CAPÍTULO 6

5.8K 386 24
                                    

-Permiso. Comandante.

-Eren, pasa, toma asiento.

– sí - El semblante del comandante irradiaba bastante molestia, espero que no ser yo el causante.

-Eren…sé que esto que te diré no tiene buena pinta, pero quiero que antes que tomes una decisión analices bien tu situación.

¿Situación? Esto ya empezaba a asustarme.

-Te daré cinco días para pensarlo – asentí algo temeroso.

-La Policía Militar solicitó tu custodia.

No puede ser, la Policía Militar nunca me vio con buenos ojos.

-Por tu mirada sé que estarás imaginándote…

-¿Cuándo vendrán por mí?

-Hoy es sábado, si nosotros no vamos en camino hasta el viernes ellos estarán aquí como hoy.

No…¿qué significaba todo esto? ¿Qué es lo que ellos quieren conmigo? No pude evitar hacer una mueca espantado.

-No estoy seguro de la razón de ese pedido, pero como ya te debes imaginar no creo q sus intenciones sean buenas…Annie fue llevada hoy.

-¡¿qué?! – no, Annie, ¡maldición!

-Ellos querían a ambos, les notifiqué que ella ya no era un titán cambiante, pero aun así no cambiaron de opinión.

-Pero… ¿cómo yo sigo aquí?

-Lo que sucede es que ellos no te encontraron en tu habitación, Annie sin embargo…

- ¡Y usted lo permitió! – la rabia se apoderó de mí, aun siendo mi superior no pude disimular más.

– ¡Como lo permitió!

- ¡Hey mocoso! Más respeto a tu superior.

El capitán Levi entró a la oficina sin tocar, y me hablaba de respeto. Lo miré ir a lado de Hanji la cual no mencionó palabra alguna desde que entramos a la oficina, respiré profundo tratando de tranquilizarme, era cierto no debía faltar el respeto a mis superiores, pero no sirvió de mucho.

Juntando sus manos sobre su escritorio el comandante me dedico una mirada de comprensión.

-Tratamos de oponernos a sus exigencias pero la orden venía directo del comandante de las tres fuerzas, Zacklay, el mismo que te juzgó tiempo atrás.

-Debes saber mocoso que ella fue por propia voluntad, le ofrecí escape, pero lo rechazó, tú en cambio te encontrabas en la habitación de Ackerman, ellos te buscaron en los de varones no encontrándote en ninguno, Erwin aprovechó para comunicarles que te encontrabas fuera y que te llevaríamos con ellos hasta el viernes.

Annie se fue…debía haber un motivo.

-¿Qué razones tendría Annie para haber cedido a tal cosa? – quería comprender su proceder,  ella no era el tipo de persona que cedía con facilidad ante algo.

-Como sabes ella aún se encuentra muy afectada por haber causado tantas muertes en el pasado, según la policía Militar ambos son necesarios para que la humanidad sea libre por completo – el comandante Erwin dijo lo último un poco perturbado.

-Al parecer los bastardos piensan que Leonhard sigue siendo un titán, ya que se la llevaron encadenada y amordazada, tenían miedo.

Me imagine la escena con pesar.

-La decisión en la que quiero que pienses es en que te llevamos como lo acordado, o... huyes lejos.

- ¿huir?

-Si mocoso, así es…

-Pero y Annie…

-No te preocupes por ella, la cuatro ojos y yo nos encargaremos, ambos viajaremos para allá, al muro Sina, mañana mismo partimos, ella ya no es un titán, lo más probable es que la suelten.

Con un suspiro Erwin se levantó – por el momento eso era lo que quería tratar contigo, Eren, eres alguien excepcional, un verdadero soldado que merece su libertad, cumplir su sueño, así que piénsalo nadie te juzgará sea cual sea la decisión que tomes, nos vemos en cinco días, te esperaré en mi oficina para saber tu decisión.

Todo esto era de locos…ninguna de las dos opciones me agradaba.

-Ah si, Eren ten discreción, nadie sabe de lo que tratamos aquí y es mejor que siga así.

Todos salieron de la oficina, me quede aturdido quien sabe por cuánto tiempo más… de un momento a otro me vi en el pie del árbol que tanto me gustaba, me senté en el pasto de su alrededor observando el cielo.

Dos opciones ¿eh? ¿Debería sentirme afortunado por eso? Una sonrisa irónica se dibujó en mi rostro, ¿qué importaba? La soledad en ambos era evidente, baje mi vista al frente, la rabia empezaba a embargarme, sin previo aviso sentí como una lágrima se me escapó y se perdió en el césped, eso aumentó aún más mi ira; agradecí la ausencia de los demás, y asi no vean lo miserable que me veo ahora.

El peso de una promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora