno y podía hacer muchas cosas. Ella me miró muy feliz y me pidió que la cargara. A mí no me importó hacerlo y con el permiso de su madre la levante del suelo y la cargue en mi hombro.

Ella feliz reía mucho y me agradeció que lo haya hecho. Steve solo sonreía y no pudimos pasar una tarde más agradable. El atardecer llegó y estábamos a nada de regresar. Tenía una malteada que le pedí a Steve cuando pasamos por una heladería. Pero quedó reducida a nada cuando se cayó al suelo después de que Steve me cargara desprevenido.

Tenía ganas de jugar y yo aproveché para hacerle cosquillas, benditos puntos débiles. Aún así Steve insistió en llevarme en su espalda el resto del camino. El esfuerzo físico era nulo para ambos pero el quería cargarme. Me decía que de esta manera podíamos estar más cerca y le gustaba sentir mi peso en su espalda.

Acomode mi cabeza en su hombro y deje que me cargara, yo más que feliz de estar así junto a Steve.

Tienes que seguir (Stucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora