Eran las 9 de la noche, Kanna y Naraku se habían quedado solos en la suite del hotel, estaban viendo una película aprovechando aquella enorme pantalla que había en la sala, acostados en el sillón, el chico tenía su cabeza apoyada en las piernas de su novia quien de vez en cuando aprovechaba para robarle un beso haciéndolo sonreír.
Naraku: No sabes cuánto me gusta estar así contigo, muñeca.
Kanna: A mí también me encanta. *Sonrió acariciando su cabello*
Naraku: Gracias, Kanna, por aceptarme, aún cuando sabías los tipos de problemas que tenía, nunca me diste la espalda.
Kanna: Porque ya me habías vuelto loca. *Bromeó* Te quiero y siempre voy a estar ahí para ti.
Naraku: Te amo. *Le besó la mano* Y debo decirte que ese traje de baño te quedaba muy bien.
Kanna: Que bueno que te gustó.
Naraku: Sabes que me gusta todo de ti. *Se incorporó para darle un beso que poco a poco fue subiendo de nivel* Cómo ves… Si aprovechamos que los demás no están?
Kanna: Creo que me encanta la idea. *Se mordió el labio*
El mayor comenzó a besarla con deseo y ella correspondió también, la peli-plata lo vio quitándose la playera y tirándola al suelo. “Espera… Estará bien hacerlo aquí?” preguntó la chica algo nerviosa, él lo meditó unos segundos y se dio cuenta que su novia tenía razón, si por algún motivo los otros regresaban temprano sería muy incomodo que lo primero que vieran fuera a ellos dos desnudos en el sofá actuando como conejitos, el solo hecho de pensarlo le hizo reír.
Naraku: Entonces… Vamos al baño… Es muy grande.
Kanna: Muy bien… *Sonrió*
Se fueron tomados de la mano y le pusieron el pasador a la puerta, Naraku usó su playera poniéndola en el largo mueble donde se encontraba el lavamanos, al ser una suite éste era muy amplio, levantó a Kanna para sentarla ahí, se besaron y el chico sonrió al notar que ella también estaba ansiosa pues le rodeaba el cuerpo con las piernas.
Kanna: Tengo tantas ganas… *Dijo de una manera atrevida*
Naraku: Y eso que en mi casa no perdemos el tiempo. *Comentó burlón*
Kanna: Si, pero ahora nos pueden descubrir los chicos.
Naraku: Ah… Te gustan las emociones fuertes… Traviesa…
La besó con frenesí mientras sus manos comenzaban a despojarla del pequeño short de mezclilla que llevaba puesto dejando a la vista unas bragas negras de encaje que el mayor nunca antes había visto, “Y esas?” preguntó con una ceja levantada, “Son especialmente para la ocasión, te gustan?” le cuestionó con curiosidad, “Me encantan” dejó el short caer al suelo y le quitó luego la blusa, el sostén también hacía juego con la otra prenda, “Bien, tienes toda mi atención” bromeó mientras la admiraba por completo.
Kanna se acercó a él y comenzó a desabrocharle los pantalones mientras le besaba el cuerpo, Naraku se dejaba hacer pues le encantaba que ella se mostrara así de deseosa, solo con él ella sacaba esa faceta que distaba mucho de ser la chica tímida y reservada que aparentaba. El chico se deshizo de toda su ropa quedando meramente en unos bóxers grises que se le pegaban al cuerpo lo que no dejaba mucho a la imaginación.
Naraku sacó el preservativo que llevaba en la cartera, bajó su ropa interior dejando a la vista aquella erección que se hizo más fuerte cuando ella le paso los labios y la lengua por uno de los pezones, se lo puso y sujetándola de las bragas la acercó a su cuerpo, sonrió al escucharla gemir por el contacto entre su feminidad aún bajo la ropa y el miembro del mayor que se restregó contra ella, “Kanna… No sabes cómo me excitas…” le dijo casi como un gruñido, deseando jugar antes de penetrarla metió su pulgar por debajo de la ropa interior de ella y comenzó a acariciar aquel botón que la hacía estremecerse y contorsionarse de placer en sus manos.
Kanna: Naraku… Ahhh… *Sintió al chico mover su dedo de manera circular* Me harás venirme…
Naraku: Por mi encantado. *Sonrió de manera maliciosa*
La estimulo hasta hacerla llegar al orgasmo, ella se entregó con un fuerte gritó y Naraku ansioso terminó de desvestirla, vio a su novia ya completamente húmeda y aprovechó para lubricar su miembro antes de penetrarla, comenzó a invadirla lentamente aún sintiendo las últimas contracciones en su interior y ella lo abrazó con fuerza, “Na…raku…” gemía en su oreja causando que el mayor jadeara, apenas espero unos segundos para empezar a embestirla con fuerza, ella se apoderó de sus labios y lo besó de una manera apasionada.
La peli-plata movía las caderas haciendo más presión entre sus cuerpos, el mayor sin dejar de probar sus labios le acariciaba uno de sus pechos mientras con su otra mano la mantenía firme de la nuca pues sabía que cuando ella deseaba separarse para respirar y él no se lo permitía la chica le mordía el labio inferior para provocarlo y así lo hizo.
Kanna: Acaso… Quieres matarme? *Jadeaba tratando de respirar normalmente*
Naraku: Sería una muy buena forma de morir. *Bromeó* En mi tumba podrían escribir “Murió feliz entre las piernas de su novia” *La peli-plata se echó a reír*
Kanna: Eres un loco! Te amo tanto! *Lo besó de nuevo*
Después de un largo rato moviéndose Kanna ya no aguantaba, los labios de su novio se paseaban por todo su cuello y a veces con la lengua le dedicaba húmedas caricias que la hacían temblar, “Nara…ku… Ya no aguanto… Voy… a venirme” el mayor la embistió más rápido y fuerte hasta que la hizo llegar al orgasmo para segundos después él llegar al suyo “Kanna! Te amo!” gritó al correrse y la chica lo abrazó nuevamente mientras sus cuerpos ya cubiertos con una ligera capa de sudor se tranquilizaban.
Naraku: De no ser porque quiero a mis amigos les cerraría la puerta de la suite y te lo haría en todos lados. *Dijo burlón*
Kanna: Jajajaja no imaginó lo que haría Inuyasha del coraje jajajaja.
Naraku: Puedo con él, no es tan fuerte como lo aparenta.
Kanna: Vamos a bañarnos juntos, de acuerdo?
Naraku: Lo que tú desees. *Sonrió y le dio un tierno besito antes de cargarla hasta la regadera haciéndola reír a carcajadas*
Disfrutaron de un buen baño y después se vistieron para ir a cenar cerca de la playa, se preguntaban cómo la estarían pasando los otros chicos.
A la media noche Inuyasha y los otros seguían con un buen ambiente en el “Red Moon” repentinamente unas 5 chicas se acercaron a los de la banda, “Ustedes son los Silver Demons, no es cierto?” preguntó una de ellas, los tres le dieron la razón, “Dónde está el baterista? Naraku es tan guapo!” comentó otra, todas comenzaron a atacarlos con preguntas y halagos haciendo que las chicas quienes los esperaban cerca de la pista de baile se sintieran celosas, una se acercó a Sesshoumaru “Y tú guapo? Quién eres? Supongo que familiar de Inuyasha, porque eres tan atractivo como él, o tal vez más” dijo casi restregándosele, Rin quien se encontraba con las demás bailando vio aquello y con rabia rompió un removedor de bebidas que sostenía desde minutos antes en su mano.
La menor ya estaba bajo la influencia del alcohol, aunque no había bebido mucho no se podría decir que se encontraba en sus 5 sentidos y pese a que unos minutos antes se estaba riendo con demasiada simpleza en ese momento sentía que estallaría del coraje, el peli-plata no pudo evitar sonreír pues aquella era una clara señal de que su novia estaba celosa, se atrevió a seguir retándola solo para ver cuánto podía aguantar la menor aquella escena sin darse cuenta de que estaba jugando con fuego.
Rin siguió bailando, inició una canción que a ella le gustaba mucho llamada “Faster Kill Pussycat” la chica quien bailaba con su amiga Kagome se movía de una manera sensual para tentar al mayor quien de un momento a otro ya no le quitaba la mirada de encima, en eso otro hombre se acercó a ella empezando a bailar tratando de cortejarla y la menor solo sonrió, continuó su danza con él sin darle mucha importancia mientras que Sesshoumaru comenzaba a ver aquello con una rabia que le quemaba la piel.
El desconocido intentó disminuir la distancia entre ellos y tomó a Rin de la mano jalándola hacia él, “Quieres bailar conmigo, preciosa? O te gustaría ir a otro lado?” preguntó con una sonrisa maliciosa, “Ni lo pienses” la chica intentó zafarse de aquel agarre pero él la sujetó con más fuerza, no tardó ni 10 segundos en lo que Sesshoumaru ya se le había propinado un golpe tan fuerte que lo mando al suelo, “Aléjate de mi novia, imbécil” Inuyasha apareció para detener a su hermano, mientras al otro lo levantaban del suelo completamente aturdido.
Inuyasha: Cálmate, Sesshoumaru.
Sesshoumaru: Nos vamos. *Le dedicó una mirada furiosa a Rin quien tragó saliva algo nerviosa y la tomó de la mano para salir de ahí*
Inuyasha: Espera…
Rin: No, Inuyasha, ustedes quédense, nos vemos mañana. *Le sonrió y se fueron*
Sesshoumaru caminaba rápido rumbo al hotel mientras que Rin trataba de seguirle el paso, suspiraba al darse cuenta que su novio seguía teniendo aquellos problemas de temperamento pero la verdad era que se alegraba de que le quitara al otro hombre de encima, sintió que le dolía aquel agarre por parte del peli-plata y se soltó con brusquedad.
Rin: Me lastimas!
Sesshoumaru: Qué demonios creías que hacías con ese idiota?
Rin: Ahhh, estás celoso? Mira, que gracioso, no parecías estarlo cuando esa mujer se te restregaba encima, no es cierto? *Le soltó con amargura*
Sesshoumaru: No es gracioso, Rin, ese hombre pudo haberse propasado contigo!
Rin: Ustedes los hombres siempre quieren pasarse de listos y después no aguantan cuando los papeles se invierten. *Siguió caminando molesta*
El peli-plata se sintió mal al escucharla pues sabía que aquello era verdad, el había comenzado con aquel tonto juego y se le había salido de las manos de un momento a otro, le siguió el paso sumergiéndose en un silencio incomodo, Sesshoumaru detestaba en ese momento aquel orgullo que siempre le dificultaba pedir perdón, en el elevador él trato de tomarle la mano y ella se la quitó con un manotazo, llegaron al piso donde estaba su habitación y la chica se fue directamente al baño donde se encerró para darse una ducha pues el olor de cigarro se le había impregnado en la piel y aquello le daba asco.
Cuando salió su novio intentó acercarse nuevamente, “Metete a bañar, después hablaremos” con pocas ganas la obedeció y mientras estaba en el agua pensaba en como disculparse con ella, se puso solamente un pantalón para luego regresar al dormitorio, la chica estaba sentada en la orilla de la cama, “Lo siento, amor, no quise portarme como un idiota” le dijo finalmente y ella solo se cruzó de brazos.
Sesshoumaru se sentó a un lado y comenzó a darle tiernos besos en las mejillas, “Me perdonas?” preguntó con voz sedosa, “Me lastimaste” comentó ella con una mirada triste haciéndolo sentir realmente culpable, “Perdóname, amor mío” dijo besándole la mano, Rin se soltó y sonrió, le sostuvo con ambas manos el rostro para acercarlo y besarlo de una manera apasionada, el peli-plata estaba algo confundido pero no tardó mucho en comenzar a corresponderle, ella se le sentó en las piernas y lo obligó a recostarse en la cama, él la examinó viendo que solo llevaba una musculosa negra y un short gris muy corto, al parecer de licra pues se le pegaba como una segunda piel.
“Quiero que me hagas de todo” le confesó ella antes de mover las caderas ocasionando que su novio jadeara y su miembro se endureciera rápidamente, “Rin… De verdad que ya no aguanto…” dijo tensando su mandíbula mientras la chica seguía restregándosele de una manera sensual que lo estaba volviendo loco, “Necesito… estar dentro de ti…” inmediatamente se movió para quedar él encima, le jaló el short que ya estaba algo húmedo solo para descubrir que no llevaba nada debajo de éste, eso le hizo sonreír de una manera maliciosa pues significaba que todo ese rato en que lo despreció era solo una forma de torturarlo.
Se le acomodo entre las piernas y la penetró con ansiedad, con fuertes movimientos llegó al fondo viéndola arquearse de placer por aquella intromisión, el peli-plata jadeó con gusto y sonrió al sentir el interior de Rin tan húmedo, le comenzó a quitar la musculosa pero en vez de retirarla por completo aprovechó para atarle las manos con ella dejándolas sobre su cabeza, “Sesshoumaru! Qué haces?” lo miró confundida, “Lo siento, amor, pero siempre he tenido la fantasía de tenerte atada de manos” con una mano sujeto aquella prenda que la inmovilizaba y comenzó a embestirla, Rin no tardó en sentir el placer empezando a recorrerle el cuerpo, “Sesshoumaru! Ahhh!! Ahhhh!!” su novio la admiraba, le encantaba verla así indefensa y sumisa, le despertaba el deseo como nunca, definitivamente si alguien supiera todo lo que Rin le provocaba con las fantasías que su mente creaba sería tachado de un depredador sexual.
Sus movimientos eran fuertes y profundos, el calor de aquella fricción sobre su miembro era fascinante, el placer que sentía era más grande que otras veces, de verdad necesitaba desquitar toda su pasión contenida durante los últimos meses, la beso con deseo siendo correspondido por una Rin que se encontraba perdida disfrutando de aquel vigoroso vaivén, ella le mordió el labio y él la comenzó a besar de una manera tan ansiosa que la dejaba sin aire, soltó aquel amarre para sujetarla fuerte de las caderas mientras con besos fue bajando hasta los pechos de Rin, los lamió mirándola arquear su cuerpo y haciendo esos gestos en los que el placer ya rayaba con el dolor.
Le mordió uno de los pezones viéndola dar un respingo y quejarse mas no se resistió así que el peli-plata volvió a hacerlo, sintiendo que la sangre le hervía en lujuria por saber que Rin estaba dispuesta a todo por satisfacerlo, se movió con más deseo sujetándose de la cabecera de la cama, ella se incorporó un poco para pasarle los brazos aún atados por la cabeza y así sujetarse de su cuello, aprisionó sus labios y cuando se separaron se miraron a los ojos, Sesshoumaru estaba decidido, quería pasar el resto de su vida con ella, hacerle el amor todas las noches y entregarle su corazón entero, así que en cuanto Rin terminara la universidad le pediría que fuera su esposa, “Te amo, Rin, te amo tanto” dijo entre jadeos y ella le respondió con una de sus hermosas sonrisas para después besarlo con amor.
Las estocadas ya eran más rápidas, Rin también movía sus caderas de manera frenética a punto de entregarse al orgasmo, sintió que el placer le recorrió el cuerpo completo, Sesshoumaru se deleitó con aquellas fuertes contracciones en su interior chupándole el miembro y no tardo mucho en correrse también, aunque los disfrutaron demasiado se miraron algo confundidos. “Te… corriste… sin preservativo?” preguntó ella algo nerviosa y el peli-plata no supo que responder, eso explicaba porque ese había sido el mejor sexo que había experimentado en toda su vida, pero también sabía que Rin no estaba preparada para ser madre, apenas había cumplido los 18, “Perdón amor… No lo recordé…” se disculpó mientras aún respiraba agitado.
Rin: Bueno… De cualquier manera estoy tomando pastillas anticonceptivas.
Sesshoumaru: Desde cuándo?
Rin: Desde la última vez que fui con mi ginecóloga hace un mes.
Sesshoumaru: No lo sabía… *Desconocía que su novia fuera al ginecólogo pero le gustaba saber que ella también se portaba de una manera responsable*
Rin: La verdad… Me gustó mucho. *Sonrió*
Sesshoumaru: A mí también, *Se mordió el labio* Me quiero correr en ti de nuevo.
Se soltó del abrazo de Rin, salió de ella sintiendo su miembro completamente húmedo y aún duro, la movió dejándola boca abajo, le levantó las caderas y se hincó detrás de ella, invadió su intimidad nuevamente en esa posición, Rin sentía algunos mechones del largo cabello del peli-plata recorriéndole la espalda, mientras él le besaba el cuello apoyándose cada vez más sobre su cuerpo, cuando estuvo completamente adentro le jadeo a Rin cerca del oído y eso la hizo temblar, ella con las manos atadas se sujetó a las sabanas al mismo tiempo que Sesshoumaru comenzaba a embestirla.
Le sujetó con fuerza las caderas mientras su pelvis chocaba con el firme pero suave trasero de su novia quien gemí de placer, comenzó a besarle los hombros para después lamer la piel de su espalda y darle ligeras mordidas, “Sesshoumaru…” ella se mordía el labio disfrutando con cada fibra de su ser aquel alucinante vaivén, el mayor sonrió con malicia mientras una de sus manos le recorrió desde la cadera hasta la intimidad, una vez ahí acarició su pequeño botón sintiéndola estremecerse, “Sesshou…maru!!!” el se divirtió pues su voz sonaba temblorosa, supuso que el placer era demasiado así que no se detuvo y siguió estimulándola, Rin se corrió con un fuerte grito de placer que lo hizo vibrar mientras de nuevo disfrutaba de las reacciones de su cuerpo ante aquel orgasmo femenino.
Sesshoumaru siguió moviéndose dentro de ella mientras el sudor ya le impregnaba todo el cuerpo y el sonido húmedo al chocar sus cuerpos le estimulaba bastante, la chica quien se sostenía de sus codos gemía al sentir las manos del peli-plata apretujándole los pechos y pellizcándole suavemente los pezones, “Tenía tantas ganas de hacértelo así, me tienes tan caliente como nunca” las palabras de Sesshoumaru le dieron escalofríos, él nunca había hablado de esa manera pero la verdad es que Rin si le despertaba los instintos más bajos.
Después de hacerla llegar a otros dos orgasmos y seguir diciéndole todas aquellas palabras que ya ni le importaba si llegaban a ser vulgares se corrió por segunda vez en su interior, Rin sonrió satisfecha su cuerpo aún temblaba sintiendo como la llenaba con su calor con unas débiles embestidas, el semen de Sesshoumaru le recorría la pierna, se quedaron quietos y por fin salió de ella para dejarla acostarse correctamente, le desató las manos y se dejó envolver por sus brazos mientras la besaba satisfecho, “Eres un pervertido de primera” bromeó ella, “Todo es por tu culpa, jamás me había sentido así” la chica comenzó a besarle el rostro y él disfrutaba de aquellos lindos gestos empezando a sentirse adormilado, “Te amo, Rin” ella le acarició el cabello, “Yo también te amo” le dijo antes de quedarse completamente dormidos.
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polos opuestos
FanfictionRin Hayashi es una chica de 17 años que recientemente quedó huérfana, al no tener más familia en el país su custodia pasa a los mejores amigos de sus padres, los Taisho, los cuales tienen que pasar casi todo su tiempo viajando, para que la jovencita...